- Anne Holt, escritora de novela negra
- "Soy lesbiana y fui ministra: no es problema en Noruega"
- La Vanguardia, 2008-02-27 # Víctor-M. Amela
Tengo 49 años. Nací en Larvik (Noruega) y vivo en Oslo. He sido periodista, policía, abogada, ministra… y ahora escribo novela negra. Soy lesbiana, estoy casada con mi pareja y tenemos una hija, Iohanne (5). Soy del Partido Laborista. Soy atea. Me gusta ver fútbol en televisión
¿De qué fue ministra?
De Justicia. De octubre de 1996 a marzo de 1997.
¿Poco tiempo, no?
Una grave enfermedad me obligó a hospitalizarme, y opté por dejar el cargo.
Y ahora escribe novela negra.
Es un modo entretenido y eficaz de contar cosas interesantes sobre mi país.
Reconocerse lesbiana ¿no obstaculizó su vida política?
No. Es algo que nunca he escondido. Desde los 18 años lo ha sabido mi familia, mis amigos, mis compañeros de mis trabajos...
Sin problemas.
Sin exhibicionismos. No he ido por ahí contando mi vida privada. Detesto tiranizar a una sociedad con la vida privada de los famosos: es una tendencia social amenazante que denomino "tiranía de la intimidad"...
Pues no se venga a vivir a España...
Al casarme, eso sí, mi boda salió en los periódicos, por lo que ese acto tiene de público.
¿Conoce la ley española del matrimonio homosexual?
Sí, y me alegro por ustedes. En Noruega nos falta acometer una reforma legal para mejorar la adopción y la fertilidad asistida de las parejas homosexuales.
¿Por qué?
Para tener a nuestra hija, mi pareja tuvo que salir de Noruega, ser inseminada artificialmente, volver, alumbrar a la niña, y entonces yo la adopté legalmente, en cuanto que es hija de mi pareja. ¡Demasiado complicado!
¿A la sociedad noruega no le incomoda una ministra lesbiana?
¡No! ¿A la sociedad española sí?
Ninguna política española se ha reconocido lesbiana, así que no sé…
Ser homófobo está mal visto en mi país. Tuvimos un ministro de Economía gay, y del Partido Conservador, y sin problema.
Es un buen ejemplo...
Pero yo no creo en los modelos públicos que a veces busca el movimiento homosexual. Lo único que funciona son los modelos cercanos, próximos: yo puedo ser un modelo para mis sobrinas, pero dudo que lo sea para personas que no trato.
¿A qué se dedicaba usted antes de ser ministra?
Fui editora y presentadora de televisión. Luego fui miembro de la policía judicial. Luego abrí un bufete jurídico privado. Y después, ministra de Justicia…
¿En qué actividad se ha divertido más?
Junto a una colega, ejercí de reportera, editora y presentadora del informativo de televisión más seguido de Noruega, en la cadena pública NRK.
Eso sí es tener poder, señora Holt.
Durante ese curso (1992), en horario de máxima audiencia, emitíamos la media hora de televisión más vista de Noruega, con cuotas de pantalla ¡del 75%!
¿Tiene algo en común aquello con escribir novelas?
En ambos casos la cuestión es contar historias y contarlas bien. Y en mis novelas intento también reflejar la realidad de mi país.
Su fama ¿le ayudó a llegar a ministra?
No lo sé, porque yo nunca me presenté en lista electoral alguna: me llamó el gobierno para ofrecerme el Ministerio de Justicia.
¿Ya sabe que de la televisión ha salido la que será reina de España?
Lo sé, lo sé. Recuerde usted que, antes de su boda con doña Letizia, una noruega fue pareja del heredero al trono de España...
¡Eva Sannum, es cierto! ¿Qué tal anda?
La mar de bien. Eva Sannum es miembro de un consejo asesor de medios audiovisuales, institución estatal que emite dictámenes sobre eventuales abusos de los medios.
¿Cree que cometieron abusos los medios españoles con ella?
Creo que padeció cierto acoso mediático, se asaltó su intimidad. Eva Sannum vive mucho mejor ahora, desde luego.
Pero podría haber sido reina...
Ah, ¿y a usted le parece envidiable esa vida? ¡A mí no!
Ustedes tienen también rey. ¿Hay republicanos en Noruega?
Todos lo somos..., ¡pero nadie hace nada para desmontar la monarquía!
¿Por qué?
Porque a todo el mundo le va bien así. La gente no tiene queja, nadie discute por eso. Vemos lo que pasa en repúblicas europeas como Italia, y pensamos: "Para acabar a tortas sobre los escaños, ¡mejor un rey!".
Un asunto menos que solucionar, ¿no?
Un presidente de república puede salirte por peteneras, mientras que un rey sabes de dónde viene: ¡lo tienes educándose esmeradamente durante treinta años para eso!
¿Es cierto que los ministros noruegos no llevan escolta?
Yo tenía protección en el ministerio, pero en la calle era como cualquiera.
En España alarma la violencia doméstica, muy aireada por la televisión...
En Noruega esas tragedias ocupan a la policía y a la justicia, pero la tele no se dedica a sacarles miga. Sí me disgusta que si un musulmán mata a su esposa hablan de "crimen de honor" en vez de "tragedia familiar", al revés que si la pareja es escandinava… Una distinción impropia, inadecuada.
Desde aquí, la sociedad noruega se nos antoja idílica: ¿todo funciona bien?
Lea mis novelas negras y se desilusionará. Pero hay una cosa que nos salva de todo.
¿Qué es?
Que somos inmensamente ricos.
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