- La transexualidad no es Queer
- Dos Manzanas, 2008-10-18 # Mar Cambrollé Jurado · Presidenta de ATA-Sylvia Rivera (Asociación de Transexuales de Andalucía)
Como mujer transexual y dada mi experiencia vital (edad, extracto social,..), que desde luego no es nada que se pueda interpretar como que me otorga potestad para nada, pero indudablemente me da una visión por mis años, por haberme relacionado con muchas personas transexuales, no sólo subjetiva sino que puedo afirmar con toda legitimidad que la transexualidad al margen de que cada individu@ la viva de forma diferente, hay un denominador común que nos caracteriza a mujeres y hombres transexuales: el desacuerdo entre el sexo biológico y el sexo sentido, percibirse como hombre o mujer y el deseo de que los demás así te perciban.
Tod@s hemos realizado todo lo que hemos podido por adecuar nuestro físico al sexo sentido: tratamientos hormonales (sin control y automedicándonos con el riesgo que ello implica para la salud), cirugías de feminización del rostro, mamoplastias,etc. Todo ello como anteriormente he dicho con el mayor y más profundo deseo de percibirse y de que te perciban como MUJER o HOMBRE.
Por ello la ausencia de tratamiento hormonal, el rechazo a cualquier tratamiento o intervención quirúrgica, no es TRANSEXUALIDAD es QUEER. Con todos mis respetos para los que defienden la Teoría Queer. La Ley de Identidad de Genero ya contempla en uno de sus apartados que personas por motivos de salud o riesgo para sus vidas, y así lo certifiquen, también pueden acceder a los cambios registrales, lo cual es absolutamente justo y necesario.
Sin embargo el plazo de dos años se nos antoja excesivo, más teniéndose en cuenta que antes de cumplir un año en el proceso endocrino empiezan a ser visibles los cambios físicos. Un año podría ser un tiempo adecuado para que se consoliden psicológica y físicamente las expectativas personales de cada demandante para un posterior cambio de nombre.
Ahora, pretender que no haya ningún requisito de tiempo de tratamiento, ya no estaríamos hablando de una Ley para mujeres y hombres transexuales. Hablaríamos de teoría Queer en estado puro, pongamos las cartas sobre la mesa y llamemos a cada cosa por su nombre. Pedimos que no se nos engañe, que no se nos saque a la calle con cuestiones que todos defendemos, para luego colocarnos consignas que no se corresponden a nuestra identidad y lucha personal, introduciéndolas bajo el paraguas de la Ley para personas transexuales. Sabemos ser solidarios y solidarias, y podemos apoyar cualquier causa justa, entre ellas una Ley Queer; pero cada una en su terreno y ámbito.
Las mujeres y hombres transexuales hemos luchado y seguimos reivindicando la integración social y laboral del colectivo trans.
Por una atención sanitaria integral y desde la seguridad social, que garantice nuestra salud y no tengamos que hacer como antaño de poner en riesgo nuestra salud.
Por la despatologización de la transexualidad y la exclusión en la Ley 3/2007 de 15 de Marzo, el contenido de “Disforia de Género”. Lo cual no quiere decir que rechacemos los tratamientos controlados por unidades multidisciplinares.
Todo lo expuesto me lleva a denunciar la manipulación de que somos objeto las personas transexuales desde distintas y opuestas corrientes políticas: Los que en el uso de sus libertades interpretan todo desde la teoría queer.
Estamos de acuerdo en temas de salud, de integración, de despatologización, pero señores, no nos cuelguen el lema: NI HOMBRES, NI MUJERES. Porque si algo tenemos claro las personas transexuales es que deseamos ser mujeres y hombres, según el caso, y con todos los matices que nos diferencia como individu@s.
Desde posturas de la derecha más hipócrita y contradictoria surgen ahora propuestas y voces que intentan según ellos mejorar nuestra situación legal.
Si bien la iniciativa del PNV puede parecer favorable al colectivo transexual, también lo sería que ese mismo partido modificara su tradicional postura de rehusar la cobertura sanitaria pública del tratamiento clínico integral de reasignación de sexo en el sistema sanitario público vasco (Osakidetza). Y oportunidades ha tenido para hacerlo: ante la petición reiterada de uno de sus socios en el gobierno tripartito vasco (EB-IU) o ante la Proposición no de Ley presentada por el PSE-EE hace dos años en el Parlamento Vasco. Aunque se han subvencionado los tratamientos médicos de reasignación de sexo a través de una partida presupuestaria gestionada a través de la Consejería de Asuntos Sociales (dirigida por un Consejero miembro de EB-IU), el PNV siempre se ha mostrado reacio a incluir esta prestación sanitaria en el sistema público de salud vasco.
Me parece que el que un partido de derechas como es el PNV, apoyado por otros de ámbito nacional como el PP, vean bien la iniciativa de retirar el requisito de hormonacion nos debería de hacer pensar en QUE es lo que quieren conseguir con ello cuando estos partidos no se caracterizan precisamente en apoyar al colectivo LGTB. Me parece que lo que intentan es crear confusión registral y en la OPINION PUBLICA para tener una excusa para pedir la retirada total de la ley de identidad de género.