- Gobiernos LA rechazan abstinencia en educación sexual
- El Universal, 2008-08-02
El acuerdo incluye incrementar la distribución e información sobre el uso correcto del condón y la asesoría en salud reproductiva, así como a la promoción de la salud libre de estigmas y discriminación.
En el diagnóstico realizado previo a la reunión, México presenta un nivel bajo en la promoción del uso del condón a niveles como los de Barbados, Colombia, Trinidad y Tobago, porque sólo lo promociona en algunos de sus programas.
En la declaración, los ministros se comprometieron a reducir el número de jóvenes que carecen de cobertura y atender sus necesidades de salud sexual y reproductiva para 2015. Los servicios de salud deberán proveer consejería y pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual y del VIH-sida.
En el caso de México, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, afirmó que “ni Educación ni Salud somos los todo poderosos para crear una educación sexual integral”, ya que se requiere de la participación de la familia. En tanto que frente a las posturas de la Iglesia, dijo que el Estado es laico y las políticas públicas tienen que responder a ello.
Para alcanzar la meta a las que nuestro país se comprometió en este encuentro internacional promovido por la Organización de Naciones Unidas, previó a la 17 Conferencia Internacional sobre VIH-Sida, la secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, anunció que a partir del próximo ciclo escolar la dependencia a su cargo distribuirá un millón de paquetes didácticos para los maestros.
En la discusión previa a la aprobación del documento, los ministros del área del Caribe demandaron incorporar la “abstinencia sexual” como parte de los programas educativos de los gobiernos de la región.
Pero, los argumentos planteados por los ministros de Brasil, Guyana y Colombia, fueron a favor de hacer prevalecer los derechos humanos y la decisión personal respecto al tipo de métodos anticonceptivos a elegir.
Los gobiernos de Honduras, Belice y Nicaragua, señalaron a la Iglesia católica y a organizaciones de la sociedad civil de América Latina, como los principales obstáculos para establecer políticas públicas de educación sexual que atiendan no solamente el tema de la prevención del VIH-sida, sino de la sexualidad de manera integral.
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