- Polémica gay por el cardenal Newman
- La comunidad homosexual británica rechaza el proyecto de separar los restos del religioso de los de su compañero, el padre Ambrose Saint John
- Crítica de la Argentina, 2008-08-27
La proyectada separación de los restos mortales del cardenal británico John Henry Newman (1801-1891) de los de otro sacerdote y fiel compañero, junto al cual quiso yacer para siempre, suscitó una fuerte polémica en el Reino Unido por las acusaciones del movimiento "gay" a la supuesta homofobia vaticana, reseña EFE.
Algunos activistas de ese movimiento acusan a la Iglesia de Roma de intentar ocultar las verdaderas tendencias sexuales del cardenal al ordenar la exhumación del cadáver y su traslado a otro sarcófago, como parte del futuro proceso de beatificación.
Newman, que fundó el oratorio de Birmingham en 1848, está enterrado en un pequeño cementerio en la localidad de Rednal, en el condado de Worcestershire (centro de Inglaterra), junto al que fue su amigo íntimo, el padre Ambrose Saint John.
Poco antes de morir, el cardenal escribió las siguientes palabras: "Deseo de todo corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose Saint John. Es mi última e imperativa voluntad".
Ambos hombres de iglesia comparten una tumba con una leyenda en latín cuya traducción reza así: "Desde las sombras y las apariencias a la verdad".
Algunos activistas homosexuales hicieron una interpretación seguramente abusiva de esa leyenda, en la que han querido ver el equivalente del moderno "salir del armario".
Según el padre Paul Chavasse, preboste del oratorio de Birmingham, el traslado de los restos ha sido solicitado por el Vaticano, que investiga actualmente dos supuestas curaciones milagrosas en los Estados Unidos.
La exhumación prevista de los restos será, según ha explicado Chavasse, un acontecimiento privado, aunque su traslado a un nuevo sarcófago será una ceremonia pública.
Se cree que el papa Benedicto XVI decretará a finales de año la beatificación del cardenal y que la ceremonia correspondiente se celebrará en Roma la próxima primavera.
El Ministerio británico de Justicia autorizó mientras tanto la exhumación de los restos, que serían trasladados a un sarcófago situado frente al altar de Todos los Santos en el citado oratorio.
Esos planes vaticanos han indignado al conocido activista de los derechos de los homosexuales Peter Tatchell, quien, en declaraciones al diario The Independent, acusó recientemente al Vaticano de "robo de cadáver y de profanación".
Según Tatchell, tal decisión "viola el reiterado deseo de Newman de ser enterrado para la eternidad junto a su compañero de toda la vida Ambrose Saint John".
"Llevan juntos más de cien años y el Vaticano quiere perturbar esa paz para encubrir el hecho de que el cardenal Newman amaba a un hombre. Es una traición vergonzosa e indecorosa de Newman por parte de una Iglesia Católica que odia a los gays".
Según un sondeo organizado por la publicación católica The Church Times, una mayoría de los fieles de la Iglesia Anglicana, a la que perteneció Newman antes de su conversión al catolicismo en 1845, se opone a la separación de los restos de ambos.
Los representantes de la Iglesia Católica califican, sin embargo, de absurdos los planteamientos de Tatchell.
Así, Austen Ivereigh, ex asesor del cardenal primado de Inglaterra y Gales Corman-Murphy O'Connor, declaró a la BBC que la exhumación del cadáver es simplemente parte del "viaje hacia la canonización".
Se trata de llevar sus restos a una ciudad, como Birmingham, que permita a los peregrinos "venerar al futuro santo", afirmó.
Ivereigh reconoció que Newman comparó, al morir su amigo St John, el dolor que sentía al de un marido que pierde a su esposa, pero con eso no quiso decir, ni mucho menos, que la relación entre ambos pudiese parangonarse a la convivencia matrimonial entre gays.
Antes de convertirse al catolicismo y ser ordenado sacerdote el 1 de junio de 1847 en Roma, Newman militó en el llamado Movimiento de Oxford, cuyos miembros querían que la Iglesia de Inglaterra se sometiese a la autoridad del Papa. En 1889, a los 88 años, recibió del pontífice Leon XIII la dignidad de cardenal.
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