- Algunos creen que se puede cambiar la orientación sexual; otros no
- EE.UU debate terapia contra homosexualismo y el bisexualismo
- Cadena Global, 2008-07-22
En la década de los 70, la ciudad de Anaheim, en el condado de Orange, se convirtió en la primera sede que reunió a todos los grupos que proclamaban sanar el lesbianismo y la homosexualidad.
A la reunión asistieron 62 delegados de todo el país y fue bautizada por sus fundadores como Exodus, una asociación que hoy reúne a 11 mil afiliados en 17 países y cuenta con un presupuesto superior a los 900 mil dólares anuales.
Al paso de los años, decenas de terapistas y asociaciones religiosas como Courage, de extracción católica, y National Association for Research and Therapy of Homosexuality (NARTH), integrada por profesionales no religiosos, se sumaron al movimiento.
Curiosamente, conforme aumentó la aceptación social y la apertura legal a la comunidad gay en Estados Unidos, el alcance de los movimientos "ex gay", también cobró fuerza.
Opción o aberración
La comunidad científica aún no ha podido decir con determinación cual es la causa de la homosexualidad, sin embargo, los expertos en ciencia y salud mental coinciden en que cualquier intento por cambiar la orientación sexual de un homosexual es potencialmente dañino.
La Asociación Psiquiátrica Estadounidense decidió eliminar la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales desde 1973 y posteriormente la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo lo mismo.
Daniel González, de apenas 26 años, conoce de propia mano el daño y el dolor de intentar suprimir su homosexualidad.
"Desde los 12 años noté que me atraían los niños y no las niñas. Yo sólo quería ser ?normal?, por eso busqué al doctor, pero caí en una depresión terrible, me sentía sucio, dejé de creer en Dios porque sentía que Él no escuchaba mis ruegos. Me alejé de toda relación, pero me seguían atrayendo los hombres. Fue desesperante, sólo quería morir", recuerda sobre los casi dos años que recibió consejería a cargo del doctor Joseph Nicolosi, presidente de la NARTH.
En promedio, asociaciones como NARTH y Exodus claman que un 30% de las personas que reciben la terapia de "reorientación sexual" tienen éxito.
"Lo que yo me pregunto es, ¿y los daños físicos y emocionales que le ocasionaron al otro 70%. ¿Por qué no hablan de eso?", comentó a La Opinión Peterson Toscano, quien invirtió más de 30 mil dólares en terapias de regeneración sexual, sin éxito.
Según investigó este diario, una consulta de 90 minutos con un terapeuta en reorientación sexual cuesta entre 160 y 240 dólares, sin embargo, ningún experto garantiza el cambio.
Una investigación realizada con fondos federales entre 40 hermanos gemelos identificados como gays, encontró que al parecer una región específica del cromosoma X, heredado por la madre, determina la homosexualidad.
"Creemos que todo es el resultado de la combinación genética con factores ambientales, pero si existe el gene determinante en esta situación vamos a identificarlo", opinó el doctor Alan Sanders, del Evanston Northwestern Healthcare Research Institute.
Recientemente, otro análisis entre 90 adultos reveló que el cerebro de los hombres gays tiene características muy similares en tamaño y reacciones emocionales con el cerebro de las mujeres y, por el contrario, las lesbianas tenían el lado derecho del cerebro mas desarrollado, como sucede con los hombres.
"Estas diferencias en el cerebro no se deben a que las aprendieron o a que las obtuvieron de la sociedad", afirmó Qazi Rahman, científica de la Universidad Queen Mary en Londres.
La aceptación de que la homosexualidad es una cuestión biológica y no ambiental va en aumento.
Una encuesta realizada por CNN apunta que actualmente el 56% de la población de EU cree que el origen del homosexualismo es biológico, comparado con el 41% en el 2001 y el 36% en 1998.
