- Cofrades, con faldas y a lo loco
- Extremadura al Día, 2008-04-07 # Ana Isabel Espinosa
¿Y por qué digo que es por reconocer públicamente que era lesbiana?, pues muy fácil, porque MAR, que son las iniciales de la señora cofrade, lo único que ha hecho de diferente con el año anterior es casarse con otra mujer, con la que llevaba la friolera de quince años compartiendo vida y aficiones,¡quince años!,que son muchos años, demasiados, como para que una pequeña comunidad como es Cuidad Real estuviera ciega y sorda, a lo que ocurría entre esas dos mujeres.
Por eso me escandaliza, y lo digo así de claro, esta expulsión, no porque no sepa la forma de pensar de la iglesia católica, respecto a ésta y otras muchas cuestiones, sino porque sabiéndolo, que son muchas cosas, pero de tontos ni un pelo, pero demostrando que no lo sabían, dejó amparada a esta mujer en la creencia de que ellos implícitamente aceptaban su conducta, pero que al sacarlo a la luz pública la rechazaban.
Por lo tanto, si no les he entendido mal lo que rechazan no es la homosexualidad y convivencia de las dos cofrades, sino su "pertinaz insensatez" en dejarlo claro a la vista de todos, llevando a una "desvergüenza extrema", la manifestación pública de la legalidad de su unión.
Y es que yo no entiendo nada, que ya les he dicho muchas veces que soy un poco espesa, y según que días, más, porque yo tengo una cosa muy clara, la iglesia está en contra de las uniones homosexuales, de los divorcios, de las aconfesionalidades y de muchas otras cosas, y si lo sé yo que "no gasto", más ellos que están metidos hasta las cejas, entonces... ¿cómo una pareja homosexual piensa , que , por mucho que rabie o proteste , alguien que le está diciendo en su cara que no son más que enfermos o tarados, les va a dar la bendición a su unión no sólo legítima sino justa y normal?
Porque la señora MAR no tiene nada de enferma ,ni de conducta desviada, ni de diferente o anómala, para que la expulsen de una Hermandad en la que es socia o cofrade, desde que nació, por tradiciones familiares, tan arraigadas a su vida, como su propia piel.
No la expulsan porque se haya comportado mal con los otros cofrades, de los que algunos , al conocer la decisión del obispado ya se han dado de baja, ni por conducta delictiva ,ni ofensiva, sino por una conducta "manifiestamente escandalosa", haciendo renacer aquellos términos peyorativos, lastrantes y vejatorios, de la ley de peligrosidad social, lo mas aberrante que había en nuestra anterior legislación franquista, donde a las personas se les achacaba delitos por ostentar su condición sexual, internándolos en cárceles o psiquiátricos, que para colmo de males, eran no se sabía cual peor, para librarlos de su "conducta escandalosa", que podría prosperar en la sociedad, contaminándola.
Creía yo momificados y enterrados bajo lápidas de mármol, los verdugos que sojuzgaron y mataron ilusiones y proyectos de vida, creía yo que los que no dejan, los que con su mirada avergüenzan al que no tiene nada que avergonzarse, se habían extinguido como el cólera o la lepra, pero miren ustedes que no, que la fe, las creencias o los valores o ser una magnífica persona, no cuenta, y sí lo que haces en tu vida, lo que eres o a quien quieres, queriéndolo tanto y respetándolo aún más ,que te ves con fuerzas para retar a la misma iglesia, diciéndole en su cara estirada, ¡quiero a esta mujer y me he casado con ella! y ¡sigo siendo cofrade y sigo queriendo a mi Virgen, que seguro que como madre y sufridora que fue, me entiende mejor, que los que me juzgan y me condenan!.
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