- "Quiero entrar al Ejército como hombre, no como mujer"
- Varias ciudades preparan movilizaciones para apoyar mañana a Aitor, de 28 años, que quiere ser el primer transexual nacido mujer en incorporarse a las Fuerzas Armadas
- El País, 2008-07-23 # Rodrigo Cavalheiro · Madrid
A los seis años, una niña de Jaén se dio cuenta de lo que quería ser: hombre y militar. Ha logrado lo más difícil. En enero de 2005 se quitó los senos y, un año después, pasó a llamarse oficialmente Aitor. En febrero del año pasado, a Aitor le fue negado el acceso a las Fuerzas Armadas porque todavía carece de pene. "Quiero entrar en el Ejército como hombre, no como mujer. Hacer las cosas legalmente termina siendo más difícil", señala el transexual de 28 años a ELPAÍS.com, por teléfono.
Mañana a las 20.00 colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales en Andalucía, Madrid, Las Palmas, Valencia y Barcelona se reunirán para apoyar el sueño de Aitor. "Siempre me ha atraído el uniforme. Si me toca ir a una guerra no me importa. Ese será mi trabajo", añade. Tras una revisión médica, a Aitor le fue negado el permiso para acceder a las Fuerzas Armadas. Los motivos: "falta total del pene" y la "pérdida, ausencia o atrofia de ambos testículos".
"La médica me miró de la cintura para arriba y me dijo que estaba bien. He hecho carrera en educación física y se me notaba que hacia deporte", cuenta Aitor, que toma hormonas desde hace siete años. La decepción vino al contar que se había operado y que esperaba la operación para colocarse el pene. "La doctora puso mala cara y me dijo que lo iba a tener difícil". No le dejaron ni hacer las pruebas físicas. Asegura que en una nueva evaluación, en el hospital militar de Cádiz, le ordenaron que se bajara los pantalones antes de preguntarle "por donde meaba". En mayo del año pasado Aitor interpuso un recurso contra la decisión del Ejército, pero hasta ahora no ha tenido respuesta.
La falta del pene aparece en el Cuadro Médico de Exclusiones del Ejército, en la resolución 452/38002/2007, equiparada a "enfermedades infecciosas y parasitarias", "tumores malignos", "psicosis" y "trastornos mentales". "No soy un enfermo. Puedo y quiero hacer lo mismo que los demás", sostiene el transexual, que añade: durante la carrera he aprobado en exámenes físicos mucho más duros que los del Ejército. Aitor no teme enfrentarse a un ambiente más hostil en caso de que logre convertirse en soldado. Por el momento evita las fotos para no ser reconocido por los futuros compañeros. Mañana, no comparecerá en las manifestaciones. Estará estudiando. "Si acudiera, seguro que no se enteraría nadie. No hace falta un pene para servir a España".
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