- EE.UU. empieza a revisar el papel de los homosexuales en el Ejército
- La mayoría demócrata del Congreso norteamericano pretende la integración militar plena de este grupo
- La Voz de Galicia, 2008-07-23 # Tatiana López
Rompiendo con uno de los tabúes más importante de su historia, el Congreso de EE.UU. comenzará a revisar hoy el papel de los homosexuales en su Ejército tras más de una década de silencio institucional al respecto. En un acto sin precedentes, auspiciado por el Partido Demócrata, la Cámara de representantes empezará a estudiar si debe o no abolirse la llamada ley de no preguntes, no contestes, que exige a los reclutas estadounidenses gais a ocultar su condición sexual bajo pena de expulsión.
Aprobada a principios de los años noventa como parte de un acuerdo entre la Administración Clinton y el ala dura republicana del Congreso, esta regulación es un híbrido imperfecto entre la promesa del ex presidente de llevar la tolerancia al campo de batalla y la negativa de los conservadores a admitir la posibilidad de soldados gais. Sin embargo, más de una década después de que Collin Powell asegurara que los reclutas homosexuales «son la peor distracción moral en el campo de batalla», la presión de dos guerras en curso, así como el significativo cambio en la opinión pública estadounidense (más del 78% de la población aprueba que sus soldados se declaren abiertamente gais) han inclinado a los congresistas a reconsiderar su postura.
Falta de reclutas
El cambio de dirección podría responder también a la acuciante necesidad de seguir reclutando soldados «en un momento donde ninguna persona debería ser rechazada para poder dar la vida por su país», en palabras de Steve Ralls, dirigente de la asociación de amigos y familiares de gais y lesbianas.
Distintas organizaciones de derechos humanos aseguran que al menos 12.000 soldados homosexuales fueron expulsados del Ejército en los últimos años por culpa de su orientación sexual. Un dato especialmente doloroso si se tiene en cuenta que 800 de estos combatientes estaban considerados como «altamente necesarios para el Ejército», mientras que 322 eran expertos lingüistas, y otro centenar había sido entrenado para el manejo del árabe. Son razones como estas las que llevaban hace unos meses al candidato presidencial Barack Obama a prometer un cambio en el estatus de los homosexuales y bisexuales en la Armada, en contra de lo expresado por su rival, John McCain, que ya anunciado que de ser elegido presidente no levantará la prohibición.
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