2008/07/13

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  • Casados y orgullosos
  • En los primeros tres años de la regulación del matrimonio homosexual se han casado unas 15.00 parejas de las que casi un 70% son gays y un 30% lesbianas
  • El Diario Vasco, 2008-07-13 # Isabel Urrutia · DV · Bilbao

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales estima que se habrán casado unas 15.000 parejas homosexuales (de media, el 67,8% son hombres) desde que el Congreso de los Diputados modificó el Código Civil para permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo. La entrada en vigor de ese cambio histórico se produjo el 3 de julio de 2005 y puso entonces a España a la altura de Holanda, Bélgica y el estado de Massachusetts. En la actualidad, se han sumado a la lista Canadá, Sudáfrica, el estado de California y Noruega. Una retahíla «que ha contribuido a hacer más feliz a bastante gente, de eso se trata, de nada más», reflexiona Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb).


A la hora de valorar el número de enlaces, la Felgtb advierte que se corre el peligro de que «lo árboles no nos dejen ver el bosque. Lo importante no son los números». Ciertamente el baile de cifras puede llegar a ser mareante. Según el INE, entre 2005 y 2007 contrajeron matrimonio 9.099 personas del mismo sexo; y conforme a Justicia, se contabilizan 5.243 bodas a fecha del 27 de junio de este año. Una diferencia sorprendente que hizo rasgarse las vestiduras a muchas asociaciones de gays y lesbianas. Hace un par de semanas, casi colapsan la línea telefónica de Justicia.


Las mujeres del norte
A pesar de la indignación de Pedro Zerolo, responsable de Movimientos Sociales del PSOE, en el Ministerio justifican la divergencia con toda tranquilidad: «Nosotros sólo computamos los datos de registros civiles informatizados, no hemos incluido todavía los del País Vasco y tampoco recogemos los enlaces celebrados en ayuntamientos sin registro civil y que quedan inscritos en los más de 7.000 Juzgados de Paz». Así se explica que los porcentajes que baraja la Felgtb sean los del INE: Aunque no vayan más allá de diciembre de 2007, arrojan un total «más cercano a la realidad», afirman desde la Federación.


En la actualidad, la Felgtb calcula que pueden sumarse a ese total de 9.099 en torno a unas 6.000 bodas, «que incluirían las contraídas entre enero y junio, así como todas las que constan en los Juzgados de Paz». Esas supuestas 15.000 nupcias serían, por tanto, proporcionalmente casi las mismas que hubo en Holanda en los primeros tres años de aprobación de la regulación del matrimonio: entre 2001 y 2003. Así, se se casaron en aquel país (de poco más de 16 millones de habitantes) unos 5.600 homosexuales. Eso sí, tras el entusiasmo inicial, poco a poco han ido decreciendo las bodas entre personas del mismo sexo. En Holanda pasaron del 3% al 1,8% del total de enlaces civiles; mientras que en España han bajado al 1,59 % en 2007.


Las comunidades autónomas que están a la cabeza son Baleares (131 matrimonios), Canarias (246), Cataluña (785) y Madrid (597); y como contraste, a la cola se encuentran Galicia (77), La Rioja (8), Extremadura (28) y Ceuta (1). El pasado año, de acuerdo con el INE se habrían celebrado siete bodas homosexuales de media por cada 100.000 habitantes. «La mayoría suelen ser parejas con una relación muy consolidada. Gente que lleva más de veinte años de convivencia», apunta Sergio Íñiguez, coordinador de Gehitu, asociación de gays, lesbianas y transexuales del País Vasco.


Y un dato curioso: en Euskadi, Asturias y Cantabria, el porcentaje de lesbianas que se casaron en 2007 superó el 40% de las bodas homosexuales, mientras que la media estatal se quedó en un 32,92%. ¿Razones? Carmen Hernández, coordinadora del área de Políticas Lésbicas de la Felgtb, cree que esta supremacía responde «al carácter de las mujeres del norte, más fuertes y decididas, con menos inhibiciones a la hora de dar un paso hacia adelante». «Son la excepción en un mundo mucho más estigmatizado que el de los gays, porque, ya se sabe, nosotras siempre lo tenemos más difícil en todo».


Balance sin euforia
Con tres años de rodaje es tiempo de hacer balance. La euforia de los primeros momentos se ha disipado y ahora impera la «satisfacción y la certeza de que todavía queda mucho por hacer», apunta Mónica López, psicóloga del servicio municipal de información y asistencia a gays, lesbianas en Vitoria. «Fuimos el primer Ayuntamiento en ofrecer esta ayuda hace ocho años y, de verdad, todavía hay cosas que te sorprenden...».


