- La Universidad Francisco de Vitoria analiza las consecuencias de la “Ideología de género”
- Desmoronamiento social
- Alfa y Omega, n. 581, 2008-02-21 # María Martínez López
«Una ciudad en ruinas»: así definía don Rafael Rubio de Urquía, catedrático de Teoría Económica de la Universidad CEU-San Pablo, los efectos de la ideología de género sobre la sociedad occidental y cristiana. Lo hacía durante la clausura de la I Jornada sobre Ideología de Género, que la Universidad Francisco de Vitoria celebró el pasado sábado. Pero la ruina «es el punto de partida para la reconstrucción»
En 1972 se presentó lo que parecía ser la prueba irrefutable de las tesis de la teoría de género: el caso de dos gemelos, uno de los cuales había perdido el pene en la circuncisión. El sexólogo John Money aconsejó a los padres que lo educaran como a una chica. Al dar a conocer el caso, Money afirmó que el chico había asumido su identidad femenina, de la misma forma que su hermano había asumido la masculina, lo que supuestamente demostraba que no hay relación entre sexo biológico y lo que se definiría como género, el rol que cada sociedad y cultura atribuye a varones y mujeres. Sin embargo, la prueba de Money resultó no ser tan irrefutable como imaginó. Otro investigador, Milton Diamond, hizo un seguimiento del caso y, en 1997, publicó que, en realidad, el niño no había logrado adaptarse al género femenino, lo que había llegado a provocarle tendencias suicidas. Al descubrir que era un chico, decidió vivir como tal y llegó a casarse con una mujer.
Esta historia, que la neuróloga doña María Gudín contó en la I Jornada sobre Ideología de Género, organizada por la Universidad Francisco de Vitoria, no es una anécdota más. Es una de las muchas manipulaciones que han logrado, como afirmó doña María Lacalle, directora de la Jornada, que la ideología de género esté presente en todos los documentos internacionales desde la Conferencia Mundial de la Mujer de Pekín (1995), y empiece a estar en los nacionales, hasta el punto de que algunos ordenamientos urbanísticos tienen en cuenta la perspectiva de género.
La pregunta que flotaba en el aire era: ¿Cómo ha sido posible que los postulados de la ideología de género, que une el feminismo radical con el homosexualismo, se impusieran como normales? Y es que de esa supuesta independencia absoluta entre sexo y rol surge la idea de la igualdad absoluta (no sólo en dignidad y derechos) entre el hombre y la mujer, y la también absoluta libertad de cada individuo de elegir entre cinco géneros (dos heterosexuales, dos homosexuales, y bisexual). Esta postura, además, encierra una contradicción, entre la supuesta arbitrariedad de lo masculino y lo femenino y, por otro lado, el carácter innato de la homosexualidad, que muchos intentan demostrar con empeño.
El padre Luis Garza, Vicario General de la Legión de Cristo, desgranó algunas de las claves de que contradicciones de este tipo pasen desapercibidas y no enturbien el éxito de esta supuesta teoría que, al no estar demostrada empíricamente, no es más que ideología: la batalla del lenguaje, que ya han ganado al imponer un término, género, que hace referencia sólo a una convención gramatical; identificar igual dignidad con identidad total entre hombre y mujer, heterosexual y homosexual; adoptar una dialéctica de opresor (hombre, heterosexual) y oprimido (mujer, homosexual); afirmar que la mujer sólo puede realizarse mediante el enfrentamiento con el hombre; e imponer la idea de que la paternidad y, sobre todo, la maternidad son un pesado fardo.
Uno de los momentos clave de la extensión de la ideología de género fue cuando la Asociación Americana de Psiquiatras sacó la homosexualidad de su manual de diagnóstico en 1973. Como relató el médico y epidemiólogo don Jokin de Irala, tras una enorme presión de los lobbys homosexuales, la cuestión se sometió a un referéndum -algo inaudito- en el que sólo votaron un 25% de los socios. Se aprobó la propuesta. Y, a pesar de que una encuesta al azar, cuatro años después, mostró que el 69% de los socios de la APA seguía creyendo que la homosexualidad es una adaptación patológica, ya se había dado el primer paso para su normalización oficial, antesala de la social, para la cual fueron contrataron los mejores especialistas de marketing de Harvard.
Los resultados no podían haber sido mejores. Quienes «quieren que la naturaleza se defina por sus deseos», como explicó la psicóloga doña Patricia Martínez, han encontrado un poderoso aliado en la concepción positivista del derecho, que «define la persona a golpe de ley o de lobby ». Sin embargo, necesitan eliminar toda referencia a la naturaleza humana en sus dos modos de ser, hombre y mujer, y a la complementariedad natural entre ellos. De ahí los ataques contra la Iglesia y la familia.
