- Mariquita el último
- El Día, 2008-07-01 # Superconfidencial Andrés Chaves
1.- La frase es -o era- de patio de colegio: todos se echaban a correr y el último -el más torpe y probablemente el más inteligente- era fugazmente considerado como mariquita (probablemente sin serlo) y los demás le propinaban cuatro coscorrones. No había acoso escolar, sino mucho cariño; ni tampoco complicadas sensaciones homófonas, sino alegría, compañerismo y profesores estupendos que nos educaban como podían; yo creo que bien. Pero los tiempos cambian y he visto, con mucho estupor, cómo se iza la bandera multicolor -esa que llaman del arco iris- en el frontispicio del Ayuntamiento de Santa Cruz. Bueno está lo bueno, pero no lo demasiado. Quince o veinte homosexuales y lesbianas aplaudiendo a rabiar, mientras el alcalde y la concejala Ángela Mena se hacían la foto y la senadora Patricia Hernández se abría paso a codazos para no quedar fuera de la gráfica. La nota máxima bufa la ponía un travestido que fumaba un puro, como Sarita Montiel.
2.- Por favor, señores (y señoras). Creo que se está llegando demasiado lejos en forzar la máquina de las relaciones entre personas del mismo sexo, disfrazando la cosa de absolutamente normal. España pasa de cero al infinito con la velocidad del rayo. Siempre ha ocurrido así. De ser un país donde la homosexualidad fue reprimida con dureza por el poder, en una actitud vergonzosa de éste, se pasa a pretender que la generalidad de la población abrace la homosexualidad y el lesbianismo y los considere obligatorios. Me parece que la frase de Ortega tan simple y tan famosa -"no es esto, no es esto"- podría aplicarse perfectamente a este festival de estupidez. No se debe generalizar lo que no es normal, porque entonces además de ser imbéciles nos estamos engañando a nosotros mismos.
3.- Yo sé que Zerolo -el Zerolo edil- estaba incómodo con la situación. Bueno, lo imagino, porque no se lo he preguntado. El Ayuntamiento de Santa Cruz no se merece este arco iris sino un poco más de seriedad. Y si Mena cree que su partido, Coalición Canaria, va a generar un solo voto favorable con esta algarada, yerra. Aquel grito de "mariquita el último" será ahora interpretado como un pecado de homofobia y de machismo, de falta de respeto a las relaciones entre personas del mismo sexo. ¿Saben lo que les digo? Váyanse por ahí, babiecas. Este país tiene merecida fama de confundir siempre el culo con las témporas. Pero conmigo no cuenten.
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