2008/04/06

> In memorian: Angeles Espinosa > MARYAM FIROUZ, LA "PRINCESA ROJA" DE IRAN


  • Maryam Firouz, la 'princesa roja' de Irán
  • Fue precursora del movimiento feminista en el siglo XX
  • El País, 2008-04-06 # Angeles Espinosa

Con la muerte de Maryam Firouz, el pasado 23 de marzo en Teherán a los 94 años, ha desaparecido la última de las supervivientes del movimiento feminista iraní de la primera mitad del siglo XX. Esta precursora nació princesa Maryam Farman Farmayan en 1914, pero sus convicciones comunistas la llevaron a sustituir los apellidos familiares, que consideraba excesivamente aristocráticos, por el nombre de su abuelo.


Sus padres, el príncipe Abdolhosein Mirza Farman Farmayan y la princesa Batul, le dieron una educación esmerada, pero convencional. Sólo el nombre de la escuela francesa de Teherán donde estudió, Juana de Arco, tiene alguna relación con la que sería su trayectoria vital como activista de los derechos de la mujer.


Un primer matrimonio concertado a los 16 años fracasó a la vez que Maryam evolucionaba intelectualmente hacia el marxismo. Quedaron dos hijas, Afsar, fallecida con anterioridad, y Afsaheh, que la ha acompañado hasta su muerte. Poco después de su divorcio, se afilió al Tudeh, el partido comunista de Irán, fundado en 1941. De ahí que la prensa de la época la denominara la princesa roja, para consternación de su familia. Fue una pionera, ya que el Tudeh prohibió inicialmente la militancia de mujeres.


Fue en las reuniones del partido donde conoció al que iba a ser su segundo marido, el arquitecto Nureddin Kianuri, otro radical de la alta burguesía que daba clases en la Universidad de Teherán y que pronto llegaría a ser miembro del comité central. Maryam se concentró en la situación de las mujeres y fundó el ala femenina del grupo. Su casa se convirtió por entonces en un centro de reuniones políticas y literarias. Hasta allí acudían los intelectuales de izquierdas iraníes.


Tanto ella como su marido participaron activamente en las revueltas de 1953, que obligaron a huir al sah por su oposición a nacionalizar el petróleo. Tras el golpe de Estado contra el primer ministro Mosadegh, que impulsaron Washington y Londres en agosto de ese año, el matrimonio se vio obligado a pasar a la clandestinidad y finalmente a exiliarse en Europa del Este.


Maryam aprovechó para obtener un doctorado en lengua y literatura francesas, y trabajó como profesora de francés en Berlín Oriental y Leipzig. No obstante, prosiguió sus actividades políticas trabajando con las mujeres iraníes en el exilio. Eso le valió un par de juicios en rebeldía, el segundo de los cuales la condenó a trabajos forzados de por vida a principios de los años sesenta.


Sólo tras la revolución islámica de 1979, Maryam y su marido (para entonces secretario general del Tudeh) se atrevieron a regresar a Irán. Los comunistas fueron uno de los numerosos grupos que apoyaron el derrocamiento del sah. Así que en un primer momento tras la llegada al poder del ayatolá Jomeini pudieron trabajar con libertad y Maryam dirigió la Organización Democrática de Mujeres de Irán.


El espejismo duró poco tiempo. En febrero de 1983, ambos fueron detenidos y encarcelados. Dos meses más tarde, el partido era ilegalizado y la mayoría de sus militantes, ejecutados. Sólo la enfermedad de Maryam, en cuyos 70 años hizo mella la prisión incomunicada, llevó a las autoridades a conmutar su encarcelamiento por el arresto domiciliario. Un año después permitieron que se le uniera su marido con la condición de que nunca hablaría a la prensa. Aun así, escribió una carta abierta a Jomeini en la que relató el maltrato y torturas que ambos sufrieron mientras estuvieron detenidos.


Su muerte, en 1990, fue un duro golpe para Maryam, quien a pesar de su edad siempre mantuvo su interés por la política. De hecho, ha respaldado los recientes esfuerzos de las jóvenes feministas iraníes para unir a religiosas y laicas en un frente común por la igualdad.

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