2008/01/08

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  • ¿Para cuándo un PSOE laico?
  • Noticias de Gipuzkoa, 2008-01-08 # José Ignacio Lacasta-Zabalza · Catedrático de Filosofía del Derecho

En el PSOE hay destacados defensores intelectuales del Estado laico. Francisco Bustelo, Gregorio Peces-Barba o Antonio G. Santesmases son representantes acreditados de esa tendencia con la que tengo no pocas afinidades. Ideario que nada tiene que ver con el anticlericalismo y sí con el proyecto de neutralidad institucional ante el fenómeno religioso, ante todas las religiones. Pensamiento constructivo inequívocamente a favor de la libertad de conciencia y la libertad religiosa.


Pero el Gobierno español dirigido por el PSOE ha caminado en dirección contraria a esa necesaria -y no lograda- separación de las iglesias del Estado:


- No ha denunciado los Acuerdos de 1979 con el Vaticano, vulgo Concordato, que siguen vigentes y son el origen de casi todas las contradicciones y malestar entre el Estado, la sociedad civil y la Iglesia católica.


- Esos Acuerdos se gestaron de forma paralela a la Constitución de 1978 y contradicen el carácter aconfesional, y por tanto laico, del Estado español, fijado en el artículo dieciséis del texto constitucional.


- Acuerdos que limitan negativamente la soberanía del Estado español, quien queda obligado a responder por decisiones de la Iglesia católica que, como sucede con los profesores de religión y sus despidos, pueden ir incluso en contra de los derechos de la ciudadanía y el principio de igualdad.


- El Tribunal Constitucional ha declarado de modo incongruente la validez de esos despidos por participar en una huelga o por el ejercicio de otros derechos fundamentales, mientras dure la validez de los citados Acuerdos (lo cual depende casi en exclusiva de la actitud del Gobierno español).


- Despidos que le han costado al erario público decenas de millones de euros (no menos de 100, según diversas fuentes).


- El Estado español financia de manera privilegiada a la Iglesia católica y el actual Gobierno ha incrementado la cuota del 0,52% al 0,7%. Financiación que corre a cargo de toda la ciudadanía, creyentes o no, musulmanes (que ya son más de un millón), protestantes (que también rebasan esa cifra), judíos, agnósticos, ateos, etc.


Los portavoces de las Comunidades Israelitas de España, de la Comisión Islámica y las Entidades Religiosas Evangélicas españolas hicieron público en su día el desacuerdo con esa medida que privilegia a la Iglesia católica y denunciaron su carácter discriminatorio.


Por su parte, a la jerarquía de la Iglesia católica todo le parece poco. Ha captado el miedo gubernamental a su poder, se presenta ante la sociedad con su rostro menos simpático (como tal e inveterado poder) y se hace visible de modo televisivo no por el ejemplo, la fe, las obras y su relación con los pobres, sino a través de los prejuicios dogmáticos de las más rancias clases medias y altas de la sociedad española en directa conexión con Rouco Varela y la orientación moral nada abierta del actual pontífice del Vaticano.


Este Gobierno y sus dirigentes socialistas han cometido el mismo error que Santiago Carrillo en el proceso constituyente: considerar a la Iglesia como un poder fáctico, lo que dio lugar a la inconveniente mención especial de la Iglesia católica en el texto constitucional.


Porque la segunda parte de esta propuesta es la siguiente: hacer todo tipo de concesiones para que la Iglesia presione y reivindique lo menos posible.


La última manifestación episcopal de Madrid debería hacer reflexionar al Gobierno y al PSOE porque de nada valen los comunicados de respuesta, más o menos laicos, ni las quejas -explícitamente cristianas- de José Blanco. Ya en el año 2005, Gregorio Peces-Barba calificaba como un mal augurio que el Gobierno de Rodríguez Zapatero no denunciase los Acuerdos con el Vaticano y anunciase el mantenimiento de los apoyos económicos estatales. Y decía Peces-Barba de modo textual y premonitorio: "Estas palabras conciliadoras -las del presidente Zapatero- no van a servir para disminuir la tensión ni para avanzar en un consenso real imprescindible; al contrario, van a envalentonar a sus sectores más radicales" (La España civil , 2005, p. 79).


Así ha sido desdichadamente. Lo que ha de hacer meditar a los socialistas y a todas las personas que defendemos la laicidad. Incluso esto tiene su moraleja navarra, con un consejo que me permito dar a los y las socialistas. En lugar de aplicar el nacionalistómetro para saber quién es más nacionalista vasco en nuestro más que pequeño mapa, a ver si emplean un laicómetro para aprender quién está más a la izquierda y quién se contenta con lo que diga y haga esta derecha navarra, cuyo Gobierno foral se ha hecho famoso por impedir el aborto legal en nuestra comunidad y obstaculizar así de manera flagrante la libertad de las mujeres.

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