2008/01/31

> Berria: Literatura > "NINGUN TEXTO ES APOLITICO", AFIRMA EDUARDO MENDICUTTI EN LA APERTURA DE LETRAS POR LA PAZ

  • «Ningún texto es apolítico», afirma Eduardo Mendicutti en la apertura de Letras por la paz
  • El escritor habló sobre literatura y compromiso en el ciclo de Idi Ezkerra. Reivindicó al trabajador como personaje
  • El Diario Vasco, 2008-01-31 # Alberto Moyano · DV · San Sebastián

«Ningún texto es apolítico». Así de tajante se manifestó el escritor Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948) ayer en San Sebastián durante la charla que abrió el ciclo Letras por la paz, organizado por la Fundación Idi Ezkerra. «Algunos lo serán de forma más clara -y ahí está el riesgo de lo panfletario y lo doctrinal- y eso no está reñido con su valor literario y otros lo serán de forma más taimada. Sin embargo, el escritor ya demuestra su responsabilidad en el mero hecho de elegir determinados temas y la mirada que tiene sobre ellos».


Mendicutti habló del compromiso del escritor y de las formas en las que éste se plasma en la obra. Horas antes de la charla, el escritor manifestaba a DV que «siempre he creído que la literatura, como la historia, ha estado escrita durante muchos siglos por los vencedores, mientras que los vencidos han tenido escasas oportunidades. La literatura ha estado sometida a la voz dominante: la masculina, la occidental, la del primer mundo, la de los ricos, la de la raza blanca, la heterosexual... Ahora deben incorporarse otras voces».


El autor de novelas como "El palomo cojo" o "Los novios búlgaros" señaló que «durante un tiempo me ha interesado mucho, naturalmente, la voz homosexual, que se está incorporando al relato de la historia, pero ahora también me interesan otras cosas porque están en las mismas condiciones que la homosexual, como por ejemplo, la voz de los trabajadores». Mendicutti cree que el personaje del escritor ha quedado excluido de las modas literarias. «El mundo laboral está absolutamente ausente de casi toda la novela que se ha escrito durante los últimos años del siglo XX. Es una cosa muy sorprendente. Es como si todo el mundo fuéramos burgueses y entendiésemos mucho de arte. Hay que recuperar la voz del trabajador, que era la de la tan denigrada novela realista del siglo XIX. De otra manera, con otras formas narrativas, por supuesto, pero hay que recuperarla».


En el Día Internacional de la No Violencia, el novelista andaluz invitó a celebrar la jornada reivindicativa en su sentido más amplio: «La no violencia política y terrorista, pero también de la no violencia cotidiana o económica. No hay que olvidar la brutalidad que el sistema económico puede ejercer contra los más débiles». En su opinión, «la violencia -cualquier tipo de violencia: política, de género, homófoba...- deja unos rastros que deben estar en la literatura, que puede ser la avanzadilla para que, de una vez, sólo hablen las palabras, pero todas las palabras. Que no las haya prohibidas, olvidadas o repudiadas».


Mendicutti recalcó que «en principio, creo que todos los escritores son autores comprometidos. Cuando el autor defiende las posiciones conservadoras parece que no está comprometido, pero también lo está».


«El humor puede ser corrosivo»
El humor es un elemento que siempre está presente en la obra de Eduardo Mendicutti, por muy pegada a la realidad que ésta siempre se sitúe. En su opinión, «uno corre el riesgo de que se le tome a chufla, pero el humor es un instrumento fantástico para poner en cuestión lo que haga falta, para ser corrosivo, para ser desafiante...».


Tres años después de la publicación de su último libro, el escritor publicará a comienzos de febrero su nueva novela, Ganas de hablar (Ed. Tusquets). «Es una celebración y homenaje del lenguaje hablado y coloquial en un momento en el que está siendo sustituido por otros lenguajes, como el de los medios, el de los SMS, el del correo electrónico... a través de un personaje que toda su vida se ha apoyado en el lenguaje oral para sobrevivir».

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