- Ignorancia y censura en los medios al rojo vivo por detencion de ex lider del movimiento transexual
- Si la dirigente social de la derecha política, Silvia Parada, resulta culpable de abusos sexuales contra menores deberá cumplir su pena con todo el rigor de ley. Todos vamos a querer y exigir eso. Lo que nadie debe permitir es que, culpable o no, una transexual reciba un trato denigrante sólo por su identidad de género. Menos que se asocie a la transexualidad con la pedofilia.
- OpusGay, 2008-04-04
Desde el 2004 que en la práctica Silvia Parada dejó de ser una activista cuya lucha central fueran los derechos de las personas transexuales. Ella más bien terminó perfilándose como una dirigente social de la derecha política, en especial de la Unión Demócrata Independiente (UDI), más específicamente del líder natural de esa colectividad, Joaquín Lavín.
Fueron más bien algunos medios masivos que por grave error y falta de chequeo de datos siguieron considerando hasta la fecha a Parada como una líder transexual, pese a que la casi totalidad del movimiento chileno de minorías sexuales desmentía esa idea cada vez que era consultado.
Cuando el martes pasado Parada fue detenida por presunto abuso sexual de seis menores, los medios la presentaron nuevamente por error, y también por festín o raiting, como "la líder" de las transexuales o como la "presidenta de la agrupación de transexuales (TravesChile) más importantes del país". Pero no es la líder y TravesChile no existe, por tanto menos es la agrupación más relevante.
Ningún medio dijo, quizás por censura o porque resultaba menos "atractivo", que Silvia más que una representante del mundo transexual, es una dirigente social de derecha, aspecto que por el cual viene trabajando en forma prioritaria desde el 2004.
Los intentos de algunos medios por relacionar la grave acusación contra Parada con el movimiento de minorías sexuales como conjunto han sido tan expresos que en el marco de esta noticia policial, se ha hecho hasta lo imposible por obtener cuñas de los grupos más importantes del país.
¿Pero qué relación tienen con el Movimiento presuntos abusos sexuales contra menores donde la acusada en la actualidad no es una activista transexual, sino que una dirigente social de derecha? ¿Por qué el mismo empeño no se ha puesto para conocer la opinión de la UDI o de Joaquín Lavín, con quienes Silvia tiene más cercanía?.
Claramente se está en presencia de una flojera en el ejercicio periodístico para indagar los verdaderos alcances de un hecho o, siendo más pesimistas, en una fría estrategia, pensada o natural, que tiene efectos discriminatorios grotescos sobre la población transexual y el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT).
La dirigente de la UDI
En mayo del 2001 el ahora extinto TravesChile obtuvo su personalidad jurídica y desde esa ahí su consolidación económica fue gracias al aporte periódico de la Municipalidad de Santiago, con Joaquín Lavín a la cabeza.
Entre el 2001 y el 2003 la entonces flamante presidenta de TravesChile, Silvia Parada, se convirtió de manera indiscutible en la principal voz de las transexuales organizadas en Chile y obtuvo varios logros en beneficio del sector que fueron aplaudidos por diversas agrupaciones de derechos humanos.
Entrado del 2004 la organización se fue despedazando en medio de denuncias de las propias activistas del grupo, que acusaban a su dirección de fraudes económicos y uso de la sede social (pagada por el Municipio) para celebración de fiestas en vez de actividades sociales.
Los antecedentes fueron puestos a disposición de diversas autoridades de derecha, pero estas no sólo habría hecho oídos sordos, sino que siguieron prestando colaboración a la activista hasta el día de hoy, ya no desde la Municipalidad de Santiago, sino que desde la de Recoleta, dirigida por Gonzalo Cornejo, también UDI.
El noviazgo con la derecha iniciado el 2001, se afianzó justamente desde el 2004, a un punto que Parada trabajó activamente en diversas candidaturas electorales de la UDI, incluidas las presidenciales, usando en varias ocasiones como plataforma de difusión a diversos actos públicos organizados por el movimiento LGTB.
Todo válido hasta aquí, pues la orientación sexual o la identidad de género no obliga a ser parte de un determinado partido o corriente ideológica, ello es parte de la democracia.
El cuestionamiento es ¿por qué la característica más definitoria de Parada en los últimos tres años, es omitida por los medios y se le vincula de manera exclusiva con el activismo transexual que vivió en gloria y majestad en un pasado mucho más lejano? ¿Cuál es la razón de que incluso muchos medios que negaron antes el obvio liderazgo de Parada como activista transexual, hoy cuando ya no es líder y es acusada de abusos contra menores, se lo otorgan de manera consensuada?
