- Jóvenes sin artículo
- El sindicato ESK ha elaborado una guía para hacer un uso del lenguaje que "incluya a las mujeres"
- Noticias de Gipuzkoa, 2008-06-05
Hablar de la explotación de jóvenes e inmigrantes usando formas impersonales, en lugar de la explotación de los jóvenes y de los inmigrantes, es una buena manera de hacer un uso no sexista de la lengua, según sostiene la nueva guía publicada por el sindicato ESK bajo el título Por una utilización inclusiva y no sexista del lenguaje .
Con el objetivo de que las mujeres "aparezcan de forma inequívoca" como telón de fondo, la central sindical realiza una serie de propuestas en su documento encaminadas a obtener "una igualdad real" entre hombres y mujeres. En este contexto, ESK pide que se usen genéricos reales "población inmigrante en vez de los inmigrantes; la afiliación, en lugar de los afiliados; el personal, en vez de los trabajadores; o la ciudadanía, en lugar de los ciudadanos".
Una alternativa de lenguaje inclusivo es también el empleo de neutros como inspección, dirección o judicatura en sustitución de inspector, director o abogacía, respectivamente. Y es que para ESK no vale la eterna excusa de "el castellano es así" para desentenderse de un uso del lenguaje androcentristas o sexista.
Ejemplo del primer caso son situaciones como la ausencia de nombres para denominar profesiones en femenino, aunque la Real Academia de la Lengua (RAE) admite femeninos como jueza, o "la identificación de lo masculino con la humanidad", como ocurre con voces masculinas en sentido genérico del estilo de "los bilbaínos" o "los directivos".
En cuanto al uso "sexista" del castellano, el sindicato recuerda la mención de la mujer en su condición de madre y esposa, así como el tratamiento de cortesía para las féminas, que inciden en su dependencia del varón (señora, señorita); mientras que a los hombres, independientemente de su estado civil, se les trata de señor.
A veces, no se es consciente de que el lenguaje se utiliza profundizando en las diferencias entre géneros. Por eso, el sindicato propone invertir en las frases la posición donde aparece la mujer por la del hombre. "No se da un tratamiento simétrico si al describir un hombre se destacan rasgos de su profesionalidad, mientras que si es mujer se habla de su estética", explica el sindicato en la guía.
Flaco favor hace para llegar a la consecución de la igualdad presentar a la mujer como dependiente, subordinada o en una categoría aparte, como ocurre, por ejemplo, en la siguiente frase: "Cada contrato dará derecho a una bonificación de la cuota empresarial a la Seguridad Social del 65% (el 75% para mujeres)".
De todos modos, no hay que caer en la ultracorrección y hacer uso de la arroba en cada uno de los términos que dejen espacio para las dudas, ya que instituciones como Emakunde ya se han pronunciado al respecto desaconsejando su uso porque "no resuelve el problema".
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