En la clausura de la Jornada, don Rafael Rubio resumió la situación al afirmar que «cosas contrarias al orden natural se han instituido como algo positivo, mientras que lo positivo se ha sacado del marco de lo normal», en una sociedad «enferma, que ha perdido el sistema inmune» para defenderse de un ataque de estas características. Pilares de la sociedad como el reconocimiento de la naturaleza humana, o la familia, se han ido desmontando hasta dejar una ciudad en ruinas. Y ni siquiera quienes se opongan van a poder escapar de esta realidad. «En esta sala -reflexionaba el padre Garza-, seguro que hay muchos homófobos ». Así se llama hoy a quienes se oponen a la normalización de las conductas homosexuales, e incluso a los ex gays, víctimas del boicot del lobby homosexual, que quiere conseguir que la APA declare no ética la terapia de reorientación sexual, aunque la pida el propio homosexual.
A pesar de todo, en la Jornada no se cayó en el derrotismo. A las propuestas del padre Garza -promoción del feminismo de la diferencia, ayuda a las personas con tendencias homosexuales, promoción del matrimonio y la familia como la base de la sociedad, solidificar una cultura basada en los auténticos valores cristianos y humanos-, se sumaron muchas otras desde el público: oración, conversión, movilización social y compromiso en el ámbito familiar y laboral de cada persona que quiera reconstruir esta metafórica ciudad.
- La legislatura de la ideología de género
- Alfa y Omega, n. 581, 2008-02-21 # De la intervención de doña María Lacalle, directora de la Jornada
Identidad personal: La ley 3/2007 regula el cambio de sexo y de nombre sin que sea necesario para ello ni un estudio profundo (basta un informe psicológico), ni cirugía, ni ningún tratamiento para adoptar el aspecto del sexo que se desea. En definitiva, el deseo se convierte en motivo suficiente para modificar la realidad.
Relación entre el hombre y la mujer: La ley orgánica 1/2004, de protección integral contra la violencia de género, define las relaciones entre hombre y mujer en términos de enemistad. Ha fracasado porque ignora las causas profundas de la violencia.
Acabar con el matrimonio: Se lo ha equiparado con algo completamente distinto, como la unión entre homosexuales, que otorga beneficios a una institución que no cumple ninguna función social. A la vez, con el divorcio exprés, que permite que éste sea unilateral, automático y sin causa, porque si cada uno construye sus relaciones a su medida, se han socavado sus cimientos. El matrimonio se convierte en la única situación en la que, en caso de crisis, no se pone en marcha ningún mecanismo para solventarla.
Etiquetas de padres: Con la ley 14/2006, de Reproducción Humana Asistida, la paternidad y la maternidad no son ya realidades, sino etiquetas que el Estado distribuye o niega. Por ejemplo, el hijo de una soltera no tiene padre, mientras que una lesbiana puede aparecer como progenitora del hijo de su pareja.
Eliminar la autoridad de los padres: Una de las últimas modificaciones del Código Civil suprime la facultad de los padres para «corregir moderada y razonablemente a sus hijos». De igual forma, los Reales Decretos que desarrollan la LOE no otorgan ningún protagonismo a la autoridad de padres y profesores. También queda minada con una edad de consentimiento sexual que está en los 13 años, y con el concepto de menor maduro, que permite recibir la píldora del día después y abortar sin que lo sepan los padres.
Educación: Toda la LOE y, en especial, Educación para la ciudadanía, están diseñadas para influir en el desarrollo de las capacidades afectivas de los menores.
- Las elecciones para la familia
- Alfa y Omega, n. 581, 2008-02-21 # Benigno Blanco
El Presidente del Foro Español de la Familia advierte de que, en España, en estos momentos, se plantea un intenso debate entre dos modelos de familia: «El propio del humanismo cristiano, más o menos oscurecido en sus contornos y características, y el beligerante modelo de la ideología de género, sectario y antinatural». Don Benigno Blanco anima a votar en clave de familia, «y nuestras convicciones sobre ella se convertirán
en importantes para los políticos»
Al decidir cómo ejercer el derecho al voto es razonable -y exigible moralmente- que ponderemos las cosas valiosas, en primer lugar, y que la postura, trayectoria y credibilidad de los partidos políticos en los temas importantes sea determinante a la hora de optar por votar a uno u otro. Si la familia es para nosotros importante, la postura de los partidos sobre la familia debe ser uno de esos factores que prioritariamente hemos de valorar para elegir a quién votamos.
