- Catástrofe aérea en Madrid: Las víctimas
- "No sabíamos que estaba en ese avión": Un italiano muere con su amigo y su hijo
- El País, 2008-08-23 # Lucía Magi · Madrid
Domenico Riso no avisó de que iba a viajar a Gran Canaria. Volar para él era algo habitual. Cogía más de un avión al día. Era su trabajo. La única víctima italiana del desastre de Barajas era auxiliar de vuelo de la compañía franco-holandesa Air France-KLM. El miércoles subió al avión de Spanair como un pasajero más, no como profesional, sino para irse de vacaciones. Iba a cumplir 41 años el próximo 3 de septiembre.
Quizás porque volar era tan habitual para él, no contó sus planes a su familia. "No sabíamos que estaba en aquel avión. Cuando vimos la noticia en la tele, ni se nos pasó por la cabeza", contó ayer un primo de Domenico al Corriere della Sera.
A su lado murió su mundo, su otra familia, la que se había construido en Francia: su compañero Pierrick Charilas y el hijo de éste, Ethan, de tres años. Vivían en "un pequeño palacio cálido y acogedor", recordaba el mismo primo ayer. Pierrick había sido campeón de aerobic, había tenido una historia de amor que acabó mal con la madre de Ethan y ahora compartía su vida con el italiano, con quien educaba al niño. Domenico Riso llevaba 10 años viviendo en París, donde se había mudado desde su pueblo natal Isola delle Femmine, un pequeño lugar que se asoma al mar en la provincia de Palermo, en Sicilia.
Por ser colega de profesión, Spanair vendió a Domenico Riso un billete registrándole como niño, para que pagase menos. Por ello, al principio, las autoridades italianas buscaban a un menor y hasta el jueves no supieron de quién era realmente aquel nombre que iba en la lista de pasajeros con la sigla CHD (child) al lado. Tampoco nadie había llamado angustiado al Ministerio de Asuntos Exteriores en Roma en busca de información.
Al recibir la noticia, las hermanas del auxiliar de vuelo, Marianna y Concetta, viajaron a Madrid, donde llegaron ayer por la tarde, junto con un sobrino y otro familiar. Personal de la Embajada italiana les recibió en Barajas. El padre, Pietro, un jubilado viudo de 82 años, no vino por problemas de salud.
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