- El activismo gay como nacionalismo
- Ibon Larrazabal ironiza con un futuro radical sin sida en Sero
- Público, 2008-11-12 # Jesús Rocamora · Madrid
El mismo día que este periódico se hacía eco del estudio de Nature sobre una vacuna para el sida probada con éxito en monos, tuvimos la oportunidad de hablar con Ibon Larrazabal (Gorliz, Bizkaia, 1970), que en su novela Sero (Odisea Editorial) plantea un escenario futurista donde una inmunización contra el VIH irrumpe con consecuencias inesperadas. Entre otras, la explotación de infectados por multinacionales y la exaltación de la circunstancia del seropositivo casi al estatus de culto, algo exclusivo.
Larrazabal lo hace a partir del absurdo, dibujando una sociedad cruel donde los programas de TV se ríen de los espectadores que llaman para contar sus problemas y donde la cola de la farmacia es una experiencia peor que ir a la guerra.
"Situarlo en un futuro próximo es solo un soporte y una excusa para hablar de otros temas desde una perspectiva dislocada, ver los problemas desde otro ángulo. No quería contar La guerra de las galaxias sino reflexionar sobre, por ejemplo, los problemas cotidianos de los enfermos de sida".
Y esa visión dislocada tiene más que ver con la nueva narrativa norteamericana (Palahniuk, Easton Ellis) que con la literatura de naves espaciales: Larrazabal, como Foster Wallace, parece sentir predilección por dar cierta sobreinformación (pastillas, píldoras, medicamentos) y es capaz de hacer literatura con un informe médico. Y también de no sentir cariño por su personaje, Yurgi: "Me cae mal. No escucha a nadie. No sería alguien a quien me gustase encontrarme".
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