- Protección, medidas y derechos laborales para las prostitutas
- Noticias de Gipuzkoa, 2008-01-21 # Mamen Briz · Hetaira / Colectivo en Defensa de los Derechos de las Prostitutas. Premio René Cassin por la Defensa de los Derechos Humanos 2003
Sin embargo, desde Hetaira nos preocupan las políticas de dispersión e invisibilización que se practican desde las corporaciones municipales (más o menos soterradas) con el claro objetivo de que no se vea a las prostitutas en la calle, que no se dé una mala imagen de las ciudades, "lo que no se ve, no existe".
De esta forma se "hace desaparecer" la prostitución de las calles, de los parques o de los polígonos industriales, normalmente con prácticas de hostigamiento policial a clientes y prostitutas. ¿No parece preocuparles a quienes nos gobiernan a dónde van a parar esas mujeres?, ¿acaso importa que vayan a un gran club a trabajar sin derechos laborales (con horarios excesivos, sin seguridad en las habitaciones, sin descansos, donde el uso del preservativo o la elección del cliente no le competen, sin derecho a bajas laborales ni permisos por maternidad, ni pensiones en un futuro…)?
Desde luego, el empresariado de clubes de alterne lo tiene claro: nada de competencia (ninguna mujer trabajando en la calle) y, por supuesto, estatus de trabajadoras autónomas, en donde las responsabilidades empresariales son inexistentes. Bien es cierto que, para ello, previamente debería modificarse nuestro actual Código Penal y dejar de considerar la prostitución un delito si existe consentimiento por parte de quien ofrece los servicios sexuales a cambio de dinero.
El informe, que muestra las opiniones de trabajadoras del sexo, dice textualmente: "Se muestran convencidas de que una regulación y una normativa permitiría aumentar tanto las condiciones de seguridad como las de higiene, se podría estandarizar en cierta manera las tarifas por servicio y conseguir de esta manera una regulación del sexo". Escuchar a las implicadas es fundamental en el caso que nos ocupa.
La prostitución es una actividad laboral económica que consiste en el intercambio de sexo a cambio de dinero con el consentimiento y acuerdo entre dos personas adultas. La falta de empleo o los empleos mal remunerados hacen que muchas mujeres "decidan" el ejercicio de la prostitución. Todas las personas tenemos constreñidas nuestras posibilidades de elección, existen condicionantes objetivos tales como edad, género, nivel de estudios, país de origen… pero tomamos decisiones a cada momento sobre nuestras vidas. No podemos arrebatarles esa capacidad de decisión a las trabajadoras del sexo. Ellas también toman sus propias decisiones (¿trabajadora doméstica o trabajadora del sexo?, por ejemplo).
Estamos de acuerdo con Emakunde en trabajar desde el empoderamiento de las mujeres para hacer frente a la exclusión social, pero no sólo las mentalidades sociales deberían hacer cambiar el "estigma" que persigue a quienes ejercen. Estigma muchas veces potenciado desde las propias instituciones, cuando en lugar de aplicar políticas sociales aplican políticas abolicionistas que se concretan en medidas policiales y de persecución, o cuando se escuchan discursos que insisten en: "Hay que limpiar las calles".
Normalmente cuando se habla de sensibilizar a la sociedad el acento se pone en el no consumo de sexo pagado y se gastan cantidades ingentes de dinero en propaganda inútil, que bien podrían usarse para poner en marcha medidas sociales eficaces. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid, cada cierto tiempo gasta dinero en una campaña que dice: Porque tú pagas, existe la prostitución. No contribuyas a perpetuar la explotación de seres humanos . Las chicas de la calle respondían: "No contribuyas a perpetuar la explotación de seres humanos: respétanos, paganos bien y usa siempre condón". ¿Por qué esta persecución al cliente, que perjudica a las mujeres (pues evidentemente se quedan sin sustento económico), si la prostitución no es ningún delito?
La intervención en prostitución no puede seguir dependiendo tan sólo del esfuerzo de pequeñas organizaciones. Por eso nos congratulamos de la decisión, por parte de las instituciones vascas, de ofrecer calidad en los servicios destinados a prostitutas y en apoyar las intervenciones a largo plazo.
Es de señalar que el informe recoja el esfuerzo que se hace desde muchas asociaciones por impulsar la autoorganización de trabajadoras y trabajadores del sexo y que se haga eco del manifiesto de constitución de la Plataforma por los Derechos de las Personas Trabajadoras del Sexo de Ámbito Estatal en 2006.
Reiteramos la necesidad de actuar para desmantelar las mafias y que ninguna mujer trabaje bajo coacción (ni en prostitución ni en ninguna otra actividad económica) y exigimos protección para las víctimas y que finalicen las deportaciones (ahora, a la orden del día); que se pongan en marcha medidas sociales para quienes deseen abandonar el ejercicio de la prostitución, sea por los motivos que sea; y por último, seguiremos exigiendo derechos laborales para quienes deseen seguir ejerciendo.
Como bien explica Nereida Lakuló, integrante de Hetaira y prostituta: "Que nos dejen decidir en lo que deseamos trabajar, porque a muchas nos gusta nuestro trabajo porque somos prostitutas, no prostituidas , que no nos metan en el mismo saco, porque como prostitutas podemos ayudar a nuestras familias y mantener nuestro hogares. ¡Ya basta de ofrecernos ayudas psicológicas, que no estamos locas! No ayudas económicas de 300 euros porque no lo hemos pedido."
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