- La madre de Nagore llama a la sociedad navarra a expresar su repulsa por el crimen de su hija
- Asun Casasola anima a participar en una concentración, mañana, en Pamplona
- El Diario Vasco, 2008-11-21
La familia de Nagore Laffage, la joven irunesa asesinada en Pamplona el pasado 7 de julio, hizo ayer un llamamiento a la sociedad y a la juventud navarras a «realizar un acto de rebeldía» como el que a su entender motivó la muerte de su hija y a participar mañana en una concentración en su memoria. Así lo señaló Asun Casasola, madre de la víctima, en una rueda de prensa en la que, acompañada de representantes de los grupos del Parlamento de Navarra, agradeció el apoyo recibido de esta institución y de la sociedad navarra, ya que sus «palabras, su cariño y su ánimo nos reconfortan».
Casasola recordó cómo el 7 de julio su familia «se quebró y cayó sobre ella un gran dolor» tras conocer que Nagore había sido asesinada, un suceso cuya autoría confesó poco después un joven psiquiatra del mismo centro hospitalario pamplonés donde la víctima se formaba como enfermera. «Desde entonces reclamamos verdad, justicia y memoria para Nagore», subrayó su madre, quien ha convocado a una concentración para mañana al mediodía en la Plaza del Vínculo bajo el lema Por tu ausencia, con el que además se quiere recordar a las víctimas de la violencia machista.
Asun Casasola pidió «a esos jóvenes a los que indignó y enfureció el brutal asesinato de Nagore» que acompañen a la familia «en un acto de rebeldía, un acto de rebeldía como el que realizó el 7 de julio Nagore, que se resistió a su asesino y se negó a lo que pretendía». «Nagore dijo no y en ese mismo instante (el asesino) decidió terminar con la vida mi hija, una niña de 20 años que por decir no pagó un precio muy alto. Pagó con su vida, una vida llena de ilusiones y proyectos de futuro», señaló la madre.
Emocionada
Visible emocionada, Casasola definió como «desgarradoramente dolorosos» los cuatro meses transcurridos desde la muerte de su hija y emplazó a conocer «la verdad» en el juicio, para el que todavía no hay fecha, que sentará en el banquillo a un joven del que ha lamentado que no se hayan facilitado imágenes, una circunstancia que ha atribuido al «estatus social» del acusado.
Al respecto, incidió en que la petición no responde a un «morbo» por conocer el rostro del joven, algo que podrá hacer durante el juicio, sino para que «lo vea todo el mundo» y «ayudar» así a otras jóvenes a las que podría ocurrir lo mismo.
«El miedo es una muralla y muchos hogares son hogares amurallados», lamentó para animar a que «entre todos, convirtamos esta muralla en un muro de contención contra ese machismo que reduce a las mujeres a la inexistencia, que las reduce a la nada, las borra, las suprime, las anula y por último acto de anulación las asesina». Se mostró «convencida» de que si se logra «justicia», «se transmitirá a la sociedad un mensaje claro: la violencia contra las mujeres no tiene edad, ni raza, ni nivel cultural, ni estatus social».
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