- "La memoria histórica busca limpiar una herida que dura ya 70 años"
- 'La buena nueva' es un filme de amor, lucha y religión que retoma una historia de la Guerra Civil a través de los ojos de la cineasta navarra Helena Taberna. Ayer explicó cómo se realizó en la Universidad Pública Navarra, hoy lo hará en la UPV. El día 14 de noviembre se estrena
- Deia, 2008-10-24 # Maite Redondo • Bilbao
Si hay algo claro es que a Helena Taberna no le gusta el cine fácil. Con Yoyes (1999), su ópera prima,realizó un magistral retrato de Dolores González Catarain, la dirigente de ETA a la que sus ex compañeros de armas no le perdonaron sus deseos de reinserción y a la que asesinaron con un tiro en la nuca en la plaza de Ordizia. Y en Extranjeras (2003) mostró la cara desconocida de otras culturas a través de la experiencia de varias mujeres inmigrantes que vivían en Madrid.
Su nueva película La buena nueva es también cine en estado puro. A la realizadora navarra le sirve para reflexionar sobre lo que estápasando en nuestro país con la memoriahistórica.
El filme coincide en un momento en el que el juez Garzón se ha declarado competente para instruir la causa de los desaparecidos y los asesinados por el franquismo.
Me da la sensación de que estoy muy cerca de la sociedad. El peligro que a veces tienen los artistas es de crear un universo ajeno al resto del mundo. También me apetece dar esa mirada de que los cineastas no somos extraterrestres. Somos personas que tenemos los mismos sentimientos y podemos tener una opinión política sobre las circunstancias reales. Afortunadamente me ha pasado también con mis dos anteriores largometrajes, que han tenido conexiones con debates muy abiertos en la sociedad. En lugar de contarlo de otra manera, lo cuento con mis películas.
¿Puede el cine contribuir a la recuperación de la memoria histórica?
Cine y memoria es lo mismo. Cuando una película consigue esa capacidad de emocionar, ya ha hecho un transito hacia la reflexión. Ha hecho falta 70 años para empezar a hacerse preguntas de si es justo que los familiares tengan acceso a la información de dónde están los cuerpos de sus seres queridos. Me parece de una incomprensible dureza que alguien pueda plantearse que ese derecho no existe.
¿Cómo surgió 'La buena nueva'?
No es un problema que me ha tocado de cerca, pero siempre he sido muy sensible a él. Cuando tenía 17 años leí el libro Yo no me avergoncé del Evangelio de mi tío Marino Ayerra, el que fuera párroco de Altsasu durante los trágicos meses que siguieron al golpe militar de 1936. Me marcó muchísimo, hacía ya muchos años que tenía en mente este proyecto, sobre todo desde que conocí en profundidad la vida de este sacerdote al que le tocó vivir situaciones desgarradoras. La historia está basada en estos hechos reales, pero también añado muchas situaciones y hechos nuevos.
Su primera aproximación al personaje la plasmó hace ya varios años en el documental 'Alsasua 1936'. ¿Por qué no abordó entonces el largometraje?
En el año 95 lo intenté en Leioa. Lamentablemente, no lo pude llevar a cabo, no tenía permiso, tuve elementos de censura, problemas con la financiación... De todos modos, me alegro de que no surgiera porque es un proyecto muy complejo y me ha esperado a que yo estuviera mas madura como cineasta y como persona.
Dicen que no va a dejar indiferente a nadie...
La verdad es que he buscado un elemento sanador para las heridas del franquismo. Hace falta limpiar una herida que dura ya 70 años. Ha habido un silencio obligado, hemos tardado demasiado tiempo, pero no me importa si ahora lo hacemos bien. Creo que tenemos el momento del abrazo y de la reconciliación muy cerca, y si todos contribuimos a esto, al final vamos a poder devolverles la dignidad y hacer el homenaje por lo que sufrieron.
¿Una película puede hacer todo esto?
Desde luego, soy prudente y sé que una película no lo puede hacer todo, pero sí quiero que esta película sirva de homenaje a quienes sufrieron en aquel momento y creo que mucha gente se va a sentir identificada y reconfortada al saber que su silencio y sufrimiento de tantos años va a tener un lugar en el cine y en la historia de nuestro pueblo.
En alguna ocasión ha contado que 'La buena nueva' es también una historia de amor...
En realidad, desde el momento en que empezamos, ya nos planteamos que no íbamos a reproducir la biografía de Marino Ayerra de manera exacta. Queríamos retratar la vida de un pueblo de Navarra, con un sacerdote que participaba de los elementos del pueblo, de un joven, un cura progresista y defensor de los humildes. Pero luego todas las relaciones que se establecen entre los personajes son inventadas. La historia de amor es muy importante y muy hermosa, está palpitando todo el tiempo.
¿Se han puesto en contacto con usted algún familiar o asociaciones de víctimas de la Guerra Civil?
Todavía no la han visto, hemos hecho alguna proyección privada para los historiadores. Uno de los primeros que la han visto fue Ian Gibson y me tranquilizó. Reconozco que no soy ninguna experta, a pesar de que he contado con muchos asesores y me he documentado muy bien. Que alguien como Ian Gibson me dé el OK desde el punto de vista cinematográfico e histórico es muy importante para mí. Y encima que considere que es una película que la tiene que ver todo el mundo desde los jóvenes, hasta los viejos, me encanta.
Ayer explicó cómo realizó la película en la Universidad Pública de Navarra, y hoy lo hará en la UPV. ¿Es un tema que interesa a los jóvenes?
El cine es esa herramienta intermedia entre la universidad y la vida que puede ayudar muchísimo a estos dos elementos. Espero la presencia masiva de los universitarios en las salas de cine, ya que la mayoría de los jóvenes asisten al cine a ver películas que están programadas por el cine americano que cuenta historias mucho más alejadas. Si somos capaces de contar buenas historias y contarlas bien cinematográficamente, los jóvenes pueden asistir en masa a ver las películas y encima van a tener un plus de conocer su historia y de emocionarles más directamente.
Hay muchas películas sobre la Guerra Civil, pero pocas dirigidas por mujeres...
Es cierto, yo estaría encantada de que hubiera muchas más mujeres directoras. Creo que perdemos todos, porque la diferencia es muy importante. Realmente es sorprendente que se hacen al año 150 películas y ni siquiera 8 ó 9 fueron dirigidas por mujeres el año pasado. Lo mismo que la literatura se ha enriquecido con la mirada de las excelentes escritoras que han aparecido, en el cine tendría que haber un plantel mucho más numeroso de mujeres que diéramos nuestra mirada sobre el mundo.
¿Tan difícil lo tienen las mujeres?
Lo mismo que con la memoria histórica es porque todavía tenemos déficit democrático en la sociedad actual. A pesar de que a tanta gente se le llena la boca con esa palabra, que es como la libertad, una palabra un poco peligrosa. Palabras profeso las llamo yo, porque una se pasa toda la vida consiguiendo eso.
Pues a Helena Taberna no le va nada mal...
No me puedo quejar en absoluto. Mi película ha sido seleccionada para la sección oficial del Festival de Valladolid y para el Festival Cineuropa de Santiago de Compostela. Ahora sólo espero que guste al público.
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