2008/09/25

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  • Eduardo Nabal: El marica, la bruja y el armario
  • «Hay actores gays, directores gays... pero la crítica no ha salido del armario»
  • El Diario Vasco, 2008-09-25 # Elena Viñas

Es el autor de un libro que, presentado en el marco del Zinemaldia, ahonda en los estereotipos que recoge el cine. El de la homofobia femenina y la misoginia gay


La suya es una invitación a la sala oscura, a asistir a la proyección de Brokeback Mountain, Segunda piel, El talento de Mr. Ripley y decenas de películas más. Eduardo Nabal, cinéfilo, escritor y colaborador de publicaciones como Zero, propone verlas, quién sabe si por primera o segunda vez, para identificar los estereotipos de los que él pretende alejarse. Se apagan las luces y la pantalla grande se convierte en fiel reflejo de esa sucesión de fotogramas, pequeños retazos de realidad. La sesión está a punto de comenzar.


- ¿De dónde surge la idea de escribir El marica, la bruja y el armario?

- Es el resultado de mi problema con el cine.


- ¿Su problema?

- Desde pequeñito me he preguntado qué pasaba con las mujeres. ¿Es que sólo iban al cine y luego quedaban para hablar? Casi todas las películas y los libros estaban escritos por hombres. Pasa lo mismo hoy en día con las grandes revistas. Las mujeres están en el desván y no pueden acceder a ellas. Aunque las cosas afortunadamente están cambiando, las plantillas son, sobre todo, masculinas, igual que el lenguaje de la crítica. Hasta en mi libro está presente. La visión patriarcal se impone.


- ¿Cómo se puede escapar a ella?

- No tengo, de momento, una solución clara para escapar a ese lenguaje de hombres. Pasa lo mismo con lo relacionado con el mundo LGBT -Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans-. Durante mucho tiempo, se mencionaba de pasada, como un aspecto secundario o, directamente, ni se mencionaba. La crítica sigue hablando con subterfugios de todo ello, en tercera persona. Ése es uno de los méritos de mi libro, que lo he escrito como marica declarado, no en tercera persona.


- ¿Por qué se da esta circunstancia? ¿Por qué recurrir al subterfugio, como usted dice?

- Porque en la actualidad hay actores gays, directores gays, guionistas gays, espectadores gays... pero la crítica no ha salido del armario. Falta por normalizar a los críticos. El armario va a estallar.


- Pues será la única que queda en el armario...

- Antes había actores muy famosos que se negaban a interpretar el papel de un homosexual porque, según decían, podía dañar su carrera. Eso ha ido cambiando. Algunos, pese a aceptar ese tipo de papeles, siguen insistiendo en lo mucho que les costó besar a un hombre en la película. Imagino que no tanto como le costó a Rock Hudson besar a Doris Day o, quién sabe, a Doris Day besar a Rock Hudson.


- ¿Qué me dice del título de su libro?

- Es un chiste privado. Surge de imágenes muy concretas en las que se enfrenta a hombres gays y mujeres heteros, pero de una manera violenta. Existe un cliché, un tópico que voy desarrollando.


- Los capítulos en los que ha dividido su obra tampoco tienen ningún desperdicio...

- Hablo de brujas malignas y hadas ignorantes, de misoginia ancestral, de los buceadores del alma femenina, de las mariliendres...


- ¿Mariliendres?

- Es la amiga del gay, la que va con él como escudo protector y por si cae algo. Yo la reivindico en mi libro a través de dos figuras, la protagonista de Get real y la de Cabaret, a la que da vida Liza Minelli.


- Cuénteme más cosas de su libro.

- En el capítulo titulado Trazando puentes, tendiendo sábanas, reventando textos hablo, por ejemplo, de Thelma & Louise. A pesar de que en la película no aparecen como lesbianas, para muchas espectadoras existe amor entre ellas. Yo he inventado un texto loco basado en la película, en el que dos mariquitas van en coche. Me he inventado una fantasía a partir de un clásico del cine lésbico, aunque el filme no se haya planteado como tal.


- Así que éstas, a diferencia de otras mujeres reflejadas en su obra, no aparecen como brujas...

- Las mujeres son las que más me han ayudado a escribir este libro, independientemente de lo que diga su título.


- ¿Podríamos considerar El marica, la bruja y el armario como una invitación a revisar buen número de películas?

- Sí, muchas podrían volver a verse, como Tomates verdes fritos. Ha llegado la hora de que la crítica recoja los temas LGBT.


- Presenta su libro en San Sebastián cuando la ciudad está inmersa en pleno Festival de Cine. Imagino que no se trata de ninguna casualidad.

- Así es. El acto lo ha organizado Ehgam dentro del espacio que el Festival le cede.