La familia, en la campaña
Tenemos la suerte de que, en esta campaña electoral, la familia va a estar presente por primera vez en la democracia española -ya lo está en la precampaña-, en parte muy importante por la intensa movilización de las familias españolas en estos últimos años en defensa de su identidad y derecho a educar en libertad. Tendremos así abundantes elementos de juicio para decidir responsablemente: lo que ha hecho cada uno de los candidatos en el pasado y lo que nos anuncian que van a hacer, tamizado uno y otro por la credibilidad que sus hechos den a sus palabras.
La postura sobre la ideología de género, el respeto al matrimonio como institución específica para la unión entre hombre y mujer, el compromiso con el derecho a la vida, la defensa de la libertad de los padres para educar a sus hijos conforme a sus convicciones y las políticas activas de apoyo a la familia y a la natalidad, son en nuestros días de imprescindible valoración por un votante responsable preocupado por la familia.
Nuestro voto importa
Es bastante probable que ningún partido político se identifique al cien por cien con todas nuestras opiniones sobre la familia y resto de temas de igual relevancia para decidir el voto. Esto es lo normal en sociedades fuertemente pluralistas como las nuestras. De ahí la necesidad de ponderar todos los factores en juego -las propuestas programáticas y su credibilidad, así como los antecedentes y la importancia relativa de cada tema-, entre los cuales no es el menor el saber que, en todo caso, de estas elecciones saldrá una mayoría parlamentaria y un Gobierno necesariamente. No estamos ante una encuesta, sino ante unas elecciones: si no votamos, alguien presidirá el Gobierno igualmente; si votamos a opciones que no alcancen representación parlamentaria, éstas no podrán influir en quien gobierna, aunque nuestro voto pueda tener otros valores de tipo testimonial o de marcar tendencias. Todos estos parámetros deben entrar en consideración, junto con los contenidos programáticos a la hora de decidir nuestro voto.
Con unas elecciones sabemos que no cambia el mundo normalmente, pero sí que las decisiones de los Parlamentos y los Gobiernos pueden ser de inmensa trascendencia para nuestra vida como familias. En estos momentos, en España hay un intenso debate entre dos modelos de familia: el propio del humanismo cristiano, más o menos oscurecido en sus contornos y características para una parte de nuestros conciudadanos y políticos, por un lado; y el beligerante modelo de la ideología de género, sectario y antinatural pero muy presente en parte de las fuerzas políticas españolas. Esta confrontación está en la campaña electoral, en los programas de los partidos y en la sociedad española y, por tanto, también en los medios de comunicación. Y debe estar presente en nuestra decisión sobre a quién votar, si la familia nos importa. No es el único factor a ponderar -hay otros temas de igual e incluso, quizá, superior relevancia-, pero es uno de los más trascendentes por la objetiva importancia de la materia.
Votar en clave de familia
Me gustaría que de la misma forma que, entre todos, hemos logrado que, en la campaña, se hable de la familia -bendita novedad de esta campaña-, también me gustaría que éste fuese el proceso electoral en que las posturas de los partidos sobre la familia fuese uno de los elementos mas relevantes en la orientación del voto de los españoles. Y que se notase que es así porque lo comentamos con amigos y conocidos, porque las encuestas lo detecten y porque se note en los medios de comunicación a través de nuestras cartas y llamadas.
Si votamos en clave de familia, la familia y nuestras convicciones sobre ella se convertirán en importantes para los políticos. Está en nuestras manos.
- La ideología de género, en Iberoamérica
- El epicentro está en España
- Alfa y Omega, n. 581, 2008-02-21 # Ricardo Benjumea
El 11 de mayo de 2006, la Corte constitucional colombiana despenalizó el aborto en tres supuestos, convirtiéndolo -denuncian los críticos- en prácticamente libre. Poco después, en Argentina y Chile, se presentaron propuestas legislativas similares. Los siguientes en la lista fueron Portugal (febrero de 2007), Ciudad de México (abril) y Uruguay (noviembre). ¿Es una simple coincidencia? Doña Lola Velarde está convencida de que no. Puede citar muchas otras coincidencias similares en otras áreas que afectan al matrimonio, a la familia y al derecho a la vida. A la aprobación del llamado matrimonio homosexual en España, por ejemplo, siguió, en un período muy breve de tiempo, la aprobación de leyes de uniones de hecho, también para personas del mismo sexo, en Ciudad de México y Uruguay, y otras tantas propuestas fracasadas en otros países, como Colombia o Costa Rica. Las leyes del divorcio presentan un patrón similar. Al calor de la aprobación del debate y aprobación del divorcio exprés en España, se aprobaron reformas parecidas en Uruguay y Colombia, mientras en Chile se introdujo el divorcio.
