- Información sobre un miembro del Opus Dei
- España Liberal, 2008-10-07 # Isabel Caballero
Enrique Rojas Montes - psiquiatra español -, lleva desde 1984 identificándose como "catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid", sin ocupar, ni haber ocupado nunca este cargo, aunque en los 10 libros que tiene en el mercado, afirme ser titular de la cátedra citada.
A este individuo - miembro del Opus Dei -, parece que la Obra todavía no le ha enseñado que el 8º es, NO MENTIRAS y el director que le lleva la obligatoria "charla fraterna" en el Opus Dei, sea su cómplice o esté en las nubes.
Se da también la circunstancia que altos cargos del Partido Popular, presentan al público los libros de Enrique Rojas, cuando salen a la venta, en los que se adjudica la/s cátedra/s que ni tiene, ni ha tenido - desde 2006, son dos las cátedras que se adjudica en la UCM -. ¿Desconocen Pilar del Castillo, Ana Pastor o Ana Botella, sobre el verdadero currículo de Enrique Rojas?. ¿No saben estas coleguis - afines en ideología -, que están colaborando en un engaño masivo a la ciudadanía?.
Como favor, con favor se paga, a cambio Enrique Rojas, se pasea por platós de televisión y emisoras de radio cuando conviene, defendiendo las tesis PP, con más moderación y destreza de lo que hizo en su día su amigo Aquilino Polaino. Y evidentemente tb utiliza estas emisoras y platós, para presentar y promocionar sus libros, liando y engañando a profesionales de los medios, para que lo identifiquen como titular de la/s cátedras que no tiene, ni ha tenido (Ej.: RNE programa "Siluetas" 23.4.07 de Manuel Ventero).
Casi 25 años, haciéndose pasar por lo que no es, actuando en el ámbito de la salud mental - donde la vulnerabilidad de las personas con las que trata es alta -, parece que sea un indicador suficiente para que nos planteemos sobre el perfil que pudiera tener este individuo y actuemos en consecuencia. Pero la Justicia y el corporativismo están como están - eso ya lo sabemos - y los miembros del Opus Dei - sociedad secreta que no publica listas -, por motivos inexplicables, que sólo en petir comité son señalados como tráfico de influencias, parece que tengan inmunidad y bula de por vida.
Además de vender libros y llenar su consulta de personas que pagan su caché y aceptan tratamientos con los que no siempre están de acuerdo porque creen que están en buenas manos - en las de "un catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense y su equipo" -, cuando en realidad están en manos de un mentiroso y de un equipo de encubridores - parece lógico pensar que están al loro de las estrategias que utiliza su jefe, para engañar al ciudadano de a pie -, Enrique Rojas tiene otras aficciones. A título de ejemplo, entregó Informe Clínico devastador de una mujer a su marido, sin el conocimiento de ésta, que había dejado su consulta hacía tiempo (Google: "El psiquiatra, la esposa y su marido" o, Interviú 12.3.98), que después resultó no ser veraz. Es decir, había sido emitido con falsedad para que el marido pudiese utilizarlo en el procedimiento de separación y divorcio.
Continuando con el ejemplo anterior, este sujeto, que parece que no ha roto un plato en su vida, mientras estaba siendo juzgado por el caso anterior, entregó a otro marido Certificados Oficiales Médicos (en plural), prescribiendo el internamiento psiquiátrico de su mujer - también a espaldas de ésta, sin existir relación médico-paciente, aunque casualmente - como en el caso anterior -, el móvil económico parece que esté claro, ya que quitando a la mujer de en medio, el marido hacía "el agosto" (agosto que de todas formas ha hecho, por que los tentáculos de este miembro del Opus Dei - ignoramos si los de todos - llegan a muchos sitios).
Previamente a la emisión de los Certificados Médicos citados, Enrique Rojas había hecho llevar a los hijos menores a su consulta y llamado a familiares para aleccionarles e identificándose como "Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense", convencerlos de que "la madre era una enferma mental, aunque no se le notaba" e incluso había intentado manipular al médico de Familia, para que emitiese otro Certificado Médico, prescribiendo el internamiento psiquiátrico de la mujer. Siempre a traición, por la espalda y sin dar la cara, porque Enrique Rojas - al igual que cualquier delincuente - actúa a espaldas de la víctima. Signo evidente de que existe consciencia del mal y, en este caso, también consciencia del delito, puesto que tenía abierto un procedimiento judicial y estaba a punto de sentarse en el banquillo, por algo horrible y repugnante, aunque de mucho menos calado, que la 2ª acción que estaba llevando a cabo.
Es evidente que la seguridad en la impunidad y/o, la certeza de que la condena será menor que el beneficio obtenido con el delito, son un aliciente para este tipo de conductas.
Aunque parezca imposible y sea difícil imaginar que un sujeto pueda albergar tal perversidad y maquiavelismo, como es hacer creer a unos adolescentes, que tienen una madre enferma mental, siendo falso, en Enrique Rojas se dan.
Sobre la efectividad y eficacia que tienen los documentos emitidos por Enrique Rojas en las instancias judiciales, no voy a hablar hoy. Me limitaré a decir que un Certificado Médico, prescribiendo internamiento psiquiátrico - sin mediar relación médico-paciente -, emitido por este individuo - que lleva 25 años diciendo ser Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense, siendo mentira -, dan lugar a que la policía se presente en el domicilio de madrugada, coja a la mujer y se la lleve, sin que aparezca la juez para informarla, el forense para examinarla o el fiscal para decirle que defenderá sus derechos. Dicho de otra forma, cuando interviene Enrique Rojas, miembro del Opus Dei, ocurre lo mismo que ocurría en la postguerra.
Que se lleven a un ciudadano/a de madrugada, sin previo aviso, motivo justificado y sin mediar información de juez,. fiscal o forense, para mí, es terrorismo. Un tipo de terrorismo que se encubre, porque no interesa que trascienda. Pondría en duda el Estado de Derecho. ¿Vamos a reconocer que un miembro del Opus Dei, puede ser tan corrupto o tener tantos contactos o poder, para conseguir que se lleven a una ciudadana de su cama una madrugada, sin juez, fiscal o forense, que verifique si es cierto o no, lo que afirma este miembro Opus?
Sin embargo, un sólo caso que se dé, donde exista impunidad para los autores, demuestra que no estamos en un Estado de Derecho. Si además, al autor principal se le permite que lleve 25 años y continúe, haciéndose pasar por catedrático de Psiquiatría de una universidad de prestigio, cuando no lo es y trabajar en el campo de la salud mental, parece que debamos preguntarnos, en manos de quién/es estamos. ¿De un psiquiatra maquiavélico y perverso, miembro del Opus Dei? ¿De sus contactos? ¿Del tráfico de influencias que van y vienen?
Ninguno de estos puntos estaban en el programa electoral del partido que ganó las elecciones, que debería ocuparse y preocuparse de que este tipo de terrorismo, se de con total impunidad, en el Estado de Derecho, que dice que tenemos.
Nota: Las cátedras de Psiquiatría, sólo existen en las Facultades de Medicina, diga lo que diga, Enrique Rojas en las solapas de los libros que tiene en el mercado.
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