2008/02/20

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  • Homosexualidad y Moda
  • Terra / Todogay, s.d. [2008-02-20] # Patagonia gay

A través de todo el siglo veinte ha habido una asociación innegable entre la homosexualidad y la moda.


En los dos siglos precedentes, si un hombre estaba interesado en la moda se lo consideraba afeminado y consecuentemente se lo asociaba con la sodomía.


La ilegalidad de la homosexualidad y la desaprobación moral que esta atraía forzó a los gay y lesbianas a vivir una vida virtualmente invisible durante la primer parte del siglo veinte. Pero los homosexuales encontraron formas de expresar sus identidades a través de la vestimenta.


La adopción de una serie de códigos secretos permitió a los gays y lesbianas reconocerse, mientras permanecían invisibles al mundo exterior. Dada la naturaleza dependiente del género que tiene la ropa llevó a que muchos gays adoptaran ropa de tendencia femenina y algunas lesbianas adoptaran ropas de tendencias masculinas como señales de su identidad sexual.


En los 60's y los 70's, los cambios en la sociedad y la autoaceptación de muyos gay llevó a cuestionar la elección de las ropas tradicionales. Muchos gays adoptaron una imagen totalmente masculina.


El rol de los gays en la industria de la moda también cambió; de asumirse que los gays trabajan en el campo de la moda a un reconocimiento abierto de la inmensa contribución que hicieron a la industria. El incremento del interés por la moda de parte de los hombres heterosexuales en los últimos treinta años también llevó a cambios en la elección de la vestimenta de los gay y en la percepción de lo que significa estar interesado en la moda.


Códigos Secretos
Hasta el movimiento de liberación gay de finales de los 60 el criterio más importante de la vestimenta "en público", de las gran masa de hombres gays y lesbianas, era "pasar" como heterosexuales. A pesar de esta necesidad, mucho sabían de los códigos utilizados como señal de la orientación sexual. Estos símbolos de identidad con frecuencia tomaron la forma de un tipo específico de color o de un accesorio, como muchos otros símbolos, se desarrollaron y cambiaron con el tiempo.


Un símbolo significativo en los tiempos de Oscar Wilde en la década de 1890 fue el clavel verde. En realidad el color verde continuó teniendo implicancias gay en la vestimenta a través de la primera parte del siglo veinte. En su estudio Inversión Sexual (1896), el sexólogo Havelock Ellis observó que los homosexuales tenían preferencia por el color verde y que en París una corbata verde era utilizada como símbolo de la orientación sexual.


Antes de la segunda Guerra mundial, especialmente en New York, un moño rojo era uno de los símbolos conocidos, mencionado por un gran número de personas mayores entrevistadas por George Chauncey para su libro Gay New York (1994).


Uno de los símbolos gay más duraderos y que no tuvo fronteras fueron los zuecos. Para 1960, particularmente en Inglaterra, este símbolo era bien conocido aún para la sociedad común. Cualquier que utilizase zuecos debía ser visto como sospechoso.


Femineidad Abierta
Para algunos gay, la elección de la vestimenta se volvió una forma de declarar su identidad sexual abiertamente. En vez de elegir ropas que les permitiese pasar como heterosexuales, estos hombres se vestían para demostrar abiertamente su identidad sexual. Viviendo en una sociedad en donde prevalecía la creencia de que un hombre gay es un alma femenina atrapada en un cuerpo masculino, algunos gay lo hicieron obvio y mostraron su elección vistiendo prendas diseñadas para mujeres.


Los gays declarados algunas veces adoptaron los símbolos más obvios de las maneras femeninas y su forma de vestir: pestañas postizas, lápiz labial, maquillaje para ojos, decoloración del cabello, zapatos de tacos altos, blusas. Tanto las novelas contemporáneas como los reportes de los periódicos hacen referencia a la apariencia femenina de los gay.


Adoptar esta apariencia fue peligroso, ya que era riesgoso ser abiertamente homosexual. En su autobiografía. The Naked Civil Servant (1968), Quentin Crisp recuerda haber sido detenido un gran número de veces por la policía por su apariencia femenina.


Sin embargo, muchos de los riesgos fueron útiles. Vestirse como una "diva" fue un modo de entrar en la cultura de la sociedad gay. También, adoptado características femeninas y adhiriéndose a reglas de género estrictas de comportamiento sexual los travestis pudieron atraer compañeros sexuales heterosexuales.