"Respetamos a la comunidad homosexual, pero si esta tendencia es algo que los hace infelices o sufrir, entonces por qué no cambiar. Hay investigaciones que indican que es posible", declaró a La Opinión Randy Thomas, vicepresidente ejecutivo de Exodus.
Thomas se refirió al estudio realizado en mayo de 2001, en donde la Asociación Americana de Psiquiatría publicó un reporte indicando que de 143 hombres y 57 mujeres que habían decidido cambiar su orientación sexual, el 66% de los hombres y el 44% de las mujeres habían logrado "una buena función heterosexual".
Sin embargo, el estudio fue ampliamente criticado porque dos tercios de los encuestados eran ministros de movimientos ex gays.
Otro estudio similar, pero realizado con voluntarios por internet que se habían sometido a una terapia de "reorientación sexual" arrojó que de 202 entrevistados, el 88% no logró el cambio y sólo el 3% obtuvo una vida heterosexual.
María Cárdenas no lo cree así. Aunque notó su tendencia lesbiana a una edad muy temprana (8 años) afirma que gracias a la ayuda espiritual tiene 20 años viviendo una vida heterosexual.
"Encontré finalmente la paz... la homosexualidad es pecado y nadie que se diga cristiano debe aceptarla", afirmó María, conferencista en Los Ángeles y Latinoamérica del ministerio Desert Stream.
A millas de distancia, Óscar comparte la misma filosofía. Hasta su oficina en Cuernavaca, Morelos, llegan cientos de solicitudes de ayuda de toda Latinoamérica.
Tanto para Cárdenas como para Galindo, la raíz del homosexualismo es la necesidad de llenar un vacío ocasionado por fallas en los padres de familia y la sociedad.
"Yo viví un rechazo de mi padre y fui preparado para una vida homosexual, pero Dios no me hizo así", indicó Galindo, ex homosexual desde hace 17 años.
Pese a su devoción, María y Óscar confesaron a este diario que no han logrado superar del todo la homosexualidad.
"Sería deshonesto al decir que no me queda ni un ápice de homosexualidad, nadie está libre de tentaciones", platicó Galindo quien, como María, vive en celibato.
Historias como las de estos dos hispanos sólo producen remordimientos en Michael Bussee, uno de los fundadores de Exodus.
"En 1976 ayudé a fundar Exodus; ahora pido perdón", platicó el entrevistado en su departamento de Riverside.
Bussee, quien llegó a convencerse que había dejado el homosexualismo para casarse, tener una hija y después volver a enamorarse de otro hombre, afirmó que el dolor y el engaño que provocó a personas que como él sufrían luchando por cambiar su tendencia sexual, lo obligaron a rebelarse contra el programa.
"Todo es una gran mentira. Las terapias pueden cambiar tal vez tu estilo de vida, dejar la "vida gay", pero nunca tu orientación sexual", recalcó.
Recordó que cuando era parte de Exodus, uno de sus colegas le confesó que se había lastimado "allá abajo" (en su genitales), como castigo por haber caído en la tentación. "Cuando se bajó los pantalones, estaba bañado en sangre. Se había cortado con una navaja porque se sentía culpable. En ese momento supe que era momento de parar con esa farsa", platicó.
Tanto Bussee, como el actual presidente de Exodus, Alan Chamber, han confesado públicamente que hasta ahora no conocen a nadie que haya cambiado completamente de una vida homosexual a una heterosexual.
Estos comentarios no desaniman a seguidores del movimiento ex gay, como Óscar. Para él, la esperanza existe.
"Es una exageración decir que estas terapias hacen daño, lo que pasa es que realmente no pusieron un empeño genuino. Yo antes decía pídanme que deje de tener relaciones sexuales con hombres, pero no que me gusten las mujeres. Ahora, realmente he empezado a sentir una atracción hacia ellas", afirma Galindo, cuyo proyecto actual es preparar un equipo de terapeutas para que esparzan esta doctrina por todo México y Centroamérica.
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