- Los transexuales exigen tener una mejor asistencia sanitaria
- Las asociaciones reclaman una atención integral en todas las comunidades
- Público, 2008-10-11 # Marta Hualde · Madrid
No son enfermos, pero quieren atención sanitaria. Los transexuales están molestos porque las sociedades científicas catalogan la transexualidad como un trastorno en los manuales de enfermedades, pero no se les presta una asistencia sanitaria integral en todas las comunidades autónomas.
Ésa es su prioridad. Las asociaciones denuncian que la la atención que se les da es desigual en los territorios. Ésta fue ayer una de sus principales reivindicaciones durante la celebración del Día Internacional de la Despatologización de la Transexualidad.
El grupo Acera del Frente exige que la sanidad pública dé cobertura a los transexuales sin necesidad de acreditar su disforia de género con un certificado psicológico. Esta demanda va calando en la sociedad hasta el punto de que un partido católico, el PNV, defendió en septiembre pasado una iniciativa en el Congreso de los Diputados para eliminar la exigencia de dos años de hormonación para poder cambiar el sexo en el DNI. Al final, el Parlamento aprobó una versión descafeinada en la que solo se pide al Gobierno que analice la conveniencia de suprimir el requisito.
20 especialidades
Para el coordinador del Área de Transexualidad de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Martín Berenguer, la sanidad pública ha de dar atención en las más de 20 especialidades que puede necesitar un transexual.
Más allá de la cirugía genital, los afectados exigen que, independientemente de dónde vivan, puedan ir a consultas endocrinológicas, dermatológicas o psicológicas en los centros de salud de su entorno.
El fin es que no tengan que desplazarse a otras o, incluso, irse a vivir fuera. "Queremos el compromiso de las administraciones públicas de que en todas las comunidades autónomas se opere y se den los tratamientos adecuados", añade Miguel Ángel González, presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) .
Las asociaciones aseguran que la atención sigue siendo desigual por territorios y que la creación de centros de referencia nacional para la cirugía no es una realidad. El Ministerio de Sanidad y las comunidades pactaron que los transexuales de unas comunidades autónomas puedan operarse en otras. "Pero esto hoy está parado", denuncia Berenguer.
Para poder atenderles, los médicos defienden la necesidad de catalogar la transexualidad de alguna forma. "Si no, no se puede tratar en la sanidad pública", señala el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, José Giner. El secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez, añade que al clasificarla se pueden intercambiar opiniones y experiencias, fijar los protocolos de actuación o determinar la medicación.
"El trastorno de identidad de género se incluye en el contexto de las enfermedades mentales", se queja Sandra Fernández, miembro del grupo Acera del Frente. A su juicio, es una concepción "patologizadora" de la transexualidad. El Manual de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría y el Catálogo de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud contempla el trastorno de la identidad sexual.
Identidad sexual
"Nos gustaría que todas las identidades de género estuvieran fuera de cualquier identificación patológica, enfermedad o problema fuera de lo normal", añade Martín Berenguer. Una opinión similar expresa Miguel González desde Cogam: "No es ningún tipo de enfermedad". ¿De qué se trata? Simplemente, de un "estado" en el que una persona se siente mujer u hombre dentro de un cuerpo que no corresponde a ese sentimiento, según el presidente de Cogam. "Puede verse como un error en el desarrollo del gen femenino o masculino", agrega.
Los médicos les apoyan. Giner niega que se trate de una patología, porque los afectados no tiene por qué medicarse, si el paciente no lo pide, ni se hacen campañas públicas de prevención. Este psiquiatra describe la transexualidad como el desarrollo "no normal" de la identidad sexual, en el sentido de que se sale de la estadística mayoritaria, con una prevalencia de uno por mil habitantes.
En todo caso, señala que se incluye en los manuales como trastorno, al igual que se hace con el fetichismo, "que se acepta pero no es habitual". El presidente de la OMC, que exige no estigmatizar al colectivo, reconoce que es "muy desafortunado" incluir la transexualidad como trastorno en los manuales de enfermedades. A su juicio, cabe cambiar esa denominación cuando se revisen estos textos y dejarlo simplemente como un "problema o necesidad de salud y atención".
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