2008/10/28

> Berria: Indarkeria > DONOSTIA: DETENIDO EL PRESUNTO AUTOR DE LA AGRESION SEXUAL OCURRIDA EN RIBERAS DE LOIOLA

  • Detenido el presunto autor de la agresión sexual ocurrida el fin de semana en Donostia
  • El joven de 22 años, domiciliado en Donostia, siguió a la víctima hasta su barrio. La Ertzaintza confirma que el autor de los hechos fue detenido en julio por otro delito contra la libertad sexual
  • Noticias de Gipuzkoa, 2008-10-28 # Jorge Napal · Donostia

La Ertzaintza ha detenido al presunto autor de la agresión sexual que tuvo lugar en la madrugada del sábado en el barrio donostiarra de Riberas de Loiola. El arrestado es C.J.O., un varón de 22 años que ya había sido detenido previamente por protagonizar otro delito contra la libertad sexual, en concreto, el pasado mes de julio, acusado de realizar tocamientos a una mujer en un ascensor.


Tres días después de la presunta agresión en Donostia, la Policía autonómica dio a conocer ayer con cuentagotas los primeros resultados de una investigación que se está llevando a cabo con la máxima discreción. El vecindario se muestra estos días conmocionado, aunque el factor sorpresa es relativo entre algunos lugareños. "Siempre hemos dicho que esta zona se ve más como un polígono de obras que como un barrio. No hay la suficiente vigilancia, y ha pasado lo que tenía que pasar", lamentaba ayer David Rosado, miembro de la asociación de vecinos Riberas de Loiola. Como él, son varios los habitantes que constatan que "en determinadas calles" la presencia policial es prácticamente inexistente, a pesar de sus continuas reclamaciones en lo que va de año.


La Policía vasca acudió al lugar de los hechos el sábado, acordonando durante toda la jornada los portales y garajes que comparten el número 16 de la avenida de Barcelona y el 4 de la calle Humboldt de este barrio donostiarra.


Había que estudiar de manera concienzuda las pistas que dejaba el escenario de la agresión, y para ello era preciso un despliegue que impidió a los vecinos el acceso a los ascensores y las escaleras que dan lugar a la planta más baja de los inmuebles.


La joven, de 19 años, al parecer, fue abordada tras bajarse de un taxi cuando se dirigía al portal de casa, e instantes después era obligada a bajar a los garajes de la vivienda, donde presuntamente se produjo la agresión sexual.


Según ha podido saber este periódico, el arrestado, domiciliado en Donostia, siguió a la víctima hasta el barrio de Riberas de Loiola, y la agresión se produjo a las 5.30 horas.


Poco después la joven denunció lo sucedido ante la Ertzaintza, por lo que abrió una investigación que ayer dio sus frutos. Fuentes policiales confirmaron a este periódico que, "en principio", el caso queda cerrado con este arresto y, "salvo que ocurra algo extraño", no se esperan nuevas detenciones en los próximos días.

Las reacciones por lo sucedido no tardaron en llegar. El concejal de Movilidad y Seguridad del Ayuntamiento donostiarra, Ernesto Gasco, condenó esta agresión, al igual que la edil de Igualdad, Ainhoa Beola, quien manifestó su "más enérgica repulsa".


El del sábado no fue un episodio ni mucho menos aislado. En lo que va de año, la Ertzaintza ha practicado un total de 102 arrestos por delitos contra la libertad sexual, lo que representa un 22% más que en 2007.


La concejala expresó su "total solidaridad" con la víctima y lamentó que los hombres y las mujeres "no vivan de igual manera" en la capital guipuzcoana y no puedan "disfrutar" de la ciudad "con la misma libertad".


Beola anunció además que el Foro Municipal Mujeres y Ciudad está elaborando un mapa de "lugares inseguros" de Donostia con el objetivo de "tomar decisiones desde distintas áreas municipales" para conseguir "una ciudad más segura".


Todos los casos de agresión sexual cometidos en Gipuzkoa son atendidos en el Hospital Donostia. El servicio de Urgencias de Ginecología de este complejo sanitario recibe un promedio de entre uno y dos casos al mes. Arantxa Lekuona, ginecóloga y subdirectora médica del área quirúrgica del Hospital Donostia, admitió ayer a este periódico que, "a nivel social", comienza a detectarse una creciente preocupación por la sucesión de este tipo de delitos. "En poco tiempo, en lo que es el barrio de Amara y alrededores ha habido por lo menos tres agresiones. Hace poco atendimos el caso una mujer agredida en la zona de Portaletas, en el puerto donostiarra; hubo otro caso en la estación de Pío XII de Amara, ahora esta chica… La percepción de la gente es de que quizá se vaya haciendo necesario extremar la precaución a poco que se haga tarde para evitar este tipo de situaciones", reflexionaba la ginecóloga.


El perfil de mujeres agredidas que son atendidas en el complejo sanitario es variable. Aunque la mayor parte son jóvenes, "entre 20 y 25 años", desde el Hospital Donostia precisan que no es infrecuente atender a todo tipo de mujeres, como "el caso reciente" de una víctima "que rondaba los 40" y tuvo que ser atendida en un piso de acogida por la gravedad de su situación.


Desde el Servicio de Ginecología precisan que el primer paso a dar ante una agresión de estas características es interponer la denuncia ante la Ertzaintza, y sólo tras haber realizado la tramitación la agredida suele acudir al complejo sanitario para realizar una revisión conjunta entre ginecólogos y el médico forense.


Aunque ése es el protocolo habitual, el nuevo jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Donostia, Miguel Ángel Gilibert, reconoce que también suelen darse casos de mujeres que acuden a la exploración sin haber denunciado previamente la agresión, lo que "hace mucho más complicado nuestro trabajo, porque con la exploración podemos llegar a entrometernos en la labor del forense", admite el facultativo.


El médico forense es precisamente quien trabaja conjuntamente con los ginecólogos en la revisión, exploración y toma de muestras, y el que se encarga de realizar la tipificación de DNA con el fin de localizar a contrarreloj al agresor.


La ginecóloga Lekuona reconoce que para cualquiera de las mujeres que se ven obligadas a pasar por este trance, dar el paso y someterse a la prueba médica "no es agradable", ya que a lo largo de ese proceso, además de tomar las muestras necesarias, se les ponen tratamientos profilácticos para evitar posibles transmisiones de enfermedades de transmisión sexual.


El tratamiento que administran "con antibióticos" para evitar males mayores, según admite Gilibert, es preciso que tenga una continuidad en el tiempo y un seguimiento médico.

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