- "Cobardía y traición"
- Diario Ya, 2008-11-20
¿Quién manda en el PP?, ¿quién asesora a Mariano Rajoy?, ¿de dónde obtienen las fuentes para nutrir de nuevas ideas al partido?, ¿quién hace y cómo se hace el trabajo de calle para conocer si sus propuestas son compartidas por sus votantes potenciales?, ¿hacia dónde va ese partido?, ¿qué pretende, gobernar o hacer política?, ¿le gustaría estar siempre en la oposición?
Éstas son sólo las primeras siete preguntas que a cualquier persona se le pueden ocurrir tras conocer hechos como el que tuvo lugar ayer en el Congreso de los Diputados, donde el PP, cuyo representante Jorge Fernández Díaz promovió inicialmente la propuesta de poner una placa en la Cámara Baja a la Madre Maravillas, se unió finalmente al "consenso" del resto de grupos políticos y accedió a negar tan merecido homenaje a aquella santa que fue perseguida por la izquierda asesina durante la Segunda República.
La cobardía del gesto es casi lo de menos. No esperamos ya valentía de quien tantas veces ha dejado de hacer lo que debe, de defender a su gente, de ocupar el lugar que está obligado a ocupar en la sociedad española. Lo terrible es el desprecio explícito a lo que puedan sentir o pensar los miles de españoles que, seguro, creen que una santa merece una placa en el Congreso mucho más que cualquier mequetrefe de los que toman su coche oficial tuneado para ir a darle a un botón al hemiciclo. Y a veces, ni eso.
Al PP le parece mal la Ley de la Memoria Histórica de Zapatero, sí...Pero no por las razones que deberían espantarle, las razones que espantan a cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de la Historia reciente de nuestro país. Le parece mal porque supone un desprestigio para la transición y la amnistía, no porque durante la Segunda República se persiguiese, asesinase y enterrase vivas a muchas personas que, si hoy vivieran, votarían seguramente a Mariano Rajoy.
Cobarde, sí, muy cobarde. Pero no sólo eso. También traidor a su potencial electorado. También cómplice de la desmemoria manipulada que promueve el PSOE con la ayuda de los separatistas, también ignorante de lo que necesita España, ajeno a su responsabilidad con la Historia, indiferente al hecho indudable de que seguirá perdiendo votos en las próximas elecciones, y con algo de mala suerte acabará como IU. Quizá todavía esté a tiempo de rectificar.