2008/08/08

> Berria: Indarkeria > GIPUZKOA: LA DIPUTACION SOLICITO EN ABRIL LA REPATRIACION DE LOS MENORES ACUSADOS DE LAS AGRESIONES

  • La Diputación solicitó en abril la repatriación de los menores acusados de las agresiones
  • Dos de los cuatro detenidos por abusar de una joven y golpear a su novio en Villabona han sido internados en el reformatorio de Zumarraga. Otro menor fue arrestado anteayer en Tolosa por amenazar a un monitor
  • El Diario Vasco, 2008-08-08 # Arantxa Aldaz · DV · San Sebastián

La detención de siete menores acusados de dos agresiones sexuales en Donostia y Villabona ha encendido todas las alarmas en Gipuzkoa. La Diputación, responsable de la tutela de estos adolescentes, manifestó ayer su total rechazo a los «execrables hechos», al tiempo que solicitó una mayor colaboración entre las instituciones, especialmente a los jueces, para atajar «un problema de difícil solución» generado, insisten, por una «minoría» muy conflictiva. Con ese objetivo, la Diputación había solicitado el pasado mes de abril la repatriación de los siete inmigrantes, que ya acumulaban varios delitos, un proceso «complicado» que no ha llegado, de momento, a resolverse. El último episodio de violencia denunciado tuvo lugar el pasado miércoles, hacia las siete de la tarde, después de que uno de los internos en el centro de acogida de urgencia de Tolosa amenazase a uno de los monitores que allí trabajan. Según informó la Ertzaintza, una patrulla de agentes se desplazó hasta la casa y detuvo al chaval, que pasó a disposición del fiscal.


Libertad vigilada

El arresto se suma a los otros siete practicados en Gipuzkoa en apenas una semana. El pasado 27 de julio, cuatro menores inmigrantes, también residentes en el centro de Tolosa, abordaron de madrugada a una pareja que mantenía relaciones sexuales en un descampado de Villabona. Según fuentes de la investigación, uno de ellos abusó presuntamente de la joven, mientras los otros agredían al chico, que sufrió una herida en el pene. Dos de ellos han sido internados en el reformatorio Ibaiondo de Zumarraga y los otros dos permanecen en libertad vigilada, según informó ayer la Diputación.


En cuanto a los hechos sucedidos el pasado domingo, los tres arrestados por robar y agredir sexualmente de una mujer en la Parte Vieja donostiarra están a la espera de comparecer ante el juez.


La Diputación no oculta su «enorme preocupación» ante los hechos. Como institución competente, recuerda, tiene que cumplir a rajatabla las normas sobre acogimiento de menores no protegidos, de lo contrario, se expone a «graves consecuencias», con penas de cárceles en el caso del abandono de un menor. No obstante, y «a pesar de los esfuerzos sostenidos», los servicios forales de atención a estos jóvenes necesitan «de una mayor implicación de otras administraciones», incluida la judicial, indicó ayer la entidad foral en una nota de prensa. El director de Infancia y Juventud, José Ignacio Insausti, insistió en que «el sistema no está desbordado, pero la realidad está superando el marco normativo». De alguna forma, los responsables forales se sienten constreñidos por las exigencias legales, especialmente cuando se detecta algún comportamiento delictivo. La Diputación recuerda que no puede, por ejemplo, ordenar motu propio el internamiento de los menores en centros de reforma. Sí puede, en cambio, solicitar la expulsión del país de estos menores. Así lo hizo el pasado abril con los siete acusados de las dos agresiones en Villabona y Donostia. A la vista del historial delictivo que acumulaban los chavales, sobre todo robos -algunos con violencia-, la institución foral se puso en contacto con la Subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa para que los siete inmigrantes fueran reagrupados con sus familias en sus países de origen.


Apoyo a las víctimas
Por eso, Insausti pide reflexionar sobre el devenir del actual sistema de acogida de menores en riesgo de desprotección y un cambio legal para dotar a la Diputación de «más herramientas correctoras». Una idea en la que también se mostró de acuerdo el diputado por el PSE en el Congreso Ernesto Gasco, que defendió que los extranjeros que cometan abusos sexuales puedan ser expulsados de España directamente.