La adopción de los códigos de vestimenta femeninos comenzó a ser vana con el surgimiento de la liberación gay, pero continúa jugando un rol en la vida gay. El debate entre los gay acerca de una femineidad abierta puede ser asumida en las dos preguntas siguientes: ¿Los gay afeminados puede reforzar los estereotipos que el activismo gay ha tratado de desmantelar por años? O ¿Los gay afeminados pueden ser una declaración política que celebra la diversidad de la cultura y el estilo de vida gay?


Lesbianas Macho y Mujer
Muchas lesbianas también adoptaron las vestimentas del género opuesto. A fines del siglo diecinueve y principios del veinte, la adopción de vestimentas masculinas fue una forma de que muchas mujeres, incluidas las lesbianas, protestaran acerca del estatus de la mujer y los roles asignados a ellas en las sociedades patriarcales.


Hasta los 70, la imagen pública de las lesbianas estaba centrada en su masculinidad. Como un modo de diferenciarse y mostrarse a otras lesbianas, muchas mujeres adoptaron ciertas piezas masculinas, como las camisas y las corbatas y los pantalones.


No todas las lesbianas se sintieron atraídas por la adopción de ropas masculinas, prefiriendo, atuendos convencionales más femeninos. Muchos registran en la noche lesbiana las identidades y comportamientos bien definidos de lesbianas "macho" y "hembra", en las que las lesbianas "macho" son las que toman la iniciativa y forman relaciones solamente con una "hembra", y se espera que las lesbianas se identifiquen con un rol u otro.


El advenimiento de los movimientos gay y lésbico llevó a cuestionar la elección de vestimentas estereotipada de las lesbianas. Los pantalones se volvieron totalmente aceptados para las mujeres en los 60 y las convenciones de vestimenta para mujeres y hombres cambiaron considerablemente. "Andrógino" se convirtió en una palabra clave en la moda y se manifiesta de varios modos. Inicialmente, el movimiento fue hace un look más femenino del hombre, pero la comunidad radical gay rechazó esto a favor de un look más masculino tanto del hombre como de la mujer.


El surgimiento del feminismo radical reforzó el rechazo a la femineidad forzada por la moda. En los 80's y 90's se vio una nueva diversificación en la vestimenta lesbiana. La ruptura de los viejos roles de "macho" y "hembra" se divide, los cambios instigados en las vestimentas femeninas por el feminismo y el punk , la creciente visibilidad de las lesbianas en público llevó a un debate acerca de lo que las lesbianas podía y debía vestir: ¿El lápiz de labios las escondía detrás de una máscara de heterosexualidad?.


La revolución de la vestimenta masculina
Durante la revolución de la vestimenta masculina de los 60, la asociación de la moda y la homosexualidad comenzó a disminuir. Con el surgimiento de las modas subculturales y la diseminación de las modas de Carnaby Street alrededor del mundo, súbitamente fue aceptable que los hombres jóvenes estuviesen interesados en la moda, gastaran tiempo y dinero en ropa y en apariencia.


No debería olvidarse que las modas de Carnaby Street se desarrollaron a partir del estilo gay. Inicialmente eran vendidas a gays o a clientela "del ambiente artístico y del teatro" por un ex fotógrafo llamado Vince, en una tienda cercana a la calle Carnaby. John Stephen, que mas tarde fue conocido como "El rey de Carnaby Street", había trabajado en la tienda de Vince y producido ropa rápidamente, y mas barata para el mercado joven.


En Norteamérica, el "Estilo europeo" fue inicialmente elegido por los gay y vendido en "boutiques" de Greenwich Village y West Hollywood.


El movimiento hacia la masculinidad
Para finales de los 60 los hombres gay de todo el mundo occidental comenzaron a cuestionar sus posiciones como ciudadanos de segunda clase y su estereotipo de "reinas afeminadas". Junto con las demandas de igualdad y reconocimiento, los gay comenzaron a poner énfasis en su apariencia. Siempre hubo gays que se vistieron de acuerdo a la moda convencional masculina, pero a principios de los 70 en New York y San Francisco se hallaban los epítomes de las masculinidad Americana, el Cowboy, el leñador y el trabajador de la construcción, que sirvieron de inspiración para un nuevo estilo.


Los clones, como fueron conocidos, adoptaron los símbolos de vestimenta más masculinos que existen: las botas, los jeans ajustados, las camisas, cortes de cabello muy cortos, y bigotes. La ropa era elegida para revelar y celebrar los contornos del cuerpo masculino.