Los temores y las inhibiciones siguen estando a la orden del día, sobre todo a la hora de contraer matrimonio: «No son pocos los que prefieren ir al Juzgado de Paz, porque ahí firmas y te vas, mientras que en el Ayuntamiento te pasan a una sala y todo es mucho más protocolario y público; y si son de un pueblo, se vienen a la capital para pasar más desapercibidos». Algo que debería ser motivo de alegría y hasta de jolgorio se convierte en un acto semiclandestino, y hasta doloroso «cuando hay familiares que se niegan a asistir». La ley en España se ha adelantado a la propia sociedad, donde aún pesan mucho los prejuicios y la intolerancia hacia la homosexualidad.Ver los desfiles del Orgullo Gay en el telediario o tener una compañera de trabajo lesbiana no basta para cambiar la mentalidad de nadie.El respeto es un paso más. «Al final, de lo que se trata es de ahorrar un sufrimiento innecesario. La integración plena -en definitiva, la normalización- aún está muy lejos».


La llamada 'migración sentimental' no cesa: cada vez son más las parejas que deciden vivir en Madrid o Barcelona. Allí se siente más a sus anchas, en una metrópoli donde hay cabida para todos. En esas ciudades hay homosexuales que contraen matrimonio por todo lo alto en campos de golf, hoteles o restaurantes, igual que algunos heterosexuales. Sin complejos. Ahora bien, tampoco es que sean numerosos... «¿Que 15.000 bodas en tres años parecen pocas? Bueno, hay que dejar claro que lo importante no es el número, sino la oportunidad de ejercer un derecho. Ahí está la grandeza de la democracia, que se legisla en favor de todos. Nosotros nos sentimos más ciudadanos de España desde que se nos permite ser familia», afirma Antonio Poveda, presidente de la Felgtb. En su caso, no hay nada que ocultar. Cuando se casó en Valencia con su compañero, de origen extremeño, tuvieron que fletar un autobús para que la familia de su pareja cruzara España. Nadie quería faltar a la cita. Aquel día se hizo realidad un sueño.


  • Fay Sastillo y Lucas Carrasco, pareja de Algeciras: «El niño nos ha vuelto majaras»

Daniel vive en Algeciras con su familia y quiere ser torero. No le falta carácter: tiene planta de campeón infantil de natación y los demás niños le siguen como corderitos. Ha cumplido seis años y «es un resalado», dicen sus padres con orgullo.


Lucas asegura que es «igualito» a él: «Ha salido cabezota, camina como yo y hasta dormidito se parece a mí». Y el otro padre, Faly, no tiene nada que objetar; hay razones que sólo el corazón entiende. Daniel es adoptado, nació con síndrome de Down y desde que entró en sus vidas «nos ha vuelto majaras», reconocen al unísono. Y eso ya se los había advertido la madre de Lucas: «Hijos, que cuando se tiene un crío, ya nada es igual....».


Pero no había vuelta atrás. Lucas deseaba con toda su alma volcarse en el cuidado de una criatura. «Y ofrecerle lo mejor hasta el final de mis días». Por eso acabó casándose con Faly, su pareja desde los 19 años: era la vía más rápida para resolver «todo el papeleo» de la adopción de Daniel. Desde los 16 meses lo habían tenido en acogida y no les cabía en la cabeza tener que separarse de él. «Fue visto y no visto. Se modificó el Código Civil en julio de 2005 y en septiembre nos fuimos al juzgado de paz de Tarifa. ¡Y nada de 'bodorrio'! Comimos en un restaurante con la familia y ya está», recuerda Faly.


El pequeño es hijo de ambos desde agosto del año pasado, se llama Daniel Castillo Carrasco y cuando se pasea por la finca de sus padres en Ronda, parece una versión mini de José Tomás, dueño y señor de sus dominios. «Ay, le encanta, le encanta José Tomás. Lo malo es que sea un torero que se arrima tanto, ¿verdad?». Pero, qué se le va a hacer, al chavalín no le apetece ser estilista como Faly, o seguir los pasos de Lucas, que es auxiliar de enfermería. «Daniel será un hombre independiente, con sus virtudes y limitaciones. Y le ayudaremos en todo lo que podamos», dejan claro sus padres.


Siempre quisieron un crío con síndrome de Down. Nunca tuvieron dudas ni miedos. «Las personas como Daniel viven en un mundo distinto al nuestro. Pero también muy valioso. No hay más que hacer el esfuerzo y entrar en él. Nosotros lo hemos hecho y, de verdad, es lo mejor que nos ha pasado. Es nuestro hijo.


