2008/01/04

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  • Carta de la madre de una niña violada en Zestoa
  • Noticias de Gipuzkoa, 2008-01-04 # Beatriz Etxabe Antero
Soy la madre de la niña de 14 años de Zestoa agredida sexualmente, forzada y violada, e incluso robada (le quitaron los 20 euros que llevaba para volver en taxi a casa) por tres compañeros de su escuela.

Supe antes por los medios de comunicación que la Fiscalía de Menores ha archivado el caso por falta de pruebas, cosa que no me queda más remedio que aceptar. Pero no puedo aceptar cómo se ha publicado, tratando de perjudicar a mi hija, cuando, por ella, puedo poner la mano en el fuego sin quemarme.

En pocas cuadrillas falta un local, trastero o lugar donde reunirse para hablar de sus cosas, porque todavía no entran en bares y no tienen otros sitios de reunión. Mi hija conoce a esos chavales de la escuela y tonteaban de una forma normal; por ello, no se asustó, ni pensó nada malo cuando le propusieron que entrara al local con ellos.

Quiero preguntar quién quiere en su primera relación estar con tres chicos, uno tapándole la boca para que no la oigan gritar, otro quitándole la ropa para el otro violarle y aprovecharse todos. Tristemente eso es lo que pasó.

Estoy totalmente dolida con la forma de actuar de sus padres. Todos queremos a nuestros hijos, es nuestro deber quererlos y protegerlos. Pero se los castiga cuando han roto un cristal. Esto ha sido muy serio, han herido a mucha gente, incluidos a vosotros, como padres, que sabéis tan bien como yo lo que pasó, pero queréis limpiar su nombre y el vuestro. Pero que han violado a una compañera de clase lo llevarán siempre, no lo olvidará nadie tan fácilmente, vosotros tampoco.

Aparte de los padres, que no veo muy normal su forma de actuar, también quiero decir que me he sentido defraudada con el comportamiento de los profesores y la dirección de la escuela. No han sabido proteger a la agredida y el trato ha sido igual tanto para con los chavales como con los padres, cosa que no veo justa.

En su día tuve llamadas para que no denunciáramos el caso y lo hicimos. Hoy no sé qué haría, y lo digo de verdad, porque me ha defraudado totalmente cómo funciona la justicia, y sólo yo sé lo que estamos pasando en casa.

Las dudas y los comentarios los dejo para los que miran mucho de qué familia eres, donde está antes el qué dirán que la verdad. Me dijo el fiscal que archivaba el caso, aun creyendo lo contrario, porque faltaban las pruebas.

Las pruebas las he tenido yo, con sus golpes y moraduras, que nadie ha querido ver, y sus malas noches. Y ya han pasado siete meses y seguimos, ella y yo, con tratamiento psicológico. Eso tampoco lo vio el médico forense.

La rabia y la impotencia dicen que se curan con el tiempo, y llegará el momento que lograremos estar en calma y dormir en paz. En cambio, supongo que habrá muchos que, como se dice, llevarán la procesión por dentro.

Desde aquí quiero agradecer al pueblo de Zestoa y a todos los que me han demostrado que están con nosotros.

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