- “El Islam debería reformarse desde dentro para evitar contradicciones"
- El director Parvez Sharma presenta hoy en Donostia su filme 'A Jihad for Love'
- El documental aborda los problemas de los homosexuales en el mundo musulmán pero "no es un ataque" al Islam
- Noticias de Gipuzkoa, 2008-04-19
"Los homosexuales musulmanes se han visto casi como obligados a elegir entre la religión o la sexualidad. Eso sería casi como si a una persona le tuvieran que amputar un brazo para poder salvar el otro", manifestó ayer el productor del filme A jihad for love , Sandi DuBowski.
Este documental, dirigido por Parvez Sharma y rodado durante seis años en doce países y en nueve idiomas, aborda las contradicciones a las que se enfrentan hombres y mujeres, profundamente religiosos, que ven como la creencia mayoritaria de los musulmanes de que el Corán prohíbe la homosexualidad choca con su orientación sexual.
"Ambas cosas -religión y sexualidad- pueden ir perfectamente juntas para así seguir siendo individuos enteros", sentenció DuBowski, en compañía del director, Parvez Sharman, en la presentación de este largometraje que viene de cosechar un importante éxito en la Berlinale y se estrenará esta tarde en el Estado en el marco del VI Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia.
Parvez Sharman dejó constancia de que su visión sobre la lucha (jihad" en árabe) de los homosexuales por conciliar su ferviente creencia y la realidad innata de su ser "no es un ataque al Islam", ya que se trata de su propia religión.
A su vez, relató que sintió la necesidad de hacer esta película después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, para sacar al Islam de la dicotomía entre el presidente de EE.UU, George Bush, y Osama Bin Laden. "Soy musulmán, soy gay y no soy violento", declaró.
El cineasta expuso que, a día de hoy, también "corren tiempos difíciles" para el Islam, ya que "no sólo está siendo atacado desde fuera, sino también desde dentro". Por ello, a su juicio, el mundo musulmán tendría que afrontar diversos retos. En primer lugar, se refirió a "reformar la religión desde dentro", tal y como intentan hacer los protagonistas de Jihad for love .
"Las soluciones no vendrán desde fuera, desde Occidente. Hace falta madurar, crecer y trabajar con responsabilidad para darse cuenta de que independientemente de la religión que sea, ya sea la católica o la islámica, hay que trabajar siempre desde dentro", subrayó.
Según Parvez Sharman, el segundo de los retos consistiría en "saber cómo gestionar los gobiernos". "Tendrán que ser los grupos locales los que deberán buscar sus propias soluciones y ver cómo tratar con esos gobiernos", añadió.
Por último, se refirió a la necesidad de "ser capaces de generar recursos y apoyo para las personas gays y para las familias que sufren por estas consecuencias".
El largometraje muestra vidas que transcurren en India, Pakistán, Irán, Turquía, Egipto, Sudáfrica y Francia. "El Islam es una religión que puede ayudar a quien sufre y reconfortarle", mantuvo el director, a la hora de explicar por qué los personajes, pese a sufrir por el Islam, se aferran al Corán para encontrar consuelo.
Prohibición
En cuanto a la difusión del filme, el director señaló que ha suscitado controversia, y en países como Singapur, que no es musulmán pero cuenta con un importante porcentaje de personas que profesan esta religión, ha sido prohibida.
También expuso lo ocurrido en Sudáfrica, donde, mediante un edicto se les declaró apóstatas, mientras en las mezquitas se rechazaba el filme. El cineasta explicó que este contexto que envolvió el documental "atrajo a más gente" a verla.
El filme presenta la lucha por el amor con la esperanza de abrir un diálogo que apenas ha existido en la historia reciente del Islam.