- A políticas mojigatas, obispos rebeldes
- Diario de Noticias, 2008-01-08 # Patxi Telletxea Ezkurra
Parece increíble pero es cierto. No contentos con el especial trato que les da el gobierno de centroizquierda de Zapatero, todavía quieren más. ¡Qué bien lo resumía Llamazares!: "Cría obispos y te sacarán los ojos".
Es absolutamente criticable que los obispos se metan en política, utilizando palabras de grueso calibre como que "... nos dirigimos a la disolución de la democracia", "La familia es la institución social más valorada pero está siendo sacudida con legislaciones inicuas e injustas", "El ordenamiento jurídico ha dado marcha atrás respecto a lo que
Quieren más. Quieren influir más. Quieren legislar. Vale. Para eso lo tienen muy fácil, creen un partido y preséntense a las elecciones. Pueden tener mucho éxito como en Polonia, los partidos ultraconservadores sacan muy buenos resultados electorales. Pero ya vale de presentarse ante la sociedad para dar discursos políticos ultramontanos. Para ello que utilicen la iglesia, los púlpitos y que los católicos practicantes -cada vez menos- se traguen su melodramática, ultramontana, retrógrada, involutiva, vieja, integrista y disparatada retórica.
Hablan los obispos de familia, de la familia cristiana. Que hablen todo lo que quieran pero que no confundan el matrimonio canónico con el matrimonio civil. El concepto de matrimonio ha quedado claro en la ley, un concepto amplio, que reconoce derechos y amplia marcos de convivencia, tolerancia y democracia. Si los obispos se refieren a su matrimonio canónico que lo regulen, desregulen, pongan o quiten sin problema, pero que nos dejen en paz a los demás ciudadanos.
El concepto de familia es plural y amplio. Abarca a toda la variabilidad de los seres humanos, todos ellos pueden entrar en la ley y su forma de actuar se considera acorde con las normas que nos damos en democracia para ordenar la vida en comunidad. Eso es correcto y necesario. No se puede tolerar que desde ámbitos privados, ámbitos poco democráticos como la jerarquía eclesial; ámbitos que discriminan a la mujer en el acceso a los puestos de responsabilidad; ámbitos que obligan a gestionar la salud sexual desde la castidad nos vengan a decir al resto de los ciudadanos cómo tenemos que actuar y legislar el modelo de familia.
Pero la raíz del problema no está en que este colectivo de 20.000 personas que recibe una asignación del estado del 0,7% del IRPF se haya salido de tiesto. No, no. El problema está en la tímida política que está aplicando el PSOE en la relación con la iglesia católica. ¿A qué otra asociación, colectivo, grupo de personas se entrega semejante trato de favor por parte del estado?
El centroizquierda de Zapatero no sólo no ha metido en cintura a la iglesia católica sino que además les ha dado o ha mantenido prebendas y ventajas que no son de recibo en una sociedad democrática e igualitaria. La financiación (el coeficiente del IRPF) es escandalosa, pues el contribuyente católico no añade nada de su bolsillo sino que es
Ha llegado el momento de que se deje la política de los paños calientes y se haga una política religiosa sin complejos. Para ello se tienen que revisar y derogar los acuerdos de 1976 y 1979 con el Estado Vaticano, que fueron negociados de tapadillo y de manera secreta. El estado tiene que ser laico, aconfesional. La separación iglesia-estado debe ser realidad. Ya vale de funerales de estado, ya vale de familias reales que se casan, bautizan, comulgan en TV.
Tenemos la obligación de crear ceremonias civiles de bienvenida, matrimonio y despedida que se puedan realizar en lugares dignos para aquellos ciudadanos que no quieren saber nada de esta iglesia nacionalcatólica que no conserva nada del mensaje revolucionario de Jesús de Nazaret.
Tenemos la obligación de inspeccionar los centros educativos concertados confesionales para revisar qué modelos de familia están enseñando, para comprobar si se ajustan a las leyes o no. Tenemos que sacar la asignatura de religión católica fuera de la escuela pública. Tenemos la obligación de legislar para que la libertad y la democracia lleguen a todos los rincones de nuestra comunidad y todos los navarros y navarras sean más libres y felices.
Yo, como representante del pueblo de Navarra, me comprometo a ello, espero que los mojigatos políticos del PSOE espabilen y hagan lo mismo.
Porque desde la sociedad civil se puede ser ciudadano responsable y comprometido con la solidaridad, la redistribución de la riqueza y la atención a los más excluidos y necesitados. Aquello que de verdad hacía Jesús de Nazaret y sólo comunidades cristianas de base del tercer mundo siguen haciendo en la actualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario