2008/08/01

> Berria: Literatura > IÑIGO SOTA AMBIENTA EN CHUECA UNA GRAN NOVELA SOBRE EL MUNDO GAY

  • "Las distancias cortas"
  • Íñigo Sota ambienta en Chueca una gran novela sobre el mundo gay
  • La literatura no tiene por qué juzgarse en función de orientaciones sexuales. Estamos ante un excelente relato de un autor capaz de navegar en los ambientes más dispares.
  • El Semanal Digital, 2008-08-01 # Pascual Tamburri Bariain

El candor, la pasión, la decepción, el desamparo, la amistad, el amor, el abandono, los proyectos, el afecto, la angustia, la maldad; la grandeza de lo humano y sus bajezas, el sacrificio y el egoísmo, los errores no por previstos más evitables, los hallazgos no por inesperados menos luminosos: todo lo humano está presente en la gran tradición literaria occidental, sea como reflejo de la realidad existente o como ejercicio de la imaginación y de la voluntad. Como todas las artes, la literatura deja un amplio espacio a la opinión y a las diferencias de gusto, pero indudablemente existe buena y mala literatura. Siempre ha sido así y siempre será, al margen de modas y de tendencias.


Íñigo Sota Heras ha entrado con Las distancias cortas en el pequeño Parnaso de los buenos narradores.
En una historia breve, de apenas dos centenares de páginas, este periodista navarro, emancipado ahora con su propio blog, exhibe todas las cualidades de un futuro gran novelista. Con frases breves y aceradas –en las que se pone de manifiesto sus formación académica y su práctica profesional- Sota reúne una maraña de trayectorias vitales en el Madrid del siglo XXI. El resultado es una cuidada descripción de ambientes con minimalismo de adjetivos, y especialmente una panoplia de tipos humanos en nuestra mejor tradición. La trama intriga, los personajes no pueden dejar indiferente y el final tiene el único defecto de llegar demasiado pronto.

Frente a esas virtudes, ¿qué importa, en un sentido o en otro, que Sota haya elegido un segmento del Madrid homosexual para situar su narración? Las distancias cortas corre el peligro de ser descalificado por parte de la crítica sólo porque sus protagonistas son homosexuales y porque Sota se ha atrevido a describir con poca autocensura esa parte de la actual realidad española. Sería injusto restar a Sota méritos literarios por esa elección valiente que seguramente no tiene precedentes en la literatura joven española.


No es menor el segundo riesgo que este prometedor autor ha afrontado con la alegría propia de su edad: otra parte de la crítica, no pequeña y cada vez más influyente, puede tener la tentación de elevarlo a los altares sólo por dar protagonismo a "lo gay", sin caer en la cuenta de que Íñigo Sota ha creado un relato de gran calidad sin necesidad de apelar a uno u otro ambiente.


Las distancias cortas no es una novela gay. Es una excelente novela breve que tiene como nota distintiva de importancia secundaria el ambiente que su autor ha elegido. Lo ha descrito con brillantez y también con un punto de ironía desesperanzada que no todos apreciarán, pero lo interesante de estas páginas no es la cantidad de gays que aparezcan o las actividades a las que se dediquen: lo más importante que se nos descubre es el propio narrador y su técnica. En Las distancias cortas difícilmente tendremos un icono homófobo ni deberíamos tenerlo homófilo, porque los personajes –Edu, Aritz, Edén, Jaco, Fénix- son de carne y hueso, y no rozan la perfección pero tampoco carecen de explicación en sus humanas miserias.


Humano, profundamente humano pero no demasiado humano, Íñigo Sota ha conseguido muy pronto lo que para muchos es el sueño de una vida: su primer relato ha llegado a las librerías y va a triunfar en ellas sin necesitar etiquetas de conveniencia. La editorial Cocó, acostumbrada a poetas noveles, ha salido de sus itinerarios habituales pero no se ha equivocado en la apuesta. La firmeza de la prosa de Sota y su sensibilidad para contar sin juzgar y para demostrar en que en cualquier momento y lugar es posible mantener un ideal elevado darán mucho que hablar. Es de desear que pronto en una novela de mayor envergadura que no tenga que luchar contra los prejuicios. Tampoco contra los prejuicios falsamente progres.

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