2008/07/14

> Berri: Eliza > AUSTRALIA: BENEDICTO XVI SUBRAYA QUE SACERDOCIO Y PEDERASTIA SON INCOMPATIBLES

  • El Papa subraya que sacerdocio y pederastia son incompatibles
  • Víctimas australianas de abusos exigen una indemnización
  • Se han promulgado leyes para castigar a quien proteste por la visita papal
  • El País, 2008-07-14 # Miguel Mora · Sidney

Hasta los críticos más ortodoxos deberían reconocerle a Joseph Ratzinger una cosa: ha habido tiempos mejores para ser Papa. Los seminarios se vacían, las parroquias pierden fieles, el laicismo y la ciencia avanzan más deprisa que los reparos morales, y los trapos sucios de la Iglesia se airean sin pudor en la plaza global. Benedicto XVI aterrizó ayer en Australia, donde desde el jueves presidirá en Sidney las vigésimo terceras Jornadas Mundiales de la Juventud, y sus primeras palabras, todavía en el avión, fueron para pedir perdón, como hizo en su viaje a EE UU, a las víctimas de abusos sexuales de los curas australianos. La asociación Broken Rites (Ritos Rotos) no se conforma y exige "indemnizaciones y justicia".


En su conferencia de prensa a bordo del avión, el Papa dejó claro que la pederastia es un comportamiento "incompatible con el sacerdocio, porque contradice la santidad", y se declaró dispuesto a emprender la autocrítica dentro de la Iglesia: "Debemos examinar lo que ha sido insuficiente en nuestro comportamiento y ver cómo podemos prevenir, curar y reconciliar, ayudar a ver la culpa implícita en este problema".


El viaje más largo, 10 días, y el más lejano del Vaticano, 22 horas de vuelo con una escala técnica en Darwin, ha traído al Papa hasta un país joven y muy laico, fuertemente movilizado contra el cambio climático (Ratzinger lo aplaudió) y que cada día parece menos interesado en el catolicismo. La fe romana resiste entre los marginados aborígenes (el 26% abraza la doctrina), y tiene en el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Morris Iemma, un italo-australiano, a un ferviente defensor.


Después de cuatro días de descanso, el jueves realizará su gran entrada mediática en Sidney, en barco por la bahía. La visita promete ser agitada porque las víctimas de los abusos sexuales están dispuestas a dar una batalla sonada. La asociación Broken Rites, que agrupa a varios centenares de abusados, ha advertido que no dará por zanjado el asunto con un perdón "paternalista y generalizado", y ayer recordó que exigirá "acciones". La principal, que la Iglesia australiana se reconozca responsable de los abusos y pague las indemnizaciones a las víctimas. "El Papa debe excusarse por la forma en que los obispos australianos han cubierto los abusos y debe ordenar a sus obispos que dejen de impedir el acceso de las víctimas a la justicia", explica la asociación. Al menos 107 curas católicos han sido condenados por abusos a menores en Australia en los últimos años.


Además, se ha formado una coalición No al Papa, que ha demandado al Gobierno de Nueva Gales del Sur por promulgar leyes extraordinarias para proteger a la Iglesia de las protestas. Si alguien molesta -hay previsto un reparto de preservativos entre los peregrinos- puede pagar una multa de 5.500 dólares.

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