- Los expertos denuncian que el paciente transexual sigue estando discriminado y mal tratado en nuestro país
- Este será uno de los temas estrella del próximo Congreso Español de Sexología, que se celebra en León. Para abordar adecuadamente este problema se considera necesaria la creación de equipos multidisciplinares, con psicólogos, endocrinólogos y cirujanos. Los profesionales sanitarios exigen que la transexualidad no sea contemplada como una enfermedad mental. En España se calcula que hay unos 2.600 transexuales. Se presentará un protocolo de actuación para la atención sanitaria integral a las personas transexuales
- Acceso, 2008-03-24
“La transexualidad no es necesariamente una enfermedad y, menos aún, una enfermedad mental”, asegura la sexóloga Miren Larrazábal, presidenta del Comité Científico del Congreso Español de Sexología, que tendrá lugar del 17 al 20 de abril en León. La aclaración es importante porque, como denuncia esta experta, “en estos momentos, y a pesar del avance que ha supuesto la Ley Reguladora de la Rectificación Registral de la Mención Relativa al Sexo de la Personas, sigue siendo imprescindible el diagnóstico de disforia de sexo para que se acepte un cambio de sexo en nuestro país”.
Aunque frecuentemente se confunden, la transexualidad y la disforia de sexo aluden a dos realidades distintas. El término transexualidad indica una tendencia a no asumir el género asignado en el nacimiento, mientras que la disforia de género indicaría que dicha valoración genera en el sujeto alteraciones emocionales. “No todo transexual padece disforia; sin embargo, la Ley señala que si el transexual no presenta disforia no puede modificar su adscripción de género ni puede ser atendido para modificar su deseos de cambio de género”, denuncia Miguel Ángel Cueto, sexólogo del Centro Psicológico de Terapia de Conducta de León y presidente organizador del Congreso Español de Sexología. Sin duda, añade, “se está favoreciendo una patologización de dichas personas que, en vez de ser derivadas a psicólogos, se orientan a psiquiatras directamente, con lo que se presupone una valoración patológica de antemano”.
Un problema social y sanitario
La transexualidad consiste en una disociación entre el sexo genético, gonadal y fenotípico, y el sexo psicológico o identidad de género. Son personas que no se identifican con el género que socialmente se corresponde con su sexo biológico de nacimiento. Por extrapolación de estudios de otros países, se calcula que habría unas 2.600 personas transexuales en España (1.800 de hombre a mujer, y 800 de mujer a hombre); de éstos, tras un adecuado proceso diagnóstico, serían candidatas a cirugía unas 500 personas.
La transexualidad supone un desafío a la rígida división de géneros establecida en nuestra sociedad. También cuestiona la idea de la supuesta naturalidad de los géneros, que presupone que nacer macho implica de manera natural sentirse hombre y nacer hembra sentirse mujer. “Nuestra tarea como profesionales es acompañar en este proceso: clarificando si hay confusión (no todas las crisis de identidad de género implican una transexualidad) y ayudando psicológicamente a que se expresen socialmente tal como sienten el género psicológicamente”, afirma la psicóloga Miren Larrazábal. Tal y como denuncia, “estamos ante una problemática novedosa que implica estudio y reflexión por parte de la comunidad científica, que necesita despojarse de esquemas mentales y estereotipos sexuales y sociales cerrados”.
Abordaje multidisciplinar
El deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del género opuesto al sexo biológico no es un trastorno mental aunque puede crear, por desconocimiento, incomprensión social o falta de asunción de su rol, cierta disforia que podría necesitar asesoramiento o apoyo terapéutico. En este sentido, los expertos resaltan la importancia de hacer un buen diagnóstico del trastorno, ya que un diagnóstico no certero es un factor predictivo de arrepentimiento post-tratamiento de reasignación de sexo y de la evolución.
La falta de atención de este trastorno dentro del sistema sanitario público está condicionando, aparte de la ausencia de datos epidemiológicos, la escasez de publicaciones, la identificación de factores de pronóstico, los estudios sobre calidad de vida, los estudios sobre comorbilidad psiquiátrica asociada y la evolución del trastorno. Según expone Miguel Ángel Cueto, “las dificultades que encuentran para ser tratados por el sistema sanitario público les llevan a recurrir al autotratamiento hormonal, lo que se puede traducir en graves efectos para su salud, en la aparición de desórdenes psicológicos diversos e, incluso, en el incremento del riesgo de autolesiones en los genitales o en intentos de suicidio”.