"Alias" Silvia
Todo estudio científico ha demostrado que las personas transexuales pertenecen al sexo del cual son y se sienten parte y, por tanto, así deben ser tratadas. En Chile varios medios de comunicación lograron aprender eso tras años de lucha del Movimiento.
Hoy, con las acusaciones contra Silvia hasta la prensa que más aprendió del tema mostró su cara más oscura. Silvia es tratada como hombre, y todos hacen referencia a ella como si fuera parte del sexo masculino.
Unos dicen que es "un hombre en cuerpo de mujer" (TVN), otros la califican como "un" dirigente que "viste pelo largo y senos" (La Nación), mientras que la derecha económica (Las Ultimas Noticias y El Mercurio) habla de "alias Silvia", resaltando todos su nombre legal
Canal 13, que cerró hace unos dos años la importante apertura que venía experimentando en torno a noticias de las minorías sexuales, abrió como nunca su departamento de prensa a un hecho vinculado a una persona transexual, no dando igual espacio a sucesos de discriminación del pasado que han vivido otras transgéneros.
Los medios coinciden además en calificar a Parada como "la líder de los transexuales", otro error y otra falsedad. Por suerte los intentos de involucrar al movimiento LGTB con esta noticia policial han sido en vano, pues una parte del mismo ha sido lo suficiente hábil como para rechazar todo tipo de intervención pública, a excepción de que se garantice una línea centrada en los derechos de las transexuales. Pero hasta ahora, no ha habido interés para eso. El festín del momento es otro.
Por eso, desde el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) se ha pedido en privado a los periodistas evitar todo tipo de vinculación entre transexualidad y abusos de menores, así como dar a la acusada un trato acorde a su identidad de género.
Más aún, hoy el Movilh solicitó al director general de gendarmería, Francisco Jiménez, que garantice a Silvia recibir un trato libre de toda discriminación basada en su identidad de género, pero " no por ello especial. Debe ser tratada igual que toda mujer acusada de un abuso tan terrible como este".
"Ya es suficiente trato discriminatorio que nuestra sociedad, en su ignorancia respecto a los alcances de las variedades de identidades de género, lleven a las transexuales femeninas a cumplir sus penas en recintos para hombres ", indicó el Movilh a Gendarmería.
"Transexual, heterosexual u homosexual a quien se compruebe delitos de abusos de menores o de cualquier otro tipo debe recibir con todo el rigor la sanción que determine la justicia, pero ello en nada puede tener relación con la orientación sexual o la identidad de género", puntualizó el organismo.
Las graves acusaciones
De comprobarse las acusaciones de abusos sexuales contra dos menores de 16 años y cuatro de 13 años, Silvia arriesga una pena máxima de 10 años y un día.
Los abusos, de acuerdo a una investigación de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme), ocurrieron entre marzo y julio del 2007, período cuando Silvia habría practicado sexo oral a las víctimas a cambio de dos mil pesos, comida y ropa.
La investigación se inició tras una denuncia del hogar San Pedro Armengol de la comuna de Recoleta, espacio dependiente del Servicio Nacional del Menor (Sename) donde residían las víctimas.
La fiscal Lorena Barudi precisó que los abusos se produjeron en una Casa de Acogida ubicada a tres cuadras del hogar y donde Parada trabajaba como cocinera. Las versiones de prensa indican que esa casa es la sede oficial de TravesChile, pero en realidad está a cargo de una organización aparentemente dirigida por transexuales que tiene un nombre distinto a ese.
Los niños denunciantes, tres de ellos con retardo mental, fueron sometidos a exámenes psicológicos para comprobar la veracidad de sus dichos, arrojando todos ellos que hablan con la verdad, por lo que las pruebas en contra de Silvia son contundentes.
En tanto, nuevas antecedentes siguen apareciendo contra Silvia, pues activistas del Sindicato Amanda Jofré señalaron ayer a Chilevisión que, al menos en el pasado, Silvia sí tuvo conductas pedófiilas, por lo que lógicamente se espera que las nuevas denunciantes formalicen esa declaración ante la justicia.
Ayer Silvia fue formalizada por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte y en la misma audiencia, la jueza Marie Anne Hansge pidió prisión preventiva en la cárcel Santiago Uno, donde ahora la ex líder transexual se encuentra.
Se determinó un plazo de 60 días para las investigaciones y de comprobarse las acusaciones Silvia se ganara el repudio de todo un país, en especial del movimiento LGTB, el cual producto de la noticia ya está recibiendo injustos, violentos y ofensivos correos electrónicos de grupos presuntamente neonazis.
Por ahora Silvia tiene como única defensa a sus palabras y a sus amigas más cercanas, quienes han puesto las manos al fuego por ella para indicar a todo el país que la ex líder transexual es inocente.