Un hijo. ¿Tiene usted hijos? Es algo grande. Tan grande...», repite Lucas muy serio. Ahora están inmersos en la adopción de una niña «aunque no le haga demasiada ilusión a Daniel». Dejar de ser el rey de la casa siempre resulta muy duro.


  • Isabel y Mari Carmen viven en Errenteria y llevan tres décadas juntas: «Aprendimos artes marciales para sentirnos más seguras»

Isabel y Mari Carmen se conocieron en la cuadrilla. Tenían 17 años y vivían en Errenteria. Llevan casi tres décadas juntas. Y ahí siguen, a pesar de los insultos, vejaciones y 'bofetadas' que tuvieron que soportar durante «tanto, tanto tiempo», recuerda Isabel con una sonrisa. Nunca pensaron en irse. Contaban con el apoyo de sus familias y, sobre todo, se tenían la una a la otra. «Nos quisimos nada más vernos. Aunque sin saber muy bien lo que sentíamos... ¡Es que aquello no nos parecía 'normal'! Recuerdo que mi madre me decía, «eso no puede ser amor, no puede ser». Todo era muy confuso salvo esa sonrisa que se les había pintado en la cara. No podían disimular cuando salían juntas; por eso se quedaron sin amigas. «Éramos siete en la cuadrilla... Y de las siete, sólo dos no nos rechazaron».


Tuvieron que empezar de cero: solas pero sin miedo. Se relacionaron con movimientos feministas y, al final, recalaron en una asociación de gays y lesbianas (Ehgam), «donde por fin nos encontramos arropadas y pudimos conocer a gente como nosotras», apunta Mari Carmen. Poco a poco, iban ampliando su círculo de amistades y ganando terreno a ese grupo «que a la mínima nos zarandeaba y daba golpes». Había veces en que la situación era tan asfixiante que ponían tierra de por medio: «Pero, hombre, tampoco muy lejos, nos íbamos a pasar la tarde a Donosti y ya está». Su hogar estaba en Errenteria, y de ahí no se movían. Incluso aprendieron «algo de kárate y taekwoondo, para sentirnos más seguras al salir a la calle».


Ahora, que tienen 46 años, no les cabe duda de que «vivimos el momento más dulce de nuestras vidas». Isabel trabaja como limpiadora en el Hospital San Ignacio y Mari Carmen es pescadera en Zarautz.


«Tenemos nuestra casita y todo va bien. Y además, hace dos años regularizamos nuestra situación. Fuimos al Juzgado de Paz y lo celebramos en una cafetería con los amigos, la familia. Luego montamos una fiesta en Gehitu (asociación vasca de gays, lesbianas y transexuales) con pastelitos y cava»..


Isabel lo cuenta emocionada y hasta un poco sorprendida. «Jamás me imaginé que algún día nos harían un regalo de boda. Si hasta nos pagaron un fin de semana en un hostal, con masajes y todo. Y luego nos fuimos a disfrutar a París».

  • La adopción de gays y lesbianas

Nadie es mejor padre por ser homosexual o heterosexual», asegura la psicóloga María del Mar González, profesora en la Universidad de Sevilla. Hace ocho años dirigió el primer estudio realizado en España sobre familias homoparentales (con padres gays o madres lesbianas). Aquella investigación permitió despejar muchas dudas. Para empezar: «Ni la homosexualidad se contagia ni los niños crecen aislados o con problemas de autoestima». No obstante, también se confirmó que «en la adolescencia se sufren presiones del entorno». Ser diferente siempre acarrea riesgos «pero no por eso hay que ceder», alerta la especialista. Basta con disponer de argumentos sólidos. «Siempre recuerdo la respuesta de la niña que al oír aquello de '¡tu madre es tortillera!', se dio la vuelta y dijo muy digna: 'Mi madre es lesbiana y feliz, no sé si tú puedes decir lo mismo de la tuya'».


En cuanto a las adopciones, hay que decir que se presentan llenas de escollos; por eso, es habitual que se hagan cargo de niños con discapacidades. Fuera de nuestro país, sólo Sudáfrica y Brasil admiten abiertamente la petición de homosexuales. China les prohibe presentar la solicitud y en el resto de los casos, «yo aconsejaría ser discreto y no decir que uno es homosexual», advierte David Montero, coordinador de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos en la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb).


  • Nota de EHGAM-DOK: En el original, EHGAM consta como Egham.

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