- El acusado de la muerte del cura de Villafranca dice que se defendió de una agresión física y moral
- Europa Press, 2008-11-10
Así, debido a esta discusión, el cura cogió un radiador con las dos manos e intentó darle al procesado, quien se lo quitó y se lo aplastó en la cabeza, golpeándole además luego otras cuatro o cinco veces. Vasile declaró que temía que le diera con él, se sentía "muy nervioso, asustado y se descontroló". Aclaró que si no le hubiera llamado y hubiera seguido viendo la televisión en el sofá, nada de esto hubiera pasado. Después del suceso, cogió las llaves de uno de los coches del párroco y se dirigió a Madrid, hasta que finalmente fue detenido por la Guardia Civil en la estación de autobuses, según dijo, con un billete de vuelta para Córdoba donde tenía previsto entregarse en el cuartel de Villafranca.
Vasile explicó que conoció a Tomás Pérez a través de un amigo, y éste le ofreció trabajo como albañil en su finca, por lo que le pagaba 350 euros a la semana. En ocasiones, dormía en el domicilio de él, pero nunca en la misma cama, aunque sí mantenía relaciones sexuales desde el principio de conocerse. Vasile subrayó que él no es homosexual, que incluso tenía novia, y sólo hacía esto por dinero. Por estos hechos, el fiscal y la acusación particular piden 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, a lo que la acusación añade un año más por un delito de resistencia a la autoridad. Por su parte, la defensa considera el suceso como un delito de lesiones con resultado de muerte, por lo que sugiere cuatro años de cárcel, o alternativamente un homicidio, en cuyo caso la pena sería de entre 10 ó 15 años. Alude además a las eximentes de defensa, drogadicción y consumo de alcohol y la de reparación del daño al haber abonado 6.000 euros en concepto de responsabilidad civil. El ministerio público considera que el procesado "se aseguró que mató al párroco sin riesgo para su persona y lo atacó de manera sorpresiva, de noche, y a traición sin posibilidad de defensa".
Destacó además la complexión fuerte y joven del acusado frente a las condiciones físicas de la víctima, de 75 años. Asimismo, considera que no existen pruebas de que bebiera alcohol hasta el extremo de no saber lo que hacía. Desde su punto de vista, el suceso se produjo de manera "cruel y mezquina". En cuanto al móvil de lo acontecido, la acusación particular se refirió al robo, mientras que la defensa, consideró que de ser así se le tenía que haber acusado también de este delito y no ha sido así, por lo que se basó en la negativa de Vasile a ser sujeto activo de una felación. Además, añadió que hubo una tentativa de agresión sexual al procesado, descartando la alevosía y el ensañamiento, ya que actuó "en defensa y ofuscado en un estado pasional". El juicio continuará mañana a las 10,00 horas en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial con la declaración de los agentes de la Guardia Civil.
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