- Latinoamérica acuerda combatir el sida desde las escuelas públicas
- Compromiso de los ministros de Salud y Educación
- Según las últimas cifras de Onusida, en América Latina viven 1,7 millones de seropositivos, de los cuales 47.000 son niños y unos 400.000 jóvenes de entre 14 y 24 años de edad. Se inicia en México la XVII Conferencia Internacional sobre la enfermedad.
- AFP, 2008-08-02
A dos días de que en la Ciudad de México se inicie la XVII Conferencia Internacional sobre el sida, ministros, viceministros, delegados y expertos de América Latina y el Caribe se reunieron por primera vez para adoptar una estrategia común ante el avance del sida.
Los países participantes firmaron una declaración en la que se constata que ""la principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales no protegidas" y que la mayoría de los jóvenes no utiliza método de protección alguno, por lo que se hace necesario ""reforzar la educación de la sexualidad como un derecho humano".
Entre los compromisos adoptados en esta declaración destaca que los sistemas de educación públicos de América Latina y el Caribe deberán tener incorporado para 2015 un nuevo programa de educación sexual para prevenir el VIH-sida entre los jóvenes.
"Para el año 2015, todos los programas de formación y actualización magisterial bajo la jurisdicción de los Ministerios de Educación, habrán incorporado los contenidos del nuevo currículo de educación integral en sexualidad", señala la declaratoria de los ministros de Salud y Educación.
Los países signatarios acordaron modificar sus planes de estudios para incluir un enfoque de la educación sexual acorde a los tiempos, basado en evidencias científicas y que ponga el acento en una educación sexual como método de prevención del VIH-sida.
"Las aulas representan la red más poderosa de protección (...) sabemos que el sida es una enfermedad incurable, pero también sabemos que es prevenible", dijo la ministra de Educación de México, Josefina Vázquez Mota, durante la rueda de prensa posterior a la firma del documento.
De su lado, el ministro de Salud de México, José Córdoba, resaltó que algunos países tendrán incluso que realizar reformas legales dado que o no contemplan la educación sexual en las escuelas públicas o criminalizan algunas prácticas sexuales.
"Para algunos países, este compromiso representará un mayor trabajo, para otros algunas adecuaciones porque llevan un camino más avanzado", dijo el ministro al destacar que Brasil, Uruguay, Nicaragua y algunos países del Caribe cuentan ya con avanzados programas en materia de educación sexual para prevenir el sida.
Para revisar el avance en la adopción de los compromisos de los países signatarios, sobre todo en la incorporación de programas de educación sexual en las escuelas públicas, en la declaración se establece poner en marcha mecanismos de evaluación en 2009 y 2010.
En el documento, los países signatarios acordaron destinar el presupuesto necesario para poner en marcha estos programas de educación sexual en las escuelas públicas, si bien no se acordó un monto determinado.
"¿Cuánto vamos a gastar? No lo sabemos, pero será un ahorro comparado con lo que gastaríamos en atención" a pacientes con VIH-sida, añadió el ministro mexicano de Salud.
Reclamo por mayor atención
América Latina aprovechará el multitudinario marco del congreso mundial sobre sida, que sesionará desde mañana en México por primera vez en la región, para abrirse paso en la atención internacional al combate a la pandemia, que desde hace años tiene la mirada puesta en África.
América Latina es ""un poco la cenicienta en la mirada internacional debido a la tan dramática situación en África y al tan rápido crecimiento del VIH-sida en el este europeo", dijo a la AFP el copresidente del encuentro, el argentino Pedro Cahn.
La XVII Conferencia Internacional de Sida congregará en la capital mexicana a 22.000 participantes de todo el mundo entre el 3 y el 8 de agosto, incluido el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, además de unos 2.500 portadores declarados de VIH-sida.
En sus numerosas sesiones se difundirán 4.972 ponencias de científicos, funcionarios oficiales, organizaciones no gubernamentales y religiosos.
En ese contexto, Cahn dijo que el objetivo del encuentro ""es generar un gran impacto regional" y colocar a Latinoamérica en ""la agenda internacional" para dar un salto de calidad en las políticas de educación, prevención y tratamiento de la enfermedad.
"Ninguna región permaneció igual después de los congresos", aseguró el científico, quien destacó que América Latina es la región emergente que mayores progresos ha hecho en prevención y atención, aunque de forma muy despareja.
Cahn señaló que países como Brasil, México, Argentina y Uruguay han registrado ""grandes avances en el acceso a las drogas antirretrovirales" pero en otros como los del Caribe angloparlante y sobre todo en Haití la ""situación es catastrófica".
El también presidente de la Asociación Internacional de Sida dijo que 62 % de 1,7 millones de latinoamericanos infectados con el virus cuentan con cobertura, el más alto índice entre las llamadas naciones del Tercer Mundo, pero mostró preocupación por el 38 % restante al señalar que ""los éxitos no deben tapar las deficiencias".
Pese a la masiva presencia de participantes y el imán de una iniciativa de carácter mundial, los habitantes de la ciudad de México parecen al margen del encuentro, mientras las calles lucen casi sin carteles alusivos y hasta el viernes los medios de comunicación locales le dedicaban escaso espacio.
Sin vacuna
La conferencia de México no será el escenario del tan ansiado anuncio sobre el descubrimiento de una vacuna para protegerse del virus.
En las investigaciones para crear este remedio se falló ""en demostrar la capacidad de protección. Tal cual como se viene desarrollando, la vacuna no es protectora y no ha sido capaz de dar una respuesta inmune", explicó el experto argentino Pedro Cahn.
Descartado ese anuncio, a nivel científico se consolida la idea de que los expertos avanzarán en la posibilidad de pasar a la etapa de una terapia antirretroviral más temprana.
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