- «Es un buen momento para que la discriminación sexual no sea más un problema en Cuba»
- Ada C. Alfonso es actualmente subdirectora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX). El derribo de tabúes y prejuicios aún existentes en la isla sobre la homosexualidad y transexualidad es uno de los principales objetivos de esta institución docente y asistencial.
- Gara, 2008-06-16 # Ainara Lertxundi
El Pabellón Cuba de La Habana se convirtió el 17 de mayo en un gran escaparate contra la homofobia. Actos como éste se suman al anuncio del Gobierno de retomar las operaciones de cambio de sexo. Para Ada C. Alfonso, de visita en Euskal Herria, no hay duda que «es un buen momento para que la discriminación por la orientación sexual no sea más un problema».
El 17 de mayo, Cuba celebró por todo alto el Día Mundial contra la Homofobia y Transfobia. ¿Cómo se ven estas cuestiones en la sociedad cubana?
Estamos en un buen momento. Se están dando una serie de movimientos y cambios en la sensibilidad de la sociedad que, históricamente, ha sido patriarcal y machista. Aunque la Constitución no recoge ningún tipo de discriminación ni por razón de color o sexo, hay casos de discriminación. Es por eso que todas las actividades que coordina el Centro Nacional de Educación Sexual van encaminadas a que las personas puedan ser escuchadas por toda la sociedad y remover los prejuicios.
¿En qué se han plasmado los cambios a los que se refiere?
Se reconoce el trabajo que vienen desarrollando las personas homosexuales en la prevención del VIH. La cuestión se está tratando en los medios, en los programas de televisión, en las telenovelas y, en general, en todos los proyectos que se realizan en el país. También se reconoce la actividad de los grupos de travestis que se reúnen en el Centro, pero que también tienen su representación en las provincias. Tenemos además grupos de mujeres lesbianas y bisexuales que trabajan para visibilizar el tema desde la perspectiva de la mujer. Ya hay obras de teatro que abordan, por ejemplo, el derecho a la maternidad de las parejas lesbianas. Hace diez o cinco años, estos temas eran totalmente invisibles en los ámbitos académicos, científicos o de promoción de la salud en las comunidades. Estamos en una época favorable para que la discriminación por orientación sexual no sea más un problema.
Pese a que ha habido avances, también hay discriminaciones.
La plataforma legal del país no avala discriminación alguna. Sin embargo, ha habido personas que, por ejemplo, se han acercado a nuestra institución para quejarse de que no se respetan sus derechos patrimoniales cuando fallece su pareja del mismo sexo. Otros jóvenes se han acercado a nosotros para decirnos que no son bien recibidos dentro de su comunidad escolar por no llevar el uniforme y por la forma en la que visten.
El Gobierno ha anunciado que procederá a operar aquellos que deseen cambiar de sexo.
En 1988 se realizó la primera operación. Desde entonces, Cuba no había vuelto a pensar que se daban nuevamente las condiciones para desarrollar esta operación. Cuando se realizó la primera, hubo una campaña que quizá los medios no la manejaron de manera adecuada. Debido a la falta de sensibilidad de aquel momento sobre la transexualidad se decidió suspender estas operaciones. Después, vino el periodo especial, particularmente difícil y en el que tuvimos que fijar muy bien la prioridades y la adquisición de recursos para mantener la salud de la población. En este momento, la situación económica está mucho mejor y estamos pensamos en la preparación de todos los profesionales -urólogos, endocrinos, sicólogos etc.- que intervienen en una cirugía de reasignación del sexo.
Las autoridades han invertido también muchos recursos en fomentar el uso del preservativos. ¿Se mantiene entre la juventud el hábito de usarlo?
Hemos asistido a un fenómeno interesante. Fruto de las actividades dirigidas a los adolescentes y jóvenes, son éstos quienes tienen una mayor conciencia en cuanto a la utilización del preservativo. Los casos de transmisión del VIH que se están presentando no provienen de los más jóvenes, sino de adultos por encima de los 24 años. Las campañas se dirigen ahora a hombres y mujeres adultos para que lo usen en sus relaciones de pareja, y mantener así la baja incidencia del VIH en el país.
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