2008/07/24

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  • Feminismopornopunk : explorar representaciones alternativas del sexo
  • Porno fuera de la norma
  • Diagonal, 2008-07-24 # June Fernández

Cuatro días viendo y haciendo porno, en los que las tetas de silicona brillaron por su ausencia y las pollas descomunales fueron suplantadas por una amplia gama de dildos. Nada de rubias oxigenadas y sobreactuadas para gozo de la masculinidad hegemónica. Por una vez, los cuerpos que el sistema considera desviados y los deseos que trasgreden la norma fueron protagonistas.


El escenario fue Feminismopornopunk, un seminario dirigido por el filósofo queer Beatriz Preciado, que reunió del 2 al 6 de julio en el centro cultural Arteleku (Donostia) a un sinfín de colectivos punk, LGTB, sadomaso (SM), queer, artistas, feministas y personas ávidas de representaciones del sexo alternativas, libres y diversas.


No faltaron pioneras como la ex estrella del porno y ahora artista y sexóloga Annie Sprinkle y el fotógrafo transgénero Del LaGrace Volcano. El seminario ha permitido “apropiarnos de las representaciones de nuestros cuerpos y generar un discurso que nos satisfaga, no medido por las reglas estándar”, resume Medeak, colectivo trans-bollo-feminista donostiarra. El público fue espectador de performances impactantes, como la de la pornoterrorista Diana Junyet, que recitó poesías salvajes desnuda y manchada de sangre ; el actor transexual Lazlo Ilya Pearlman (acompañado por la performer Nadège Piton), una prueba irrefutable de lo masculino que puede ser un hombre con vagina, y el colectivo Orgía, que dibujan flores hipersexuadas y desviadas en respuesta a la feminidad casta y delicada. Pero las asistentes pudieron ser también estrellas por un día, gracias a los talleres organizados por Post-op (en los que se fotografiaron practicando SM), María Llopis (ex Girlswholikeporno) y la artista Shu Lea Cheang.


Preciado abrió el seminario disertando sobre la construcción de la mirada pornográfica y las contradicciones que entraña el porno tradicional. Después, la directora y crítica de porno Tristan Taormino recorrió las últimas tendencias posporno en EE UU. Su apuesta de utilizar los recursos de la industria tradicional abrió la discusión sobre si conviene entrar en el circuito o permanecer en los márgenes. ¿Y cómo trascender las minorías y llegar al público masivo con representaciones no normativas ? Para Annie Sprinkle, “el posporno es vanguardia”. “No me importa que todavía no lleguemos a todo el mundo si generamos ideas nuevas”, declaró a DIAGONAL.


Las presentaciones de proyectos suscitaron diversos debates. La crítica a la uniformidad de los cuerpos de las actrices y actores porno se transformó en autocrítica : ¿representa el posporno a etnias diferentes, discapacitadas, seropositivas o ancianas ? Se habló de la censura que ha sufrido la pareja gay Black Sun Productions por utilizar fluidos corporales ; Alex Brahim por comisariar obras pintadas con sangre de una seropositiva ; Llopis por narrar cómo violó a un hombre… La presentación de Javier Sáez de las campañas de prevención del sida dirigidas a la comunidad de los osos provocó otro interrogante : ¿Cómo es que se sabe tan poco sobre el contagio entre mujeres ? Porque las relaciones lésbicas son invisibles también a la hora de diseñar políticas de prevención, centradas en la genitalidad masculina, contestó Preciado.


Las ponencias de Del LaGrace Volcano y la periodista feminista Itziar Ziga introdujeron un enfoque novedoso sobre la feminidad, ligada erróneamente a la opresión patriarcal. Ziga, quien prepara un libro de entrevistas a mujeres que representan una feminidad insurgente y extrema, ensalzó la figura de la perra calientapollas : la mujer deseable para el heteropatriarcado pero que no se somete a él. “Nos dejó boquiabiertas. Es genial apropiarse de la feminidad como arma”, opina Medeak.


Sprinkle y su pareja, la artista Beth Stephens, deleitaron al público con una retrospectiva de sus trabajos por separado y con la presentación de su proyecto conjunto. En Love Art Laboratory, ambas exploran los conceptos de sexo, pornografía, amor y arte. “En un mundo lleno de violencia, queremos celebrar y generar amor. Pero se tiende a excluir el amor del porno y el sexo cachondo del amor. El amor es el último tabú, el nuevo sexo. Nosotras cuestionamos esa división”, explica Sprinkle. Conmocionaron las obras realizadas durante su operación de cáncer de pecho. “Estás muriéndote, pero si lo eliges puedes convertirlo en sexo y arte”, detalla Stephens. Reflexionaron además sobre otro tabú: el sexo a partir de los 40 años.

