> Berria: Xenofobia > ARIAS CAÑETE CUESTIONA EL TRABAJO DE LAS PERSONAS MIGRANTES Y LES CULPA DEL COLPASO DE LAS URGENCIAS

• Arias Cañete cuestiona el trabajo de los inmigrantes y les culpa del colapso de las urgencias
• Incluso Pizarro critica el ataque de su compañero de partido
• El Plural, 2008-02-08

A raíz de la idea esbozada por Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, sobre la creación de un “contrato de integración” para inmigrantes, Miguel Arias Cañete, secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, se lamentó de que existen “enormes problemas de integración”, lanzando un discurso en el que criticaba a los inmigrantes por no ser a su juicio “aquellos camareros que teníamos que les pedíamos un cortado, una tostada con crema, una con manteca colorada, de cerdo, una de boquerones en vinagre y te lo traía todo con una enorme eficacia”. Las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió disculpas a los inmigrantes “por la ofensa discriminatoria de Cañete”.

Según recoge la cadena SER, Arias Cañete alabó la propuesta de Mariano Rajoy de poner en marcha los “contratos de integración”, porque a su juicio los españoles “tenemos derecho” a pedir a los inmigrantes que se integren y si no lo logran, a que vuelvan “voluntariamente” a su país. Cañete defendió la necesidad de que se revise la política en materia de inmigración argumentando que los inmigrantes colapsaban los servicios de urgencias tras haber descubierto las bondades de nuestro sistema sanitario. "Alguien que para hacerse una mamografía en Ecuador tiene que pagar el sueldo de nueve meses, viene aquí y tarda un cuarto de hora”, comentó.


Sector servicios
A juicio de Arias Cañete, en España “hemos hecho un esfuerzo de acogida a inmigrantes que han sido positivos para el crecimiento económico”, pero al mismo tiempo insistió en que el sector servicios cuenta por ello “con una mano de obra no tan cualificada”. Cañete puso como ejemplo de esto último las diferencias entre los actuales camareros y aquellos “que teníamos” que te lo traían todo “con una enorme eficacia”.

Presidente del Gobierno
Las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue uno de los primeros en manifestarse al respecto. En primer lugar, Zapatero pididó disculpas a las mujeres inmigrantes por las “ofensas discriminatorias” del PP, que calificó de “injustas, inaceptables e intolerables”, según EFE. El presidente del Gobierno añadió que “en el fondo (Cañete) no está pensando así de un trabajador inmigrante, se está pensando así de todos los trabajadores”. Zapatero se mostró igualmente crítico con la propuesta de Mariano Rajoy de hacer firmar a los inmigrantes un “contrato de integración”, idea sobre la que el minsitro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que tiene un “humo con tufo a xenofobia”, tal y como ya informó El Plural.

Gaspar Llamazares
El líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, también tachó el “contrato de integración” de ser una propuesta “anticonstitucional, xenófoba y homologable a la extrema derecha europea”. Según Llamazares, este contrato supone incluir “cláusulas abusivas y basadas en el miedo, la desconfianza y la uniformidad”.

Asociaciones de inmigrantes
La Federación Nacional de Ecuatorianos en España se ha manifestado igualmente en contra de la propuesta del PP, asegurando que esos “criterios” de la derecha “sólo se desarrollarían en la Alemania nazi”. La Coordinadora de Ecuatorianos en España, la Federación de Asociaciones de SOS Racismo o la Asociación de Inmigrantes Rumiñahui consideran que la idea popular no es sino una serie de medidas “excluyentes y reduccionistas”.


Pizarro resta importancia a las declaraciones de Cañete
En cuanto a las declaraciones de Arias Cañete, el número dos del PP por Madrid, Manuel Pizarro, no ha dudado en defender a su compañero de partido. Todo el mundo puede “equivocarse” y tener “una tarde afortunada o no, como los toreros o los futbolistas”, según Pizarro, quien al mismo tiempo insistió en que los inmigrantes contribuyen a trastocar “la vida ordinaria, los servicios sociales, la sanidad, al educación, el gasto público y la convivencia”.