- Una semana sin María Puy
- El dispositivo policial puesto en marcha en Estella y sus alrededores para localizar a una vecina sigue sin dar frutos
- El Diario Vasco, 2008-10-20 # Cristina Aguinaga · DV · Pamplona
La sombra de la violencia de género planea sobre la desaparición de la vecina de Estella María Puy Pérez Ezpeleta. El paso de los días sin noticias sobre su paradero y sin localizarla, pese al dispositivo puesto en marcha por la Guardia Civil, la Policía Foral y los bomberos por los alrededores de la ciudad del Ega, hacen incrementar el desánimo entre familiares y conocidos de esta mujer de 50 años de la que se perdió la pista el pasado sábado. Ese mismo día, su ex compañero sentimental, natural de Lodosa y residente en Ayegui, en las cercanías de Estella, reconoció que había quebrantado la orden de alejamiento que pesaba sobre él. Por eso y porque poseía armas y municiones pese a que también lo tenía prohibido está en prisión provisional comunicada y sin fianza desde el viernes.
La ausencia de María Puy, muy popular en su Estella natal, fue evidente el pasado sábado. Primero faltó a la cita con una amiga para comer. Ya por la tarde, no acudió como tenía previsto a un partido de uno de sus tres hijos en Oteiza de la Solana. Los dos hechos despertaron la alarma y llevaron a sus familiares a registrar la denuncia en la comisaría de la Policía Foral en Estella. Separada del padre de sus hijos, desde hacía seis meses contaba con una orden judicial que impedía a otra ex pareja, también de 50 años y vecina de Ayegui, acercarse a ella. Tras la denuncia por su desaparición se puso en marcha el dispositivo de búsqueda y la investigación.
En medio de ella se supo que su ex pareja había acudido a su domicilio el sábado y que el viernes era el último día que fue vista María Puy. Incluso habría acudido a la peluquería. Después, ante la policía, la ex pareja reconoció que había quebrantado la medida de alejamiento dictada de forma cautelar por un delito relacionado con la violencia de género.
No fue hasta el lunes cuando registraron por primera vez el domicilio de Ayegui que habían compartido y el coche del detenido. Los agentes que entraron en él encontraron numerosas armas. El Gobierno de Navarra, al informar del suceso en una nota de prensa, precisó que «el detenido está totalmente inhabilitado para poseer arma alguna». Este hecho y la orden de alejamiento que tenía hicieron incrementar las sospechas para muchos. El juzgado de instrucción número 2 de Estella se hizo cargo de la investigación, pero decretó el secreto del sumario.
Tanto la Policía Foral y la Guardia Civil, como la familia de la desaparecida hicieron en un primer momento un llamamiento para solicitar la colaboración ciudadana. «Resulta fundamental saber si se ha oído o visto algo en los días previos a la desaparición ya que podría ser útil para dar con su paradero», explican fuentes cercanas al caso.
Con el paso de los días, el pesimismo ha ido creciendo en Estella, donde han sido muchos los vecinos que han querido sumarse a la búsqueda de María Puy. La Policía, en un primer momento, descartó estas «batidas» y sí que reclamó que se inspeccionasen fincas o terrenos particulares para descartar que estuviera por allí.
Conflictivo
Coincidiendo con el fin de la detención provisional y sin que trascendieran detalles de su declaración a la policía Foral, el detenido fue llevado a los juzgados de Estella para prestar declaración ante el juez. Su entrada desveló ya algunos detalles de su personalidad.
Este vecino de Ayegui tiene una «personalidad conflictiva y contradictoria». Son numerosos los sucesos que se le atribuyen, como el mordisco en la oreja a una persona con la que discutió hace unos meses o la sentencia firme de tres meses cárcel que recibió en 2006 tras agredir a un médico. Pese a la enfermedad psiquiátrica que padece, también hay quienes le conocen de su faceta como antiguo profesor de la escuela taller de Estella y lo describen de forma positiva y como una persona afable. Ha negado tener nada que ver con la desaparición de Puy. Incluso cuando lo hizo con tranquilidad tuvo tiempo de reconocer «que tarde o temprano se sabrá la verdad» y de reiterar su inocencia.