- Investigación por un crimen en la calle Moncasi
- El detenido por el asesinato de un gay ya negó la autoría hace un año
- El pasado martes rechazó que fuera homosexual y se ratificó en su primera versión. El juez ha tomado declaración a la mujer del sospechoso y a otros dos familiares.
- El Periódico de Aragón, 2008-12-09 # J.M. Pérez Bernad
El joven detenido la pasada semana como presunto autor del asesinato del albañil Francisco Lozano Gaceo, cometido en enero del 2007 en su vivienda de la zaragozana calle Moncasi, ya había sido interrogado por la Policía sobre estos hechos hace más de un año. Entonces, como ahora, ya negó su autoría en el crimen.
Con motivo del arresto, la Jefatura Superior de Policía informó de que el sospechoso era la última persona que mantuvo contacto con la víctima el día en que se supone que se produjo el asesinato.
El implicado ya reconoció entonces que había mantenido contactos telefónicos con la víctima y que pudo ser el último en hablar con ella por el móvil. También asumió que había estado en algunas ocasiones en su domicilio.
Sin embargo, los investigadores estimaron que no había suficientes indicios para imputarle. En la agenda que se encontró en la vivienda de Lozano había en torno a 400 direcciones y una conversación telefónica, aunque fuera la última que mantuvo este, no servía para alterar la presunción de inocencia. Además, el piso había sido visitado por numerosas personas de muchas de las cuales se encontraron huellas.
El sospechoso, que está casado, tiene una hija y está a la espera de otra, ha negado que sea gay. Según su versión, lo que le llevó a trabar relación con el fallecido fue la curiosidad por conocer los ambientes homosexuales de Zaragoza.
En su entorno familiar, nadie cree que pueda ser el asesino y, pese a que la Policía Científica ha rastreado los dos coches que utilizaba, no se ha encontrado ninguna prueba que le relacione con el crimen. Es una persona que llevaba una vida normal --doble vida según los investigadores-- y que tenía un trabajo que ahora puede peligrar.
Después de que el juez instructor decretara su ingreso en la prisión de Zuera, el magistrado tomó declaración a la mujer del detenido y a otros dos familiares, posiblemente para comprobar su coartada y conocer mejor el ambiente en que se desenvolvía, aunque no ha trascendido nada de estas declaraciones.
Esta misma semana podría abrirse el sumario, ya que se trata de un delito que tendrá que juzgarse por la Ley del Jurado, que no admite el secreto de las actuaciones una vez que existe un imputado.
Es previsible que el juez y la Policía hayan encontrado alguna otra prueba que sirva para incriminar al detenido, ya que nada ha cambiado desde su primera declaración como sospechoso poco después de que ocurrieran los hechos.
El cadáver de Lozano fue encontrado el 24 de enero del 2007 en la bañera de su vivienda, después de que un allegado alertara a la Policía sobre su desaparición. Presentaba más de 50 puñaladas, todas ellas asestadas entre el cuello y la cintura, y la bañera no tenía agua.
No había restos de sangre en otras dependencias de la vivienda, aunque el dormitorio estaba revuelto, con ropas sacadas del armario que se encontraban en el suelo o sobre la cama.
La Policía sospecha que el asesino intentó simular un robo, pero la investigación se orientó desde el primer momento hacia un crimen pasional. El arma utilizada para matar a Lozano, un cuchillo de hoja ancha según se desprende de la autopsia, todavía no se ha encontrado, pese a que la Policía la buscó hasta en los registros próximos al lugar de los hechos, y los buceadores de Bomberos, en el cauce del río Huerva.
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