Los tratamientos intentados desde diferentes especialidades se muestran ineficaces para reconciliar al paciente transexual con el sexo biológico al que pertenece. En cambio, sí está contrastada la eficacia de ajustar el cuerpo a la mente mediante el tratamiento multidisciplinar: psicológico, endocrinológico y quirúrgico. Por eso, los psicólogos consideran esencial su participación en el proceso de abordaje de los problemas que plantean los transexuales. “Tienen el derecho de ser atendidos mediante protocolos consensuados por la comunidad científica, siendo valorados por psicólogos y no por psiquiatras”, sentencia Miguel Ángel Cueto.
Más allá de la Ley
En las principales clasificaciones diagnósticas internacionales de enfermedades (el DSM-IV-R o la CIE-10) se incluye a la transexualidad como un trastorno o enfermedad. No obstante, indica Miren Larrazábal, “pensábamos que se debería analizar seriamente la eliminación de la situación de transexualidad de las clasificaciones internacionales de trastornos y enfermedades (como ya se hizo con la homosexualidad) ya que, aunque no se pretenda, sí que produce cierta estigmatización que atenta contra estas personas, dificultando su integración social y, por tanto, su bienestar personal”.
De hecho, un aspecto común de las personas transexuales es su negativa a ser considerados enfermos. Los transexuales sitúan su problema sobre todo en la representación corporal; “si recurren al sistema sanitario no lo hacen porque se sientan enfermos, sino para que se les restituya su verdadera identidad de género en un cuerpo al que no consideran como suyo”, apunta Miguel Ángel Cueto.
Con la aprobación de la Ley Reguladora de la Rectificación Registral de la Mención Relativa al Sexo de la Personas se reconoce el derecho de las personas transexuales a cambiar su sexo, para que éste se corresponda con la identidad de género que reclaman como propia. Pero, como subraya Mirel Larrazábal, “aunque la Ley supone un paso adelante, plantea controversias al seguir incidiendo en que la transexualidad es un trastorno mental y al incluir en su diagnóstico (como un
requisito de obligado cumplimiento) la disforia de género”.
En estos momentos, numerosos colectivos de transexuales y profesionales de la salud mental (sexólogos, psicólogos, médicos), así como todas las sociedades científicas de Sexología, se oponen a considerar la transexualidad una enfermedad, un trastorno mental.
La cita más importante de la Sexología española
Esta controversia será uno de los temas estelares que se abordará en el Congreso Nacional de Sexología. La reunión contempla un programa científico multidisciplinar, donde se incluyen sesiones y talleres que aluden tanto a aspectos relacionados con la salud, como con el erotismo y la sexualidad o los problemas cotidianos de las parejas homosexuales. El crisol de expertos que cada dos años se reúnen en este Congreso asegura la revisión de una amplia gama de aspectos relacionados con la salud sexual, así como con el fomento de la educación en el respecto por la diferencia y en la mejora de habilidades de seducción y de relaciones sexuales.
El Congreso está organizado por CEPTECO (Centro Psicológico de Terapia de Conducta) de León, la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS) y la Asociación Española de Especialistas en Sexología (AEES). Se espera una asistencia de cerca de 500 personas, procedentes de áreas educativas (profesores, educadores, instituciones educativas, expertos del Ministerio de Educación y de Consejerías), de salud (expertos del Ministerio de Sanidad de política sanitaria, sexólogos, médicos, psicólogos, personal de enfermería…) y de asociaciones de minorías (transexuales, homosexuales, paralíticos cerebrales…). En el marco de este Congreso también se celebrará el VII Encuentro de Teléfonos y Asesorías de Sexualidad y el IV Encuentro Iberoamericano de Profesionales de la Sexología.
- Para más información
- Gabinete Prensa X Congreso Español de Sexología. Paco Romero: 639 645 570
- Gabinete Prensa FESS. Jesús María López de Uribe: 670 516 833
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