Mientras se fragua el debate, la Diputación insistió en que «no cejará» en su postura «firme» con los menores conflictivos, a la vez que se solidarizó con las víctimas de las dos agresiones.


Por su parte, el colectivo Bilgune Feminista ha convocado una concentración hoy en Villabona para denunciar las agresiones sexuales contra mujeres, como las supuestamente cometidas por los menores tutelados. El ayuntamiento de la localidad también se sumará al acto, a las 20.00 horas en el puente de Zubimusu.


La oposición pide explicaciones
Los partidos de la oposición en las Juntas Generales reclamaron ayer a la Diputación que adopte «medidas» para mejorar el servicio de acogida de menores en situación de desprotección, tras la detención de siete adolescentes tutelados por dos agresiones en Villabona y Donostia. El PSE mostró su «solidaridad y apoyo» con las víctimas de los abusos y aprovechó el comunicado para mostrar su «sorpresa porque la Diputación no haya dado ninguna explicación ante estos lamentables y graves hechos». La juntera socialista Susana García Chueca criticó a la Diputación por «escudarse» en la acción de la justicia y le pidió «que adopte un papel educativo activo para paliar este tipo de conductas». En este sentido, el grupo socialista registró ayer por la mañana varias preguntas dirigidas a la diputada de Política Social, Maite Etxaniz. La portavoz del PP en las Juntas Generales, Regina Otaola, coincidió con el PSE en que la Diputación «tiene que desempeñar una mayor implicación en la labor educativa de los menores inmigrantes». Para los populares, las últimas dos agresiones «demuestran la necesidad de que se destine una mayor atención a este colectivo y sus circunstancias por parte de las instituciones implicadas». A la vista de las agresiones ocurridas y de otros incidentes anteriores, «queda claro que algo está fallando», subrayó Otaola. «Es preciso que se asignen más recursos -añadió la portavoz popular-. No sólo hay que limitarse a dar cobijo, comida y cama a los jóvenes inmigrantes y luego permitir que campen a sus anchas, sino que se deben poner las condiciones para que, de verdad, se dé su integración en la sociedad guipuzcoana», concluyó Otaola.


Comparecencia

EB y Aralar solicitaron por separado la comparecencia en Juntas Generales de la diputada de Política Social, Maite Etxaniz. El juntero de EB Jon Lasa condenó los hechos y reclamó a los responsables forales «información de primera mano» sobre lo sucedido, al tiempo que se solidarizó con las víctimas. «No tenemos que generar alarma social, pero sí articular todos los instrumentos que hagan falta para que no vuelva a suceder nada similar», dijo. Rebeka Ubera, de Aralar, cree necesario un cambio en el modelo de integración de los menores inmigrantes, porque el actual «no está funcionando», aseguró la juntera.


Ernesto Gasco (PSE): «Mayor control y un cambio de las leyes»
El diputado socialista y concejal de Seguridad Ciudadana de Donostia, Ernesto Gasco, propuso ayer una reforma del marco legal para que los inmigrantes que cometan abusos sexuales puedan ser expulsados de España de forma automática. En una rueda de prensa en el Ayuntamiento donostiarra, el edil fue tajante a la hora de condenar las agresiones de Villabona y Donostia por parte de siete menores extranjeros tutelados por la Diputación. «Lo que no pueden permitir las leyes es que personas que cometen delitos de estas características, aunque sean menores de edad, tengan una serie de privilegios por no tener los dieciocho años y nos veamos obligados a que permanezcan en el país», subrayó. A su juicio, los dirigentes políticos deberían «estudiar y reflexionar sobre una modificación del marco legal que permitiera que cometer abusos sexuales, de cualquier tipo, sea motivo directo de expulsión», siempre que se demuestre que los acusados «han sido partícipes de los hechos». También reclamó un «mayor control» a estos menores por parte de los responsables de los centros de acogida de Gipuzkoa ya que, aunque reconoció la dificultad de su trabajo, aseguró que los menores «no pueden campar a sus anchas en horarios nocturnos, cuando la sociedad guipuzcoana está siendo solidaria» y está sufragando los sueldos de los educadores, los edificios donde se alojan, su educación y manutención.


