2008/03/06

> Berria: Ikerketa > LA JUVENTUD LAMENTA QUE EL COLEGIO NO DE UNA EDUCACION SEXUAL AFECTIVA

  • Los jóvenes lamentan que el colegio no dé una educación sexual afectiva
  • Un estudio revela que los adolescentes quieren hablar de algo más que de preservativos
  • La Vanguardia, 2007-03-06

Los adolescentes consideran que la formación sexual que se les ofrece en sus centros escolares tiene carencias importantes, y la fundamental es que obvia todo lo relacionado con la educación psicoafectiva, básica para las relaciones humanas. El amor, los sentimientos, el respeto, la responsabilidad y el placer son aspectos que quedan totalmente al margen de la información y educación que recibe el alumnado catalán.


Así queda reflejado en la encuesta que la profesora Enriqueta Díaz hizo a 785 estudiantes de bachillerato de 21 institutos de 15 municipios del área metropolitana, y que forma parte de su investigación sobre roles y estereotipos de género entre el alumnado de bachillerato. Además de la encuesta, la autora realizó charlas con grupos de estudiantes, divididos por sexos.


En estos encuentros constató que a los jóvenes no se les habla de las relaciones amorosas basadas en valores como la amistad, el respeto, la libertad, la confianza, la intimidad y el pacto, pese a que muchos les hubiera gustado hablar de ello. En los encuentros personales, chicas y chicos confundían permanentemente el aparato reproductivo con la sexualidad y ésta con el erotismo.


Los centros escolares suelen realizar talleres sobre sexualidad, a cargo de expertos, en 3. º y 4. º de ESO (13 y 15 años). El contenido de estos talleres está muy centrado en información sobre el aparato reproductor, métodos anticonceptivos, sobre todo preservativos y enfermedades de transmisión sexual, con especial hincapié en el sida.


A juicio de la profesora, "ese enfoque de la sexualidad induce a pensar que la penetración tiene un gran protagonismo en las relaciones sexuales, lo que les da (a las relaciones) un sesgo totalmente masculino. Además, el placer femenino queda subordinado al masculino". Una educación sexual con perspectiva de género desde jóvenes propiciaría una formación más completa, comenta Enriqueta Díaz.


Aunque la mayoría del alumnado dice tener mucha información, en las respuestas se evidencia que su percepción es errónea ya que presentan lagunas importantes, sobre todo en el conocimiento de su sexualidad y de la del otro y de los mecanismos psicoafectivos de ellas y ellos. Una de las reflexiones habituales por parte de las chicas es que "ellos van a lo que van": "Nosotras primero vamos con las emociones y luego el sexo, y ellos van con el sexo". Díaz señala que este tipo de respuestas "demuestra que se mantienen los roles de género en la pareja y eso no se trabaja en la escuela".


Chicos y chicas tienen una visión romántica de las relaciones afectivas, ya que al 58,4% de las chicas y al 57,9% de los chicos les gustaría ser "el primer amor de sus parejas".


Una parte importante del alumnado que participó en las entrevistas reducidas coincide en la apreciación de que la ausencia de orgasmos vaginales es sinónimo de frigidez o "rareza", lo que provoca que algunas chicas, para no ser consideraras "raras", acepten tener relaciones insatisfactorias. En la encuesta anónima destaca también que el 4% de las chicas y el 1% de los chicos dice haber sido obligado a tener relaciones sexuales contra su voluntad.


Otra de las constataciones del trabajo es que las chicas mantienen una actitud sumisa para complacer a los varones, ajustándose, de nuevo, al estereotipo que se espera de ellas. Un ejemplo está en la opción de no usar el preservativo si a él le molesta. La aseveración "si de verdad me quieres, no me pidas que me lo ponga" es más común de lo imaginable. De las respuestas también se deduce que aún son demasiado los alumnos que consideran que las chicas son las principales responsables de quedarse o no embarazadas. La disposición de los jóvenes a responder a esta encuesta demuestra que "tienen muchas ganas de ser escuchados", dice la profesora.


De su investigación y de su labor de más de 20 años como profesora, Díaz concluye que la educación psicoafectiva con perspectiva de género debería introducirse desde primero de ESO, adaptada en cada curso a la madurez de los alumnos hasta 2.º de bachillerato. Es precisamente en este curso, el último de su estancia en los centros escolares, cuando los alumnos expresan mayor necesidad de hacer preguntas.

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