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• Urge reeducar a padres para apoyar a hijos homosexuales o con VIH
• El Sendero del Peje, 2008-08-04 # Notimex · México

A lo mejor se me nota en la cara, dice Miriam Angel, al referir que tiene una hija cuya preferencia sexual es diferente: “le gustan las mujeres” y ahora tengo una hija más en mi familia y tenemos una relación maravillosa”.

En entrevista, la coordinadora del Grupo de Madres y Padres por la Diversidad Sexual, Miriam Angel, señaló que es necesario reeducar a los progenitores para que los jóvenes que padecen Sida puedan salir adelante en esa enfermedad.

No se vale pensar “me cayó el chahuistle en la casa”, más bien, refiere, se debe analizar cómo educar a los padres para que orienten, apoyen y entiendan a sus hijos.

Hay muchos libros, formas de educarse e instancias donde pueden acudir los padres para comprender esta enfermedad, señaló, sobre todo si se tienen hijos con preferencias sexuales diferentes.

Entrevistada durante la muestra que la librería El Armario Abierto efectuó en una sucursal de la colonia Condesa a miembros de ONG, que acuden a la XVII Conferencia Internacional sobre VIH/Sida, consideró que entre más apoyo tengan de su familia quienes padecen Sida, enfrentarán mejor esta enfermedad.

La coordinadora de la ONG surgida hace ocho años, luego de que El Armario Abierto reunió a un grupo de madres de hijos con preferencias sexuales diferentes, expresó que además de medicamentos, las familias no deben rechazar a sus integrantes con VIH.

“Debe acabarse el miedo de que por bañarse con el mismo jabón se van a contagiar”, refiere la líder de la organización a quien le tomó más de un año entender que una de sus hijas tenía una preferencia sexual diferente.

Miriam Angel lamentó que los jóvenes sean la población más afectada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), y enfatizó que la discriminación a la que se enfrentan es muy fuerte.

Imagine lo difícil que es decirle a la familia que un miembro es gay o lesbiana, ahora qué tan difícil es comunicarle a los tíos, primos o abuelos que su sobrino, primo o nieto, tiene Sida, agregó.
Y recuerda cuando su hija reveló que era lesbiana: “todo mundo dice sí esa es mi prima y es mi sobrina y yo acepto, sí yo acepto, pero no sé nada del asunto”.

“Me sentí culpable. Para mí fue muy difícil saber qué había pasado. Qué me perdí yo de la vida de mi hija que no había visto pasar”, agrega.

Pero hoy agradezco, pues existe una organización que apoya e informa a los padres para que ellos acepten a sus hijos y les eviten padecer una enfermedad como el VIH.