24 horas de margen

En lo que respecta al cumplimiento de los horarios, el director de Infancia y Juventud, José Ignacio Insausti, quiso dejar claro que los monitores toman nota de las infracciones. El horario límite de llegada los fines de semana está fijado a las 23.00 horas. «Si algún menor se ausenta se llama a la Ertzaintza. Si a las 24 horas no ha sido localizado, se interpone la denuncia correspondiente», explicó.

  • «No todos son culpables»
  • Los vecinos de las viviendas y talleres del entorno del Centro de Menores de Tolosa se muestran preocupados
  • El Diario vasco, 2008-08-08 # Jacier Meaurio · DV · San Sebastián

«¿Qué, queréis comprar la casa? ¿Os gusta. Es bonita verdad?», nos dice con ironía un sonriente joven marroquí mirando la fachada de la llamada 'Sevendenea', la casa de la Diputación que ocupa el solar del número 5 de la calle del Matadero de Tolosa. Allí viven cerca de 25 menores de edad, jóvenes marroquíes, bajo la tutela del ente foral, y allí vivían también los cuatro detenidos en la madrugada del pasado 27 de julio en Villabona, acusados de agresión sexual a una joven y de causar lesiones a su novio.


La zona está ocupada por numerosos talleres mecánicos, alguno maderero, así como por diferentes viviendas. Todos conocen lo sucedido en Villabona y aseguran que se trata de la crónica de una historia anunciada, pues quien más quien menos ya ha presentado denuncias por incidentes que se producen alrededor de 'Sevendenea', aunque reconocen también que la situación ha mejorado en los últimos meses.


«Los que vivieron antes que el grupo de ahora sí que hicieron barbaridades. Estábamos muy preocupados. A mi hijo le rompieron las lunas del coche para robarle los paquetes de tabaco que llevaba en el interior. Luego saltaron la tapia se subieron a la higuera y la destrozaron. El guarda jurado de aquella época solía andar por aquí buscándolos», señala un vecino que sale a depositar el vidrio y el papel en los contenedores de reciclaje que se encuentran junto al bloque de edificios rojos ubicados al sur del centro de menores. «Fuimos a la Ertzaintza y nos dijeron que lo único que podíamos hacer era presentar la denuncia. Pero por eso no vivimos más tranquilos», añade.


Otro vecino se muestra más contundente: «Éstos, donde vayan van a crear problemas. No digo que sean todos culpables, pero basta con que haya media docena empeñados en hacer las cosas torcidas para que la convivencia resulte muy difícil. Para empezar, porque atemorizan al resto, que no se atreve a echarles en cara su mal comportamiento. No se trata de racismo. No seamos hipócritas. ¡Qué levante el dedo el que quiera que le pongan un centro de éstos junto a su casa!», razona.


También en los talleres
Coinciden en esta apreciación en los cercanos talleres mecánicos y madereros de los alrededores. «Aquí tenemos apilados un montón de neumáticos y de maderas. Imagínate si se les ocurre darles fuego un día en plan gamberrada. En su momento ya hablamos con el alcalde de Tolosa y nos salió con el típico argumento de que estamos siendo un poco racistas», explican.


Lo mismo que los vecinos, señalan también que los últimos jóvenes que han venido al centro son más tranquilos, y están más vigilados. «Los anteriores destrozaron la casa y por eso les llevaron a Segura. Fueron unos meses buenos, pero quemaron el centro segurarra y los volvieron a traer aquí. Nos ha vuelto el problema», aseguran.


Los que viven y trabajan en la zona recuerdan que «los guardas jurados terminan por irse. A uno le clavaron un tenedor en la frente y a otro le rajaron el cuello con el filo de un cristal de una ventana que rompieron. Ahora ya no hay cristales. Las ventanas están cegadas».


Un hombre de un taller no se olvida de algo que pasó hace más de un año, con el otro grupo de residentes. «Vino un cliente a pagar una factura. Era una operación rápida de unos minutos, por lo que dejó en el coche, con la puerta abierta, a su hija pequeña. Cuando volvió se encontró dentro del vehículo con uno de los jóvenes del centro. No le había hecho nada a la niña, pero nuestro cliente quería 'matarlo', de la impresión que le causó la situación».


Una pareja que pasea por la zona y que tiene comercio en Tolosa dice que «los robos han disminuido. Es la impresión general, pero luego pasan cosas como la de Villabona y te echas a temblar».

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