2008/01/20

> Berria: Erakusketak > LA MIRADA INQUIETA Y PROPIA DE GONZALO

  • La mirada inquieta y propia de Gonzalo
  • Amigos y artistas recordarán al desaparecido fundador de Galería Dieciséis y agitador de la cultura donostiarra con una muestra en el Koldo Mitxelena
  • El Diario Vasco, 2008-01-20 # Mitxel Ezquiaga ·DV · San Sebastián

Nació en Villena, Alicante, vivió en Madrid y desembarcó en San Sebastián en 1983 con la idea fija de crear una galería que dinamizara el mundo del arte contemporáneo. Encontró el local adecuado en un pequeño sótano de la plaza del Buen Pastor, en el número 16 (de ahí tomaría el nombre la galería) y a partir de entonces Gonzalo Sánchez se convirtió en un descubridor de artistas, revitalizador de viejos talentos y agitador de la vida cultural donostiarra.


El pasado mes de junio Gonzalo Sánchez falleció por culpa de un cáncer fulminante y sus amigos, muchos, quedaron en estado de shock. En el mismo funeral surgió la idea de montar una exposición como mejor homenaje a quien había pasado media vida entregado a esa tarea. Esa exposición ya está lista: se inaugura el próximo 20 de febrero en la Ganbara del Koldo Mitxelena y estará construida con las obras de los artistas que más trabajaron con él: una treintena de creadores en la que se mezclan nombres ya clásicos como Eduardo Chillida o Andrés Nagel con pintores que crecieron gracias al apoyo de Gonzalo, como Rafael Satrústegui o Juan Carlos Savater.


La muestra ha sido organizada por Carmen Alonso Pimentel, profesora de Arte y vieja amiga de Gonzalo Sánchez, y su montaje corre a cargo de Alvaro Machimbarrena. El título de la exposición es La mirada transferida, Gonzalo Sánchez-Galería Dieciséis. ¿Por qué ese nombre? Responde la propia profesora Alonso Pimentel: «Gonzalo miraba a través de sus pintores y esta exposición, con la suma de sus obras, constituye también una mirada sobre Gonzalo. Es una mirada doble».


Carmen Alonso Pimentel ha escrito y coordinado el catálogo de la muestra, que reúne también escritos de otras personas vinculadas con Gonzalo Sánchez, como el profesor y crítico de Arte Edorta Kortadi. Ahí se descubren aspectos menos conocidos de la personalidad del galerista. Estudió la carrera eclesiástica, aunque no llegó a ser sacerdote, y luego estudió Psicología. Fue profesor en la Universidad Autónoma de Madrid pero luego abandonó esa tarea para trabajar en la galería madrileña La Mota hasta que cerró.


Fue entonces cuando San Sebastián se cruzó en su camino: vino a Donostia en 1983 y pronto montó Galería Dieciséis y se hizo un hueco importante en la cultura donostiarra. Como dice Kortadi, «supo que el campo de los grandes artistas consagrados ya estaba copado y buscó nuevos artistas y nuevos públicos. Creó una línea muy interesante de galería que caló en clientes más jóvenes que los burgueses compradores de siempre -añade Kortadi- y fue pionero en facilitar condiciones de pago para esos nuevos amantes del arte».


Gonzalo Sánchez apostó por pintores jóvenes, recuperó a artistas vascos que se habían desplazado años atrás a Madrid y estableció un criterio propio, que incluía la recuperación del figurativismo y no pasar por el aro obligatorio de la abstracción y las vanguardias a la moda, subraya el pintor Rafael Satrústegui. Participó en Arco desde su creación, formó parte de su comité de selección e introdujo en la feria madrileña a un buen número de artistas vascos.


Pero también fue asesor en la etapa inicial de Arteleku o en las compras de la Diputación, aunque luego terminaría distanciado de las instituciones. Fue crítico con el Koldo Mitxelena, donde ahora, como una paradoja del destino, será precisamente homenajeado. Su pequeña galería, el sótano del Buen Pastor, fue un lugar para la tertulia: siempre había alguien de charla con el galerista.


Pérdida de los fondos
El pasado junio un cáncer terminó con su vida en apenas dos semanas. Sus sobrinas de Alicante heredaron todo el fondo de la galería y lo transportaron a un domicilio en Levante. Unas inundaciones inutilizaron todo el material, como otra jugarreta del destino. El local de la galería sigue cerrado.


Para que todo ese pasado no sea sólo historia se ha promovido esta exposición. El problema radicaba en cómo organizar el legado de tantos artistas que pasaron por Galería Dieciséis. «Para la selección optamos por criterios objetivos», explica la profesora Alonso Pimentel. «Que fueran artistas que habían expuesto más de una vez en la galería en los últimos diez años». Y así quedó esta treintena de artistas que vienen a constituir una historia vida del arte vasco reciente. El 20 de febrero es la apertura y permanecerá expuesta hasta el 5 de abril. A Gonzalo, discreto y poco amigo del personalismo, quizás le hubiera ruborizado. Pero sus amigos piensan (pensamos) que merecía el tributo.

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