Estos procesos han originado resultados muy llamativos. El índice de fecundidad en Iberoamérica y en el Caribe ha descendido en los últimos 35 años un 50%. En países como Cuba (1,6 hijos por mujer), no se alcanza siquiera el nivel de reemplazo generacional, lo que ocurrirá en el conjunto de la región en 2020, si se mantiene la tendencia, en claro contraste con Estados Unidos, que superará por entonces a estos países en natalidad.
Se ha extendido también, a velocidad de vértigo, el uso de anticonceptivos, y los matrimonios han caído en picado, en los últimos 10 años (la tasa de nupcialidad fue, en 2005, de 4,1 matrimonios por 1.000 habitantes, frente a los 4,8 de Europa y los 7,1 de Estados Unidos), mientras aumentaron los divorcios, al amparo de las nuevas leyes (sólo entre 1998 y 2002, la tasa de divorcios en Latinoamérica y Caribe aumentó de 1,66 a 2,07).
Según denunció doña Lola Velarde en el Congreso Internacional Mujer y varón, la totalidad del humanum, las Naciones Unidas se cuentan entre los principales responsables de la expansión de esta agenda, y en especial algunos de sus organismos, como el Fondo de Población, UNICEF o la Convención para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW). «Se aprueban documentos ambiguos o se fuerza la interpretación de los textos, para hacerles decir lo que se quiere que digan», explica, y se amenaza, en caso de que no se sigan las recomendaciones, con cortar la cooperación al desarrollo. En su estrategia, estas agencias utilizan, de forma sesgada, términos como salud reproductiva (en la que pretenden incluir un supuesto derecho al aborto), y recurren interesadamente al miedo al sida o a la superpoblación. La CEDAW, sin embargo, no parece andarse ya con demasiados miramientos, y defiende últimamente el aborto sin ningún tapujo. Hace unos meses, por ejemplo, este Comité de la ONU calificó de crimen la negativa de Honduras a despenalizar el aborto.
Además de sobre la ONU y sus organismos, la señora Velarde llama la atención sobre la actuación de diversos Gobiernos europeos y de poderosas organizaciones, como la Federación Internacional de Planificación Familiar («posee la mayor red de clínicas abortistas de Estados Unidos, y posiblemente del mundo»), y de Fundaciones como la Rockefeller o la Bill & Melinda Gates.
Liderazgo español
Detrás de todas estas acciones, según la responsable de la Red Europea del IPF, hay un proyecto ideológico, en el que España ha asumido un claro liderazgo. Velarde cita esta frase del Presidente, recogida por su amigo Suso de Toro en el libro Madera de Zapatero: «Si hay algo que caracteriza a esta etapa de Gobierno es que hay un proyecto... Un proyecto de alcance en valores culturales, y por tanto ideológicos, que pueden definir la identidad social, histórica, de la España moderna por mucho tiempo».
Pero lo que ocurra en España no se quedará en nuestras fronteras. El entusiasmo en desarrollar esa agenda ideológica en nuestro país puede tener que ver, según Velarde, con el convencimiento de que, «si el proyecto cuaja en un país de profunda tradición católica, es que puede trasplantarse a cualquier otro lugar». En Iberoamérica, especialmente, se ha demostrado que no tardan en intentar aplicarse leyes contra la familia y la vida similares aprobadas ya en España.
Ahora bien, en España, pero también en muchos países de Iberoamérica y de Europa, Lola Velarde constata que «algo ha comenzado a cambiar». El despertar de la sociedad civil española durante estos años no es un caso aislado. Las asociaciones pro vida y pro familia han tomado conciencia del reto, y han sustraído a las agrupaciones feministas y pro homosexuales la exclusiva del lobby ante los Gobiernos y las organizaciones supranacionales. La agenda pro abortista y anti familia ha sufrido grandes derrotas (Nicaragua, Ecuador, Paraguay...) Pero eso no es lo principal, sino la constatación de que hay grupos de personas sensibilizados con la protección de la familia y la vida que «han comenzado a ejercer un liderazgo social, sin miedo y que transmite valores atractivos». Es algo más que una luz al final del túnel, aunque, como advierte Lola Velarde, «la única solución verdadera está en la conversión de los corazones, y sucederá cuando Dios quiera»