- Una manifestación silenciada
- Noticias de Gipuzkoa, 2008-01-30 # Diego Calvo Sanz
Sábado, 26 de enero. 17.30 horas. Una hora llevan ya sonando los tambores y timbales contra el neoliberalismo frente al Teatro Arriaga en el Arenal bilbaíno. Casi con un cuarto de hora de retraso, parte la marcha hacia la plaza de Moyua, en un ambiente distendido, de charla, cánticos y bailes; sonrisas, alegría, y algún que otro grito coreando consignas. Ni una sola cámara de televisión. "Neoliberalismoaren kontra, Otro Mundo es Posible."
Un dispositivo policial obligaba a girar en la plaza circular para volver hacia el punto de partida, desandando lo andado. No era casualidad. Un poco más arriba, en el Sagrado Corazón, en ese mismo instante, un nutrido grupo de ciudadanos se disponía a arropar a la clase política tripartita vasca. Sobriedad, semblantes serios, mucha corbata y pantalón de pinzas. Un amplio despliegue televisivo; radio y prensa buscando ansiosamente alguna declaración. En defensa de las instituciones.
Tiene bemoles la cosa. Una masa social sale a la calle en defensa de unas instituciones que no garantizan la igualdad social por la que una minoría se manifiesta. Toda una semana de acciones organizadas por el Foro Social Mundial, que culmina en esta marcha festiva y sobre todo reivindicativa del sábado, y que es secundada por multitud de ONGs y asociaciones sociales, políticas, sindicales,… no puede competir ni numéricamente ni informativamente con una marcha convocada precipitadamente con dos días de antelación debido a una decisión judicial.
Ciertas cosas funcionan así en Euskadi. Aunque seguramente habrá quien prefiera creer sólo lo que cuentan ciertos medios de comunicación, y por supuesto, ignorar lo que no cuentan, y seguir haciéndole el juego a este gran circo que es la política institucional.
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