- Cambiarse de nombre sin hormonas
- El Congreso debate desde las 16.00 una proposición del PNV para que los transexuales sólo necesiten un diagnóstico psiquiátrico para modificar su DNI, en lugar de tener que hormonarse durante al menos dos años
- ADN, 2008-09-23 # Diego casado
"Mi DNI está enterrado y no lo saco salvo caso de fuerza mayor". Lo dice Ariel, un joven (19 años) transexual de Las Palmas que todavía no ha podido cambiar su nombre legal por la denominación con la que todo el mundo lo conoce.
Ariel ha pasado dos años tomando hormonas para poder pedir que borren el nombre de Tamara de su carné de identidad. No hay otro modo. Lo necesita junto a un informe psiquiátrico que acredite su transexualidad. Hasta ahora.
Las cosas pueden cambiar si prospera la Proposición No de Ley (PNL) que el PNV ha llevado al Congreso para ser votada esta tarde, y que apuesta por modificar varios puntos de la ley (ver aquí su texto completo), que califica de "anacrónica".
En concreto, los nacionalistas vascos piden eliminar el requisito de la hormonación y lo argumentan explicando que la ley actual "no se ajusta a las necesidades de vida actuales de hombres y mujeres transexuales", reza el texto de la proposición.
Hasta hace un año, el cambio de nombre estaba reservado a los transexuales que se habían operado. Desde 2007, sólo han de presentar el informe psiquiátrico que avale una disforia de género y que acredite haber estado bajo tratamiento con hormonas al menos dos años. Lo primero es fácil de conseguir. Lo segundo puede suponer un desembolso de dinero importante, además de un retraso grave en algunos casos.
"Mi nombre real me hace sentir mal"
Tener un nombre de chica en el carné de identidad si te sientes y parecer un chico puede ser "un auténtico calvario" para un menor, afirman desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).
El de Ariel es un claro ejemplo de ello: desde que descubrió su identidad sexual ha sufrido numerosos casos de transfobia. Los problemas se incrementaron en el instituto, donde tenía dificultadas hasta para ir al servicio: "no me dejaban entrar al de los chicos, así que al final opté por no ir al baño", cuenta.
Las dificultades de contar con otro nombre llegan hasta a la hora de pedir trabajo: "Quiero emanciparme, pero me da miedo entregar un currículum en el que venga un nombre de chica".
"Me hubiera ayudado haberme podido cambiar de nombre antes", cuenta. "Odio el nombre de Tamara. Siento que no soy esa persona".
La FELGTB pide el tratamiento en el sistema público
Ariel aplaude la iniciativa del PNV, algo que también hace la FELGTB, que cree que la medida puede facilitar a los jóvenes transexuales -uno de los colectivos más vulnerables socialmente, comentan- a tener menos problemas en la consulta del médico, en la enseñanza o a la hora de encontrar su primer trabajo.
"No sabemos si saldrá la PNL y cómo lo hará", adelanta Antonio Poveda, presidente de la asociación. A la espera del resultado de la votación, aprovecha para pedir la ampliación de los servicios sanitarios para los transexuales.
Poveda recuerda que ninguna sanidad pública, salvo la Andaluza, cubre el tratamiento a los transexuales, tanto a la hora de darles asistencia psicológica como para administrarles hormonas a bajo coste. Actualmente, muchos transexuales han de obtener dichos medicamentos "por la puerta de atrás", apunta Poveda. Y los que lo compran sin prescripción pueden gastarse unos 150 € al mes durante los dos años necesarios para conseguir el cambio de nombre.