- ONU: frenan las pretensiones de los homosexuales
- Noticias Globales, 2008-12-20 # Juan Bacigaluppi
Golpe propagandístico
Pero, lo que fue presentado por el lobby gay como una victoria, no lo fue tanto. Sólo 66 de los 192 países que forman parte de Naciones Unidas -el 34%- suscribieron el texto. Una declaración no vinculante que pide la despenalización universal de la homosexualidad, un paso importante en la aceptación jurídica y social de esos comportamientos antinaturales, que en una interpretación como la que suelen hacer los comités de la ONU incluiría el mal llamado “matrimonio homosexual”. Una declaración similar, llamada la Declaración de Noruega, fue presentada en 2006 firmada por 54 países.
La excusa aireada por la prensa progresista de eliminar así la condena a muerte de quienes se dan a las prácticas homosexuales no tiene asidero, porque existe una resolución de suspensión de la pena de muerte en general, cualquiera sea la causa, que fue aceptada en 2007 por la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU, pero todavía no fue llevada a votación.
No obstante, la Declaración Sobre Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género es un buen golpe propagandístico y crea un peligroso antecedente. Para agravar el panorama, expertos de la ONU han reconocido que en el borrador de la Declaración existía una expresa referencia a los Principios de Yogyakarta (vid. NG 868, 872, 899), es decir a la “aplicación de las normas internacionales de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género”, es decir, la lectura de los derechos humanos en clave homosexual. La referencia a esos Principios fue tachada a último momento, en espera de un mayor consenso para imponerlos.
Además, el lobby gay ya consiguió que los relatores especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU integren en sus cuestionarios los abusos contra las llamadas minorías sexuales. Téngase en cuenta que la Asamblea General de los Estados Americanos (OEA) aprobó, el 3 de junio pasado, la resolución Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género, presentada por Brasil (vid. NG 899)
La declaración
El texto de la Declaración, leído en la Asamblea General de las Naciones Unidas en la sede de la ONU en Nueva York por el embajador argentino Jorge Argüello, dice: "Urgimos a los Estados a que tomen todas las medidas necesarias, en particular legislativas o administrativas, para garantizar que la orientación sexual o la identidad de género bajo ninguna circunstancia sean base de condenas criminales, en particular ejecuciones, arrestos o detenciones".
Pero más allá de la no criminalización de la conducta homosexual, la declaración contiene “un valor político que se puede reflejar en los mecanismos de control mediante la fuerza” para poner en el mismo plano toda orientación sexual, como advirtió Mons. Celestino Migliore, representante de la Santa Sede ante la ONU (02-12-08).
Recordamos también la declaración de la Santa Sede en el Consejo Económico Social de la ONU (ECOSOC) en la sesión del 17 de mayo de 2006: la orientación sexual no crea derechos, lo que se pretende es crear derechos especiales para los homosexuales; “las leyes de derechos para los homosexuales y la demanda de derechos especiales también imponen un punto de vista sobre la moral sexual (relativismo sexual) a todas las personas y tienden a cambiar el código de moralidad en las legislaciones” (vid. NG 777).
El accionar del lobby gay es tan mentiroso como perverso. Comienzan pidiendo la abolición de la pena de muerte y terminarán pidiendo libertad de acción para los homosexuales, incluida la perversión de menores, o el cupo gay entre los profesores de colegios y universidades (vid. NG 779, 800, 805). Simplificando, los homosexuales parecen decir: “quien no apoya nuestro estilo de vida, y todas nuestras pretensiones, está a favor de que se nos condene a muerte”.
El lobby gay
A favor de la declaración gestionaron en la ONU: Amnistía Internacional; ARC International; la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersex (ILGA); Centro por el Liderazgo Global de las Mujeres (Center for Women's Global Leadership); COC Netherlands; IGLHRC), Comité Internacional por el Día Internacional contra la Homofobia (International Committee for IDAHO ); Global Rights; Human Rights Watch; International Service for Human Rights; ILGA Pan-Africana; Public Service Internacional.
En la ONU y en sus países presionó la RED LGTB del Mercosur, especialmente Movilh de Chile, CHA (Comunidad Homosexual Argentina) e Igualdad de Bolivia (vid. NG 877).
Rechazos y apoyos
La declaración fue rechazada por más de 120 países, entre ellos, los Estados Unidos, Rusia, China y la Santa Sede, reseña el vocero internacional del lobby gay, The New York Times (18-12-08).
Algunos respaldos a la declaración
Algunos de los países que apoyaron la propuesta francesa fueron: Albania, Armenia, Andorra, Argentina, Australia, Austria, Alemania, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Croacia, Chipre, Chile, Cuba, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Ecuador, Estonia, Georgia, Holanda, Hungría, Letonia, Lituania, Grecia, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Montenegro, Polonia, Rumania, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Macedonia, Nepal, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, México, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, San Marino, España, Suecia, Suiza, Reino Unido, Uruguay, Venezuela, Cabo Verde, República Centroafricana, Gabón, Mauricio, Santo Tome y Príncipe.
Declaración de la Santa Sede
El 18 diciembre 2008, la Santa Sede presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la siguiente declaración:
“La Santa Sede aprecia el intento de la Declaración sobre derechos humanos, orientación sexual e identidad de género, presentada en la asamblea general de las Naciones Unidas el 18 de diciembre, de condenar todas las formas de violencia contra las personas homosexuales, así como de pedir a los Estados que tomen las medidas necesarias para acabar con todas las penas criminales en contra de ellos.
“Al mismo tiempo, la Santa Sede observa que la formulación de esta Declaración va mucho más allá de este intento compartido.
“En particular, las categorías de ‘orientación sexual’ e ‘identidad de género’, utilizadas en el texto, no encuentran un reconocimiento o una definición clara y acordada en el derecho internacional. Si estas categorías son tomadas en cuenta a la hora de proclamar y aplicar los derechos fundamentales, crearían una seria incerteza en la ley, y socavarían la capacidad de los Estados para introducir y aplicar convenciones y criterios de derechos humanos nuevos o ya existentes.
“A pesar de la justa condena y de la protección de todas las formas de violencia contra las personas homosexuales que hace la Declaración, el documento, si es considerado en su totalidad, va más allá de este objetivo y deja espacio a una incertidumbre en el derecho, planteando un desafío a las normas existentes sobre derechos humanos.
“La Santa Sede sigue afirmando que todo signo de discriminación injusta contra personas homosexuales debería ser evitado y pide a los Estados que eliminen las penas criminales contra ellas”.