- Cultura de alto contenido erótico, accesible a niños en la Biblioteca
- La Mañana, 2008-06-06 # Alfonso L. Congostrina · Lleida
La Biblioteca Pública de Lleida ofrece entre la amplia variedad de títulos, revistas, vídeos y cultura, en todo tipo de formatos, una amplia gama de cómics, los tradicionalmente llamados tebeos, no aptos para menores de edad. Algunos padres cuyos hijos son usuarios de la biblioteca han criticado que dicha información cultural pueda caer en las manos de un niño “en unas dependencias de la Generalitat de Catalunya”.
La directora de la Biblioteca Pública de Lleida, Carme Ariche, preguntada sobre esta cuestión aseguró: “En la planta baja de nuestras dependencias se encuentran los lugares propios para los niños, mientras que el resto de pisos es el del resto de público”. Aún así, Ariche dejó claro que si vienen los niños solos “no podemos hacer gran cosa”. La directora informó que si los menores no vienen acompañados de sus progenitores es posible que accedan a zonas en las que hay contenidos impropios para su más tierna edad. Si los vigilantes o los trabajadores de la biblioteca interceptan a algún menor en una zona donde hay cultura para mayores de 18 años “son expulsados del lugar y trasladados a la planta propia para los niños”. Aún así la directora aseguró ayer a este rotativo que este tipo de vigilancia tiene muchos defectos: “Nuestro trabajo es el de bibliotecarios y no el de policías o censuradores”. Ariche confesó que es muy posible que algún menor de 18 años pueda acceder a ciertos cómics impropios para su edad esquivando la supervisión de los trabajadores del centro “cuya labor es otra muy distinta”.
La responsable de la biblioteca dejó claro que este tipo de material “erótico” está catalogado como tal en la zona de vídeos con un triángulo de color verde y en los tebeos con la correspondiente inscripción de “Sólo adultos”. Ariche afirmó que si un menor acude solo a la biblioteca, sin la compañía de sus padres, y quiere utilizar el servicio de préstamo de material para llevarse productos culturales impropios de su edad el trabajador no se lo permite. Aún así, la directora aseguró que es muy consciente que alguno de los niños sacan estos materiales culturales utilizando una máquina de autopréstamo. Los menores acercan al detector su carnet de la biblioteca, automáticamente hacen lo mismo con el tebeo, vídeo o libro de carácter erótico y “salen tranquilamente de la biblioteca”.
El número de horas que permanece abierto el centro de la Generalitat hace que, salvo cuestiones básicas de orden, sea muy complicado adivinar que productos culturales están consumiendo los usuarios. “Además nosotros no somos, ni debemos ser, censores de ningún tipo”, aseguraba la directora.
Entre los cómics que se pueden consultar están los originarios de Japón en que muestran con quizás demasiados detalles relaciones sexuales de carácter heterosexual, lesbianas y de carácter gay con un realismo casi perfecto, si no fuera por ciertas dimensiones. También hay productos nacionales como las andanzas de una prostituta llamada Clara.
Con tangas y a lo loco
La infancia es una enfermedad que se cura con el tiempo. Mis primeros recuerdos como ser humano son los del cuchillo de cortar el jamón que utilizaba mi padre, afortunadamente, sólo para cortar embutido. Cuando empecé a caminar intentaba subirme en mil y un taburetes para dar alcance a la citada arma y una vez armado no sé muy bien que hacer. Mi madre siempre estaba atenta y me premiaba con alguna pequeña castaña, de esas que han caído en desuso, y con el tiempo se me acabaron las ganas de armarme.
La adolescencia es ese periodo de estupidez en la que algunos adultos recaen habitualmente. Un compañero de clase con el que compartía pupitre me enseñó en un dictado unas cartas que había encontrado en la mesilla de noche de sus progenitores. Allí aparecían señoritas que sonreían mientras nos mostraban sus más ocultos y peludos encantos. No había internet, ni cadenas de televisión en las que emitiesen “con tangas y a lo loco”. Creo que, pese a las carencias, conseguí convertirme en un ser humano adulto bastante normalito. Bueno, soy perodista.
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