  • Entrevista con Beatriz Preciado, filósofo
  • “La pornografía es una noción política”

El filósofo y activista queer Beatriz Preciado, autor del ‘Manifiesto contra-sexual’, ha dirigido diversos proyectos sobre la representación del sexo. Según Preciado, vivimos en un nuevo régimen, el capitalismo farmacopornográfico.


En su último libro, Testo yonqui (Espasa Calpe, 2008), describe un nuevo capitalismo farmacopornográfico, a la vez que relata su experimentación con la testosterona. Su próximo trabajo será una relectura filosófica de la historia de la pornografía, “un prisma extraordinario para entender la construcción del cuerpo, del placer y de la identidad sexual”.


DIAGONAL : ¿Qué querías abordar con el cocktail de conceptos Feminismopornopunk ?
BEATRIZ PRECIADO : Me interesaba hacer resonar el punk y el porno contra la noción de feminismo, que por una mezcla de desinformación y garrulismo machista, se piensa a menudo como una teoría política antipornográfica, asexual y gazmoña. El feminismo postporno y el movimiento punk comparten un cierto gusto por el feísmo, una estética barata y anticonsumista, y la conciencia de que buena parte de la batalla política se libra en el cuerpo. Son dos de los movimientos más radicales y lúcidos de la segunda mitad del siglo XX. Quería generar redes de intercambio entre las nuevas generaciones y los activistas internacionales creadores del movimiento. El reto era abrir un diálogo desde la pluralidad, la contaminación entre gays, lesbianas y trans ; drag kings y superféminas ; lo global y lo local...


D. : ¿Qué ha aportado al movimiento este seminario ?

B.P. : Estamos asistiendo al comienzo de una microrrevolución en la representación de las sexualidades minoritarias y en la producción de pornografías subalternas. Se está creando una masa crítica porno : la conciencia de que construimos algo colectivamente. Para mí el elemento más transgresor ha sido la alquimia entre discurso crítico y prácticas de producción de placer, la transversalidad de prácticas y de identidades. Los talleres de sexo fueron especialmente creativos, por la implicación colectiva y la puesta en práctica de nuevos modos de habitar el espacio público, de hacer, mirar, gozar.


D. : ¿Cómo opera el capitalismo farmacopornográfico ?
B.P. : Es un nuevo régimen de control del cuerpo y de producción de la subjetividad que emerge tras la Segunda Guerra Mundial, con la comercialización de nuevos materiales sintéticos y sustancias como la silicona y la píldora, y la transformación de la pornografía en cultura de masas. Este capitalismo caliente difiere radicalmente del puritano del siglo XIX : saca beneficio de nuestro carácter de politoxicómanos y masturbadores compulsivos. La pornografía se desarrolla desde su nacimiento dedicada únicamente a la producción de placer masculino heterosexual. Ahora el vídeo doméstico y la ciberpornografía producen una nueva revolución político-visual. Las mujeres heterosexuales acceden a la imagen pornográfica como consumidoras.


D. : ¿Qué es el postporno ?

B.P. : Es el efecto del devenir sujeto de aquellos cuerpos y subjetividades que hasta ahora sólo habían podido ser objetos abyectos de la representación pornográfica. A finales de los ‘80, en plena crisis del sida, las mujeres y las minorías se reapropian del dispositivo pornográfico y reclaman otras representaciones y otros placeres que cuestionan la mirada del gran eyaculador blanco heterosexual. El movimiento postporno nos enseña que la pornografía es una noción esencialmente política : no existe sin leyes y técnicas que definan los límites de lo públicamente visible, restrinjan su distribución y recepción, y regulen la mirada. Estas leyes y técnicas privilegian el placer masculino heterosexual y normalizan los modos de hacer sexo. El movimiento postporno propone una ampliación de la esfera pública pornográfica que permita miradas críticas y disidentes.


D : ¿Es necesariamente LGTB ?

B.P. : En absoluto. Cuestiona las dicotomías tradicionales, por lo que es crítico también con la representación normativa de las sexualidades lesbianas, gays o trans. Este trabajo crítico es más intenso en el movimiento queer, debido al trabajo asociativo y de lucha política, pero afecta también a la heterosexualidad : no hay más que ver el trabajo de directoras como Erika Lust, Sandra Uve o María Llopis. Shar Rednour o Tristan Taormino enseñan a las mujeres heterosexales en sus películas a penetrar analmente a sus amantes masculinos, rompiendo una de las normas fundacionales de la heterosexualidad : la impenetrabilidad de los hombres.


D. : ¿No se queda en la élite o en las minorías ?

B.P. : No es elitista sino fundamente corporal y político. Se trata de un espacio de experimentación y de crítica en el que inventar nuevos imaginarios y crear representaciones que cuestionen el modo habitual de mirar y de sentir. Debemos dejar de considerar al consumidor de pornografía como si fuera un ojo siempre estúpido y acrítico. Ahora existe un masturbador informado que sabe dónde buscar representaciones alternativas a la pornografía tradicional.

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