- Miles de cristianos huyen de los ataques islamistas en Irak
- Los radicales exigen su conversión o el pago de un impuesto por protección
- El País, 2008-10-14
Cerca de 3.750 cristianos iraquíes se han visto obligados a huir de sus casas en Mosul, la tercera ciudad del país, situada a 400 kilómetros al norte de Bagdad, desde el 4 de octubre, cuando grupos radicales suníes incrementaron sus ataques contra esta minoría religiosa, según un responsable local.
"Hemos registrado que 744 familias cristianas han abandonado Mosul. La mayoría se aloja en iglesias y monasterios de las ciudades más próximas o en aldeas donde hay más cristianos. (...) El número de desplazados se incrementa dramáticamente cada hora", afirma el director provincial del Ministerio de Desplazamiento y Migraciones, Jawdat Ismaiel, que anuncia el levantamiento de campamentos de desplazados si fuera necesario.
No hay una estimación exacta de la población cristiana en Irak, aunque se tiene constancia de que cientos de miles de cristianos han huido del país desde la invasión liderada por EE UU en 2003 al temer los ataques de los extremistas religiosos suníes y chiíes, informa la agencia de noticias humanitarias de la ONU (IRIN). En la época de Sadam Husein, representaban cerca del 3% de los 28 millones de habitantes, según el censo oficial.
La presión sobre ellos es enorme en Mosul. Sufren constantes amenazas de muerte y extorsiones. Es frecuente que se les exija la conversión al islam o el pago de la yizyia, un antiguo impuesto que debían entregar a los musulmanes a cambio de protección.
Desde que se reanudaran los ataques contra cristianos el 4 de octubre han muerto 13 personas. El último fue un comerciante asesinado ayer, cuando hombres con el rostro cubierto irrumpieron en un establecimiento de instrumentos musicales y abrieron fuego contra la víctima y su sobrino, quien resultó gravemente herido.
Según la policía, siete de los muertos fueron secuestrados primero. Sus cuerpos aparecieron después con signos visibles de haber sido torturados y ejecutados. Fuentes cristianas acusan a los cuerpos de seguridad de estar detrás de esta campaña. El portavoz del Gobierno iraquí, Alí al Dabag, anunció que el Consejo de Seguridad Nacional ha decidido crear un comité especial para investigar las intimidaciones que sufren los cristianos en Mosul y que ha ordenado el despliegue de otros 1.000 policías más.
Por otra parte, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha realizado unas declaraciones, publicadas ayer por The Times londinense, de las que se desprende un enfado con las decisiones del Gobierno británico. Asegura que las tropas británicas situadas en Basora deben marcharse porque no son necesarias: "Les agradecemos su labor, pero creo que su permanencia no es necesaria para mantener la seguridad y el control".
Maliki había calificado de prematura la decisión el año pasado de Reino Unido de trasladar sus fuerzas desde su base en el palacio de Basora al aeropuerto a las afueras de la ciudad. Según él, se trató de un acuerdo secreto entre Reino Unido y la milicia chií del Ejército del Mahdi, del clérigo radical Múqtada al Sáder.
En el proceso de normalización de relaciones con Irak, Siria ha enviado su primer embajador a Bagdad en varias décadas, según anunció ayer el Gobierno iraquí. Se trata del último paso dado por un país árabe para fortalecer los lazos diplomáticos con el régimen de Maliki.
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