"Clon" fue un término apropiado ya que mas y mas gays adoptaron el nuevo look masculino y se mudaron a ciudades más grandes, donde era posible vivir un estilo de vida gay abierto, con frecuencia centrado alrededor de bares, gimnasios, tiendas de ropa, drogas y sexo (descriptos elocuentemente en las novelas de dicho período como Dancer from de Dance de Andrew Oyeran y Faggots de Larry Kramer).


Algunos de esos clones también desarrollaron sus gustos sexuales experimentando con el sadomasoquismo. Consecuentemente, algunas veces adoptaron la apariencia y el estilo de vida de "leatherman" (hombre de cuero), que traía aparejado un estricto código de vestimenta y un nuevo sistema de símbolos, como pañuelos de colores en el bolsillo trasero, especificando intereses sexuales particulares. A éste código se lo conoce como el "hanky code".


La imagen hipermasculina continuó siendo importante aún después de la supuesta muerte de los clones a finales de los 80, cuando su imagen se asociaba a la generación más vieja de hombres pre-SIDA. Muchos gays interpretaron y demostraron su masculinidad a través de la celebración de cuerpos musculosos de gym y ropas que mostrasen esos cuerpos. Surgieron también otros estilos subculturales masculinos como los skinheads gay.


El Mundo de la Moda
El mito de la influencia homosexual en la moda se convertía en realidad. En su libro Hard to Imagine, Thomas Waugh discute que antes del advenimiento de la liberación gay, había una "red transatlántica altamente interconectada de inteligencia gay", que incluía a hombres como Noël Coward, Cecil Beaton, George Hoyningen Huene, Jean Cocteau, y Horst, y que operaban para definir la imagen del glamour en los mundos de la moda, diseño y show business de Londres y New York.


Los historiadores de la experiencia gay moderna han documentado una gran proporción de gay que han trabajado en los campos creativos (como moda y teatro) y en industrias de servicio (restaurantes, etc).


A través de todo el siglo veinte muchos de los modistos top y diseñadores de moda fueron gay, aún a pesar de las presiones sociales que los obligaron a mantener su sexualidad escondida. Ciertamente, muchos de los más grandes nombres de la moda del siglo veinte han sido gay o bisexuales, incluyendo figuras como Christian Dior, Cristóbal Balenciaga, Yves Saint Laurent, Norman Hartnell, Halston, Rudi Gerneich, Giorgio Arman, Calvin Klein y Gianni Versace.


A medida que los diseñadores sobrepasaron a los sastres tradicionales o lo fabricantes de ropa tradicionales en la moda masculina, comenzó a aparecer una nueva influencia gay. Debido a que los gay frecuentemente experimentan con nuevas ideas, estilos, telas, etc., los diseñadores como Jean Paul Gaultier comenzaron a ver lo que pasaba en la calle, y en los clubs gays para obtener ideas e inspiración para sus colecciones para hombres. Mas aun, los gays compraron ropa que fue influenciada y dirigida hacia una estética gay, por lo que su gusto influenció la moda de formas tanto obvias como sutiles.


El advenimiento del "hombre nuevo" (como un icono mediático) en los 80 fue el resultado de la reacción de los hombres a los grandes cambios sociales producidos por la segunda ola de feminismo, sobre todo en el ambiente laboral. Como consecuencia se volvió aceptable que los hombres heterosexuales se interesasen en su apariencia, ropa y productos de valet.


Poco a poco los hombres comenzaron a ser expuestos como objetos sexuales en la publicidad. Los enormes avisos de Calvin Klein es el ejemplo más famoso de esta tendencia. Las nuevas revistas se dirigieron a un público masculino consumidor heterosexual más amplio, pero aun se podía percibir la influencia gay. Ya no solo los diseñadores creaban este look sino, los estilistas, peluqueros, fotógrafos enfáticamente influenciaban en la moda.


Hoy es perfectamente aceptable que los hombres heterosexuales estén interesados en la moda y sean consumidores de productos de valet, moda o revistas. Figuras populares como David Beckham son ávidos consumidores de ropa y reconocen su deuda a la influencia gay sobre la moda.


En una era en donde la homosexualidad es tolerada y aceptada en muchos ámbitos en las grandes ciudades, se ha vuelto muy difícil distinguir entre los hombres gay y los heterosexuales en base a su vestimenta.

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