2008/03/07

> Berria: Bestelakoak > ARGENTINA: QUEERDANCE, LA TRANSGRESION EN MOVIMIENTO

  • Queerdance, desde hoy en el Centro Cultural Ricardo Rojas
  • La transgresión en movimiento
  • El ciclo coordinado por Alejandro Cervera propone a la danza como una manera lúdica de abordar la temática lésbico-gay, jugando con ella y sus definiciones desde un lugar artístico. “No se trata de plantar banderas, sino de abrir preguntas”, dicen.
  • Página 12, 2008-03-07 # Alina Mazzaferro

En inglés, queer significa raro. Durante mucho tiempo esta palabra sajona se utilizó para denominar a los homosexuales. Sin embargo, el siglo XX vio nacer una teoría de género que resignificó el vocablo: para la teoría queer, los binomios universales como hombre/mujer, heterosexual/homosexual son simples categorías culturales, ya que no existirían papeles sexuales biológicamente inscriptos en la naturaleza humana. Al haber borrado los casilleros de lo straight/normal y lo queer/anormal, la teoría queer afirma que cualquier identidad sexual es igualmente anómala. Lo curioso es que, en los últimos tiempos, la bandera queer no sólo se izó para hacer referencia a la libertad de preferencias sexuales sino, sobre todo, para referirse a un complejo entramado cultural caracterizado por lo bizarro, lo kitsch y lo transgresor, pero también por la tolerancia, la apertura y la heterogeneidad.


Buenos Aires ya es sede de un Festival de la Escena Queer que desde 2005 lleva adelante un grupo independiente de teatristas en el Cubo Cultural del Abasto. Sin embargo, 2007 fue testigo de un nuevo emprendimiento artístico de este tipo, esta vez bajo el ala de una institución perteneciente a la Universidad de Buenos Aires: fue el Centro Cultural Rojas el que presentó el ciclo Queerdance, que podrá verse una vez más en cuatro únicas funciones, hoy y el viernes próximo, y mañana y el sábado 15, en la sala de Corrientes 2038. El coordinador del Area de Danza, Alejandro Cervera, convocó en aquella oportunidad a tres coreógrafos cuyas producciones no necesariamente eran afines al tema pero que, por sus perfiles, iban a poder zambullirse en él sin prejuicios: Carlos Casella, Mayra Bonard y Valeria Pagola.


La danza, por su parte, era un medio que permitiría abordar la temática lésbico-gay no de manera literal sino “jugar con ella y sus definiciones desde un lugar artístico, lúdico”, explica Casella. “No se trataba de plantar banderas sino de abrir preguntas, acercarse al tema”, continúa Bonard. “Igualmente, no hay que ser ingenuos: que el Centro Cultural Rojas sea el espacio que cobije a un ciclo queer significa de alguna manera que se ha plantado en defensa de algo. Pero nosotros, en las obras, no bajamos una línea política; tocamos el tema de una manera poética y con total libertad”.


El ciclo está compuesto por tres obras (tienen horarios y entrada independientes). Comienza con Discontinua, a las 21, con dirección e interpretación de Valeria Pagola (cantante y egresada del Taller de Danza Contemporánea del TGSM, se destacó en el IV Festival de Danza Contemporánea de Buenos Aires, en 2006, con Las que me habitan). Interesada en la fusión del movimiento, la voz y la tecnología, Pagola realiza su performance interdisciplinaria basada en la improvisación mientras una camarógrafa, Nadia Zirulnikoff, graba todo lo que sucede en escena y comparte, a través de una pantalla, su experiencia con el espectador. “Iba a ser un solo filmado, pero terminó siendo un dúo porque se generó una relación muy fuerte de seducción entre la camarógrafa/cámara y la cantante”, revela Pagola. “La tecnología permite incorporar una diversidad de miradas. La cámara es el tercer ojo en escena. A la vez, el cable, el trípode, todos los objetos participan de la obra, la cámara los enfoca y se convierten en personajes. Mediados por la cámara, los objetos cobran vida. Lo queer en mi obra está en la rareza de las cosas: el personaje está como poseído, las palabras deformadas, los sonidos pasan de graves a agudos, todo este universo es extraño”, anticipa.


A las 22.30, Mayra Bonard, una ex Descueve al igual que Casella, presentará Grandes amigos. Así describe la obra su creadora: “Resultó muy poética, romántica, para nada apocalíptica. El amor y la belleza están en potencia”. En ella, dos intérpretes con rasgos antagónicos –un bailarín pequeño y pelirrojo, un enorme cantante lírico de registro bien bajo– inician un juego en el que se puede intuir una relación homosexual. “Son dos varones muy masculinos, lo que me permitió lindar el tema sin proponerme hacer algo gay. La relación entre ambos fue apareciendo sola, no la busqué. Sin embargo, en un momento decidí ir un poco más allá: dije ‘ya que estamos acá me la juego’”, se anima a anticipar Bonard sin dar mayores detalles para encender la curiosidad. Como siempre, la directora cruza la danza con el teatro y el canto, utilizando como soporte musical a Bjork, Ella Fitzgerald o Yoko Ono.


Por último, a las 23.30, será el turno de Casella. Montecarlo (“que no se llama así porque me llamo Carlos”, bromea el director), recrea un universo kitsch, patético y decadente, de puro cliché. “Tenía en la cabeza un paisaje, una habitación de una casa en donde quería ubicar a mis personajes: un hermoso salón de una familia que una vez tuvo bellos muebles y que ahora tiene uno del siglo XVI y otro del siglo XX, un rejunte. Esto se acerca más a lo kitsch, pero lo kitsch y lo queer, entendido como bizarro, están emparentados”, explica Casella, y revela otros secretos de la cocina de la obra: “Les propuse a los intérpretes traer lo que se les ocurriera que tuviera que ver con lo queer: trajeron castañuelas, botas de tacos y un texto de Jean Cocteau, La dama de Montecarlo, que interpreta Rodolfo Prante. Es un texto tan pomposo y exagerado que podría decirlo una Sarah Bernhardt o una Margarita Xirgu; que lo diga un hombre que habla en femenino genera confusión”.


Con este gesto, Casella deja en claro su concepción de lo queer: “No necesariamente debe asociarse con lo gay. Yo lo asocio con la transgresión, con lo que está fuera del común denominador, del sentido común, que marca una diferencia. Es esa minoría periférica que se distingue de la gran mayoría”.

No hay comentarios: